
Es interesante resaltar su dilatada carrera profesional ya que usted lleva 35 años ejerciendo como traumatólogo, con más de 10.000 intervenciones ¿Cómo llegó la traumatología a su vida?
Pues ha sido una de las decisiones más importantes de mi vida, ya que desde muy pequeño quería ejercer la traumatología y sobre todo, quizás por mi inclinación deportiva, en especial el fútbol; me atraía en particular la patología de la rodilla incluso más que la de cadera. Y luego, con el tiempo, ya una vez especializado, decidí enfocar esta formación hacia la cirugía de recambio articular tanto en la rodilla como en la cadera.
¿Por qué en estos últimos 30 años se ha dedicado específicamente a la cirugía protésica articular de cadera y de rodilla?
Mi trayectoria profesional ha sido muy intensa y he estado adquiriendo experiencia formativa en traumatología y específicamente en la cirugía de reconstrucción articular en el adulto. Experiencia que he adquirido en diferentes partes del mundo como por ejemplo en hospitales de Estados Unidos, Suiza, Alemania y luego en Reino Unido. Una vez de vuelta a España, hace 26 años, decidí dedicarme solamente a las grandes articulaciones, tanto la cadera como la rodilla.
¿Qué siente al pensar en esa trayectoria?
No hay que perder el norte de ser médico. La cirugía, a veces se dice que es un fracaso de la medicina conservadora, pero no es así. Y lo que sí que es verdad es que el auge de los reemplazos articulares, hace que muchísimos pacientes que antes, difícilmente podían convivir con sus discapacidades, ahora puedan volver a su actividad normal cotidiana y muchos de ellos a su actividad deportiva al máximo nivel. Y eso, bajo el punto de vista médico y personal, es una gran satisfacción; poder ayudar a este tipo de pacientes.
Usted, además, es pionero en España en técnicas tan novedosas como los abordajes mínimamente invasivos. ¿Cómo descubrió estas técnicas?
Estando en Nueva York, a finales de los años noventa, fue cuando empezó el auge por la cirugía mínima invasiva de cadera. En ese momento obtuve mucha formación en ese área, y ya una vez aquí en España, implante este tipo de técnicas en mi práctica habitual , y la verdad, es que los resultados han sido muy buenos en cuanto a la técnica quirúrgica, y también en lo referido a la pronta recuperación del paciente. Me sorprende que hoy en día exista un nuevo auge de estas técnicas, después de 26 años, cuando ya se habían empezado a desarrollar en década de los 2000 , en Estados Unidos fundamentalmente, y que actualmente es una práctica que se ha seguido realizando de manera habitual, al menos por los cirujanos que nos dedicamos a esta patología .
Al mismo tiempo, se implementaron, paralelamente, protocolos de recuperación acelerada, en el cual influye muchísimo la técnica quirúrgica. Por una parte, los controles y protocolos anestésicos y, por otra, la recuperación del paciente, enfocado siempre a minimizar la agresión del acto quirúrgico.
De todas formas quisiera recalcar que en medicina y concretamente en esa especialidad, es difícil alcanzar el éxito al 100%, por lo cual, no es bueno crear falsas expectativas y trasladar el mensaje de que no se pueden producir complicaciones.
¿Cuál es el perfil de paciente al que suele atender?
En la patología en la que soy especialista, cada vez operamos a pacientes más jóvenes, especialmente en la cadera, ya que por distintos factores someten más estrés a esta articulación. Además otros factores de posible origen genético predisponen a esta patología. En el examen clínico que se les realiza a los pacientes se observa que las caderas desgastadas en pacientes jóvenes deportistas, suelen ser de forma bilateral, pero el paciente lo que quiere es seguir practicando deporte, y en algunos casos de alto rendimiento. Existen implantes específicos para este tipo de pacientes, pero hay que ser cautos al explicar las ventajas e inconvenientes.
Otro de los aspectos que representan su sentido de la vanguardia son, sin duda, los protocolos de rehabilitación acelerado para la rápida recuperación.
Eso llevamos lo utilizando desde hace más de 25 años en el entorno de la cirugía articular de cadera y rodilla. Con este tipo de protocolos, se pretende que el paciente vuelva a la normalidad lo antes posible. La idea es acortar lo que sería el momento en que el paciente se convierte en un enfermo porque está sometido a una operación, y a su correspondiente postoperatorio, e intentar que todo el acto quirúrgico sea minimizado en lo posible para, de alguna forma, que el paciente vuelva a restablecer su vida habitual en el menor tiempo posible.

Háblenos del uso de biomateriales en la duración del implante, otra de las técnicas que ha utilizado usted durante sus intervenciones quirúrgicas.
Había una época en la que estábamos muy preocupados por el tema del desgaste de los materiales, y tras buscar soluciones para resolver este problema, se llegó a cambios fundamentales, tanto en el uso de nuevos biomateriales, como en los pares de fricción.
Aparecieron en ese momento las cerámicas y los materiales porosos, que se comportan de una forma más parecida al hueso y facilitan la fijación primaria y crecimiento del hueso para reintegrarlo.
¿En qué situación cree que está España en este sentido con respecto a otros países de nuestro entorno, como, por ejemplo, aquellos en los que usted ha estudiado y ha vivido?
España tiene un altísimo nivel, es además muy competitiva y se sitúa en la vanguardia de este tipo de cirugías, respecto a países tradicionalmente punteros tanto en América como en Europa.
Y por parte de la sociedad, ¿Somos lo suficientemente conscientes de la importancia de un buen diagnóstico y tratamiento?
Yo creo que la población en general es consciente, el ciudadano sabe que en este país dispone de una magnífico servicio en este tipo de cirugías, pero posiblemente haya demasiada información que no somos capaces de asimilar. Así como antes, hemos ido a formarnos al extranjero, hoy por hoy, son muchos los cirujanos de otros países los que solicitan venir a España a formarse o, a completar su formación.

¿Cómo cree que va a afectar la inteligencia artificial a esta disciplina?
Si lo utilizamos como una herramienta de ayuda, seguro que va a ser positivo. Otra cosa es que la inteligencia artificial, basada en datos infinitos, acabe protocolarizando todo acto médico, sustituyendo el valor empírico de la ciencia y la medicina.
El médico puede llegar a ser relegado a un papel secundario, y el cirujano verse condicionado a ser especializado únicamente en un área específica. Es decir, que al final, puede ser que con tantos datos haya una sobreinformación y ese proceso exige que el médico domine estos nuevos modelos tecnológicos y sepa aplicarlos con ética y eficiencia. En la parte quirúrgica podríamos hablar de la robótica; y en este apartado yo tengo la experiencia de haber incorporado el primer robot hace más de 3 años, pero sinceramente, para los cirujanos experimentados no es una gran ayuda, y mucho menos una revolución. Además la difusión indiscriminada de las técnicas novedosas es también un elemento de marketing.
Actualmente la cirugía está en muy alto nivel y lo que se está perdiendo es la necesidad de hablar con el paciente, de la relación médico-paciente, limitando este acto a hablar de técnicas supuestamente novedosas, que en la mayoría de los casos no aporta nada a la cirugía que llevamos a cabo habitualmente. No hay que minimizar el acto quirúrgico, pues a veces nos encontramos con casos complejos que requieren de una gran experiencia y honradez a la hora de planificar la cirugía para ayudar al paciente.
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