Matadero Madrid, centro de creación contemporánea del Área de Cultura, Turismo y Deporte, acogerá a partir de hoy en la Nave 16, el mayor centro de experiencias inmersivas de España y el segundo más grande de Europa. MAD (Madrid Artes Digitales) es un revolucionario espacio de desarrollo cultural digital en donde las últimas tecnologías se ponen al servicio de novedosas experiencias culturales y artísticas. Un espacio creativo que experimenta con la inmersividad a partir de proyecciones audiovisuales, realidad aumentada, realidad virtual y holografía para crear una nueva relación entre el arte y la sociedad. El centro se inaugurará con una producción dedicada al artista austriaco Gustav Klimt.

En MAD, la vanguardia, la tecnología, la cultura, la ciencia y el arte se dan la mano para crear experiencias multidisciplinares que permitirán al público viajar en el tiempo y el espacio. En sus instalaciones, se podrán visitar lugares mágicos y emblemáticos sin tener que desplazarse o vivir experiencias únicas que podrán transportar en el tiempo al visitante. En sus 2.000 metros cuadrados, mostrará diferentes contenidos y experiencias con tecnología adaptada para cada una de sus exposiciones, de manera que cada visita se convierta en un acontecimiento único.

Gustav Klimt, un símbolo del arte bizantino y de lo ornamental.
Gustav Klimt, el más célebre artista austriaco de esos tiempos y a la vez el más refinado, complejo y hermético. Eran años en los que Viena estaba empezando su decadencia como capital artística mundial, pero Klimtbrilló por su estilo entre el Simbolismo y el Art Nouveau. Sus obras, cargadas de sensualidad, tienen un estilo pictórico absolutamente ecléctico y cada vez están más cargadas de abstracción y plásticas innovadoras como sus extraños puntos de vista, cortes poco habituales y un valor expresivo de la línea que anuncia el expresionismo posterior.

Ha creado algunas de las obras más reconocidas y valoradas de la historia del arte, como El beso, 1907-1908, posiblemente la más famosa, o El Retrato de Adele Bloch-Bauer I, también conocida como La dama dorada o La dama de oro, en 1907.
Con una estética inconfundible, su trabajo es fundamental para entender el paso de la pintura hacia la modernidad. Además, se ha convertido en un referente de la moda y la estética hasta nuestros días.
