El espectáculo representa una transformación que va de la celebración al levantamiento, construyéndose con energía y furia en un arco de catarsis coreográficas de una hora de duración. La emoción de su visionado te sacude y te convierte en un títere de una pasión convulsiva. Un viaje espectacular donde no hay respiro y todo se oscurece y resplandece al mismo tiempo como una especie de claroscuro perturbador y apocalíptico. Nos encontramos con Lia Rodrigues en el centro cultural Conde Duque y nos encandila su actitud de mujer fuerte, rompedora, sin titubeos que nos lleva de la mano sin darnos cuenta por su historia, que es la historia de Brasil y a su vez la historia de su propia compañía de danza.
Por Juan Carlos Trinchet
La obra Furia conmueve por tener una lectura muy social, en defensa de la minorías y del medio ambiente, su escenario es la favela Maré, una de las favelas más violentas de Brasil. ¿Cómo fue el nacimiento de la compañía y cómo surgió la idea de crear dicha obra?
Soy una mujer blanca de clase media en un país muy racista y lleno de desigualdades, y gracias a eso, he podido labrar mi carrera artística. Este es un punto fundamental para iniciar nuestra conversación. Tengo 67 años y soy artista hace 50 años, y mi compañía fue fundada hace 32 años. En mis inicios, en el año 1992 desarrollé un festival de danza llamado Panorama que se ha mantenido vigente hasta hoy. Algo dentro de mí me indicaba que debía dar voz a otros seres, que debía recorrer otros caminos más intrincados. Así pues, en 2009, me acerqué a la favela llamada Maré para conocer el modo de vida de sus habitantes y la manera de poder construir allí nuevas vertientes artísticas. Este intrincado y laberíntico complejo de chabolas alberga cerca de 170.000 personas. La favela de Maré, es una de las más grandes, más complejas y peligrosas de Río de Janeiro. En 2009 en colaboración con la ONG Redes de Desenvolvimento da Maré nació el Centro de Artes da Maré y en octubre de 2011 se creó la Escola Livre de Danças da Maré. Mi objetivo como artista y como ciudadana siempre es encontrar la mejor manera de dar visibilidad a otras voces que están silenciadas y a otros cuerpos que están desaparecidos. Este ha sido, en definitiva, el proyecto de mi vida.¿ Cómo se manifiesta en tu obra la lucha por los derechos de las minorías en Brasil?
Mi vida es un aprendizaje constante. Tengo la utopía de un nuevo Brasil, donde la discriminación por raza, género u orientación sexual sea eliminada de raíz. Me uno a todos los movimientos que luchan por esta utopía. Mi utopía es una utopía de unión, progreso y esperanza. Hay un pedagogo y filósofo brasileño que acuña el término esperanzar. En portugués no existe como verbo, pero me gusta mucho pues según Freire esperanzar es poner la esperanza en movimiento y en eso creo profundamente. Es el motor que acciona mis pasos cada día. Mi discurso esperanzador va acompañado de una acción práctica. Trabajar con personas tan diversas cada día es muy complejo, y sin embargo, en esa complejidad está la riqueza de todo mi trabajo.
¿Cuáles son tus referentes a la hora de crear tu obra artística?
