El panorama empresarial estadounidense es tan diverso como innovador. Dos nombres, en particular, han marcado tendencias en ámbitos tan disímiles como el sector inmobiliario y la alta tecnología: Donald Trump y Elon Musk. Mientras que Trump ha forjado su reputación a través de una vasta red de inversiones en bienes raíces, hoteles, casinos y campos de golf, Musk se ha consolidado como el artífice de proyectos de vanguardia en el sector automotriz, aeroespacial y energético. Este análisis pretende desglosar los orígenes, estrategias y proyecciones de cada uno, al mismo tiempo que se incorporan datos macroeconómicos muy específicos que permiten dimensionar el impacto de ambos en la economía estadounidense. Donald Trump ama a Musk. Musk ama el poder que le da Trump. Ambos disfrutan un idilio rentable de miles de millones de euros que se recortarán a colectivos vulnerables, y se inyectarán en sus arcas de amantes fortuitos. Ellos se aprecian y se lanzan miraditas que cuestan billones de dólares, da igual si eres de Cuba; de Gaza o de Israel, ellos te lanzan miraditas de pupilas en colpaso de locos poderosos que o te compran o te matan. El amor entre estos magnates ridículos, con caras mustias de hombres blancos, con olor a naftalina rancia recuerda de soslayo, al amor homosexual, pero he de reconocer que no me cabe en la cabeza ver a Donald en posición horizontal perfectamente alineado con la vertical de Musk. El mero hecho de imaginar que Donald este atraído por Musk cuyo hijo, cuida Melania amante de un tal Milei cuyo fetiche existencial es una motosierra … en fin este es un artículo serio, lo anteriormente descrito en las 9 líneas anteriores es literatura y libertad de expresión, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.