Gaza, el hambre como arma de guerra y la desgarradora historia de Hedaya y su bebé moribundo Mohamed Zakariya Ayyoub al-Matouq
Desde octubre de 2023, la Franja de Gaza ha vivido una de las ofensivas militares más prolongadas, devastadoras y desproporcionadas en su historia reciente. Pero más allá de los bombardeos, las ejecuciones extrajudiciales, la destrucción sistemática de infraestructuras civiles y el desplazamiento forzoso de más de dos millones de personas, hay un fenómeno que ha ganado centralidad en los últimos meses: la hambruna inducida. No se trata de una escasez accidental o colateral, sino de una estrategia deliberada que utiliza el hambre como arma de guerra y castigo colectivo. Gaza, hoy, se enfrenta a una catástrofe humanitaria estructural, con consecuencias que sobrepasan el ámbito del derecho internacional y se inscriben en el terreno del crimen contra la humanidad. En el marco de este horror emerge la historia tras la foto que ilustra este artículo. Es Hedaya y su hijo Mohamed Zakariya Ayyoub al-Matouq, un bebé de un año y medio que, como otros niños y niñas, se ha convertido en una de las imágenes más desgarradoras de la situación de hambruna impuesta cual campo de concentración nazi que Israel parece calcar al milímetro para someter a los habitantes de Gaza en medio de lo que se denuncia como un bloqueo de Israel.