
La filosofía del festival se sustenta en un propósito claro: acercar una programación escénica de calidad a municipios con recursos limitados en materia cultural. Al mismo tiempo, busca ofrecer herramientas a colectivos sociales, educativos y artísticos locales, dotando de visibilidad al teatro en núcleos pequeños. El programa integra siete espectáculos teatrales procedentes de Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Galicia y Madrid, acompañados de actividades paralelas como talleres, encuentros con el público y mesas de diálogo.
La apertura tendrá lugar el 3 de octubre en el Real Coliseo de Carlos III de San Lorenzo de El Escorial, con Federico. No hay olvido, ni sueño: carne viva, de la compañía castellano-leonesa Proyecto 43-2. Se trata de una propuesta de teatro de objetos y documental que conecta la figura de García Lorca con la memoria colectiva, tejiendo un puente entre lo íntimo y lo universal.
El 11 de octubre, en Becerril de la Sierra, será el turno de Blancanieves de La Chana Teatro, también de Castilla y León. Esta versión libre del cuento popular, narrada mediante objetos y versos, ofrece una mirada renovada y lúdica, ideal para compartir en familia.
El 18 de octubre será la jornada más densa del calendario, con tres funciones simultáneas en diferentes sedes. En Robledo de Chavela, la compañía madrileña Las Ansiadas Producciones llevará a escena Big Boy, un relato de amistad que, con humor y crítica social, reflexiona sobre las presiones de la vida adulta y rinde homenaje a quienes tuvieron que emigrar y dejar atrás sus raíces. En Torrelaguna, los veteranos Titiriteros de Binéfar (Aragón) presentarán En la boca del lobo, espectáculo de títeres y música en directo que rescata la memoria de los cuentos tradicionales. Ese mismo día, en Guadarrama, el público disfrutará de Titiricircus, de Tanxarina (Galicia), una fusión de circo y títeres que, con más de mil representaciones a sus espaldas, sigue fascinando a espectadores de todas las edades.

El festival prosigue el 19 de octubre en Chapinería con la lectura dramatizada de Shakespeare & Compañía, obra de la compañía madrileña Teatro Defondo. Con más de dos décadas de trayectoria, el grupo ofrece aquí un retrato crítico de la sociedad contemporánea a partir de los conflictos que Shakespeare ya exploró en Otelo.
El 25 de octubre, en Velilla de San Antonio, la compañía valenciana Arroz con Costra pondrá en escena Las preciosas ridículas, una versión actualizada de la comedia de Molière que combina sátira, juego verbal y reflexión sobre los roles de género, demostrando la vigencia del clásico en pleno siglo XXI.
El broche final llegará el 2 de noviembre en La Cabrera con Convidado de piedra, una pieza concebida como proceso colectivo. Bajo la dirección de Laura Rubio Galletero —dramaturga y directora del festival— y Sergio López de Teatro Percutor, se presentará el fruto de un taller de investigación escénica desarrollado durante todo octubre, con la participación de artistas de la Sierra Norte y vecinos de la comarca. La obra dialoga con el mito de Don Juan Tenorio, releyéndolo desde una perspectiva comunitaria.

Actividades transversales
El festival no se limita a las representaciones. Su dimensión paralela se plasma en un abanico de actividades gratuitas destinadas a dinamizar el tejido cultural y social de cada municipio, en colaboración con colegios, asociaciones, colectivos vecinales y grupos amateurs.
Entre ellas destacan las iniciativas del 8 de marzo en la sede de la SGAE en Madrid. Por la mañana se celebrarán las Jornadas Europa Creativa, un espacio de formación para profesionales de las Artes Escénicas impartido por Manuel García y Ana Lázaro, representantes del programa Europa Creativa del Ministerio de Cultura. Por la tarde, los Encuentros Periféricos: Puentes para Festivales y Creadores reunirán a destacados programadores y gestores culturales —Luis Lles (Festival Extrarradios de Huesca), Teo Gracia (Festival Vegas Bajas de Badajoz), Cristina Izquierdo (Festival FIMUC de Burgos) y Emilio del Valle (ARTEMAD)— para debatir sobre el acceso de los creadores a los circuitos y el papel de los festivales en ese tránsito.
Otras actividades transversales se entrelazan con la propia programación, como la lectura dramatizada de Shakespeare & Compañía en Chapinería o el proyecto comunitario Convidado de piedra, que cerrará el festival en La Cabrera.
Además, tras cada representación se celebrarán encuentros con el público y las compañías, concebidos como espacios de diálogo que enriquecen la experiencia teatral y permiten abrir el proceso creativo a la ciudadanía.
En suma, el Festival Siete Villas se consolida como un laboratorio vivo donde la cultura se descentraliza, el teatro se despliega en lugares poco acostumbrados a acogerlo y el tejido social encuentra en el arte una vía de cohesión. Con su espíritu rizomático, esta edición se propone sembrar vínculos, alimentar la memoria colectiva y proyectar nuevas formas de convivencia cultural en la geografía madrileña.
