El Museo Nacional del Prado continúa su labor de recuperación y puesta en valor de sus extensas colecciones del siglo XIX con una nueva muestra monográfica dedicada al pintor Antonio Muñoz Degrain (1840–1924). Figura a menudo al margen de las corrientes dominantes, Muñoz Degrain es presentado ahora en la sala 60 del museo, a través de una decena de obras que abarcan toda su trayectoria artística.
La selección incluye piezas emblemáticas como Paisaje del Pardo al disiparse la niebla (1866), restaurada recientemente para esta presentación y considerado el paisaje más destacado del autor. Con una pincelada suelta, que recuerda en ciertos aspectos a la factura de Velázquez, y una captación asombrosa de la atmósfera, esta pintura le valió una medalla en la Exposición Nacional de 1866.
La exposición también recupera su faceta de pintor de historia y temas literarios. El estudio preparatorio a lápiz para su obra de mayor fama, Los amantes de Teruel, expuesta en la sala 75, permite acercarse a su proceso creativo. En Antes de la boda, la representación de Isabel de Segura, protagonista de aquella pintura, revela la influencia veneciana en el vibrante colorido y la pincelada suelta.
La fascinación del artista por el exotismo norteafricano en Los escuchas marroquíes (1879), la pintura religiosa en Jesús en el Tiberíades (1909) y el detalle cotidiano en Rincón de un patio toledano (1904), confirman la versatilidad del artista y su constante búsqueda de nuevos lenguajes pictóricos. La obra Interior del estudio de Muñoz Degrain en Valencia, de su amigo Francisco Domingo Marqués, añade además un valioso testimonio de la vida artística y de la importancia del cuadro, en la Valencia del XIX.
Con esta presentación, el Prado continúa la línea iniciada en 2009 de mostrar al público conjuntos de interés de la vasta colección del siglo XIX del Museo Nacional del Prado a través de pequeñas exposiciones monográficas, que ya han sido protagonizadas por artistas como Aureliano de Beruete, Rogelio de Egusquiza, Genaro Pérez Villaamil, Federico de Madrazo, Antonio María Esquivel, Francisco Pradilla, Joaquín Sorolla, Eduardo Rosales y José de Madrazo (dibujos); técnicas, como la acuarela en la época de Fortuny y sus seguidores; temas, como la pintura religiosa a mediados del siglo y los retratos infantiles en el Romanticismo; y donaciones, como la de Hans Rudolf Gerstenmaier. A ellas se han agregado el escultor Miguel Blay y los grabados japoneses del siglo XIX.