Tengo una larga carrera artística. Estuve viviendo en Francia y trabajé allí, dos años. Entre 1980 e 1982, colaboré en la Compañía Maguy Marin. Este fue un inicio muy enriquecedor que ha marcado profundamente mi carrera hasta el día de hoy. Ella ha sido una gran inspiración para mí. Para crear mis obras de danza me nutro de la filosofía, la historia, la música, la literatura y en especial la poesía. Mi obra abarca un caudal inagotable de referencias que la hacen única y vibrante. Todas mis creaciones tienen como simiente un obra literaria. La concepción de mi obra Furia, por ejemplo; surgió a través de una escritora afro-brasileña que se llama Conceição Evaristo. Su obra nos inspiró profundamente y nos indicó el camino de investigación para sentar las bases metodológicas y coreográficas del espectáculo. Empezamos a estudiar innumerables archivos filosóficos y fotográficos acerca del concepto de dominación. Sus particularidades y el conflicto primordial de roles. Creamos un enorme mural, una especie de collage fotográfico de imágenes impactantes. Empezamos a crear formas a partir de esas fotos y después articulamos esas imágenes juntas y las pusimos en movimiento. Este, ha sido en resumen, el proceso de creación de la obra Furia que duró cerca de 8 meses. Soy lenta a la hora de trabajar, necesito 9 meses lo mismo que una madre gestante, para parir mis obras. La prisa por crear, por ser productivos es una falacia del sistema capitalista. Para mi el tiempo es precioso y el arte requiere detenimiento y pasión constante.
La música que acompaña el espectáculo es muy potente y emociona mucho. ¿Cuál ha sido su origen? ¿Cuál es el discurso que hay detrás?
La música proviene del pueblo Kanak perteneciente a la Nueva Caledonia. Es una isla que fue colonizada por los franceses. La música es una grabación de los años noventa, que recuperé de antiguos vinilos. Antes de Furia mis obras carecían de música, sin embargo para esta, sentí la necesidad de tener una banda sonora potente que sustentase la pieza. Tomé un fragmento de la música elegida y la puse en bucle y eso ayudó mucho por su ritmo trepidante.
¿Cómo valoras el panorama político de Brasil después de la era ultraderechista de Jair Bolsonaro?
Jair Bolsonaro estuvo en el poder durante seis años. Fue un gobierno fascista, vosotros aquí en España conocen muy bien las connotaciones del fascismo. El fascismo ha destruido a Brasil. Es un movimiento muy organizado, no es un sistema instaurado por un hombre loco en solitario, al contrario, teje estructuras con sus tentáculos por todo el mundo. Con la llegada del presidente Lula da Silva empezamos un trabajo muy grande de reconstrucción de todas las esferas del país. Es un renacer la llegada de Lula. Es la primera vez que se crea en Brasil un Ministerio de Diversidad y un Ministerio de Pueblos Indígenas cuya ministra es una mujer indígena y esto es esperanzador. Hay mucho trabajo por delante y debemos juntar todas las voluntades posibles para hacer de Brasil, un país más democrático e igualitario.
¿Cuál es la furia a la que apelas en tu obra Furia?
Mi furia no es rabia enfermiza. Mi furia es la vehemencia y la velocidad con que se ejecuta un acto. La fuerza para crear, para cambiar y en cierto modo un acto de protesta firme ante el momento crítico al que nos sometía el gobierno de Bolsonaro. Teníamos la responsabilidad de lanzar una obra potente, desmesurada y casi apocalíptica que de alguna manera despertara conciencias. Furia es casi una actitud contestataria de una nación oprimida por el fascismo.
¿Has sentido el peso de la censura en tus obras?
En mi caso no he sido censurada, sin embargo con Bolsonaro muchos artistas si lo han sido. Se ha atacado con desprecio obras discordantes con el sistema y esto nos recuerda a las quemas de libros de la Alemania fascista. Ahora todo empieza a cambiar con Lula.
¿Cómo valoras el futuro inmediato de tu compañía de danza contemporánea?
El trabajo arduo y el respeto al arte es siempre el futuro, no sólo de mi compañía, sino el de la sociedad en general. Seguimos colaborando con la ONG Redes de Desenvolvimento da Maré en nuevos proyectos que cultiven el alma de sus moradores. Construimos nuestro futuro en un espacio violento y despiadado. Cambiar las conciencias es nuestra misión. Durante años el arte ha servido como vehículo expresivo de las minorías oprimidas en busca de un cambio. Nuestro compromiso parte de ahí y mi obra Furia es un granito de arena para construir un mundo mejor para todos.
Descubre la Escola Livre de Danças da Maré