Emprender sin relato es gestión; con arte y cultura, es construcción de un sentido empresarial sólido
Hay procesos que, por exceso de uso, empiezan a vaciarse de sentido como por ejemplo, lo relativo a la simbiosis entre cultura y empresa. Dos términos que, en apariencia, ocupan continentes distintos: uno remite a la lenta sedimentación de símbolos, hábitos y memorias compartidas; el otro, a la velocidad del riesgo, a la alquimia de la incertidumbre de una oportunidad de negocio. Sin embargo, en la práctica contemporánea, ambos conceptos se encuentran en un territorio común marcado por una pregunta decisiva: ¿Qué tipo de sociedad construimos cuando no alentamos la fusión de la creación cultural con el emprendimiento empresarial bajo criterios coherentes?


