Crónica de Ramadán en Egipto. Un viaje de no retorno.
En el camino de regreso a mi pensión en Suez, tras haber pasado el día explorando las inmediaciones de su famoso canal, me encontré con calles adornadas con guirnaldas, telas de vivos colores y unos curiosos faroles cuya presencia no había percibido anteriormente. Me resultó agradable tal ornamentación, aún bajo la luz del día, pero no imaginaba lo que iba a vivir a partir de ese 12 de abril, primer día de ramadán.