La visión honesta de Pedro Sánchez respecto al colectivo transexual que colisiona con la visión retrógrada, fascista y absurda de Donald Trump
En el contexto de una España que ha experimentado profundas transformaciones sociales en las últimas décadas, el gobierno liderado por Pedro Sánchez ha apostado por una agenda progresista en materia de derechos LGTBI y en particular al colectivo trans; harto de ser pisoteado, ignorado y cubierto con una invisibilidad bochornosa, opresora y denigrante. Entre los diversos avances en este ámbito, las políticas dirigidas al colectivo transexual han ocupado un lugar central, necesario y valiente. El presidente Sánchez y su equipo han promovido reformas y medidas orientadas a garantizar el derecho a la identidad de género, la autodeterminación y el acceso igualitario a la sanidad, la educación y el empleo, en un esfuerzo por combatir la discriminación y fomentar la inclusión social. Todos tenemos un amigo, un familiar, un conocido… todos vemos en algún momento el sufrimiento de seres humanos que no eligen su condición. El colectivo de seres humanos que deciden y aman; no debe ser menos que el puñado de heterosexuales rancios “neftalínicos” de la Casa Blanca, que por cierto cada vez es menos blanca porque está muy mancillada y vilipendiada por el señor de pelo rojizo casado con una eslovena que no ha sido hasta ahora, deportada, elegido por cierto, democráticamente. Basta de las terapias de conversión, poneros, ultraderechistas, fascistas, neoliberales con principios de poca monta, los electrodos en vuestras cabezas. Os hace mucha falta. Electroshock en vuestras mentes absurdas. Nosotros no vamos a cejar porque los enfermos sois vosotros. La patología es vuestra.