
El enmascarado y su doble
En escena, un conferenciante anónimo y su doble —figuras ambiguas, espectros de una misma conciencia— reconstruyen el significado etimológico de la palabra “máscara”, derivada del griego prósōpon, que también significa “persona”. Desde esa raíz, Eclipse traza un recorrido por las distintas formas de enmascaramiento a lo largo del tiempo: desde los ritos ancestrales hasta los perfiles digitales, desde los mitos arcaicos hasta los avatares que habitan las redes sociales.
La obra propone una pregunta que resuena como un eco constante:
“¿Por qué la gente tiene miedo a las máscaras? ¿Quizás porque revelan la verdadera identidad que escondemos socialmente?”
Bajo esa premisa, Umpierrez —autor de piezas como TeatroSOLO o Museo de la Ficción— construye un catálogo escénico del anonimato, un ensayo visual y sonoro sobre las barreras de protección que elegimos como individuos para mostrarnos o escondernos ante los demás. En su estructura fragmentaria, Eclipse se convierte en un espejo oscuro donde el espectador vislumbra su propio reflejo.
Una conferencia imposible
Más que una obra teatral en sentido clásico, Eclipse se despliega como un ensayo en movimiento, una conferencia que se interrumpe, se disuelve y se multiplica. El conferenciante y su doble —voz y sombra, cuerpo y eco— entrelazan relatos de hacktivistas, astronautas, mitos, sociedades secretas, fantasmas y alter egos. La palabra se convierte en materia escénica y el pensamiento en coreografía.
Umpierrez utiliza la máscara como un símbolo de ambigüedad radical: lo que oculta también revela, lo que protege también aprisiona. La iluminación tenue, el uso de proyecciones, las rupturas de temporalidad y los pasajes musicales convierten la escena en un territorio de oscilaciones: entre lo visible y lo invisible, lo real y lo virtual, lo íntimo y lo social.
El resultado es una experiencia sensorial y filosófica donde el público no asiste a una representación, sino a un ritual de revelaciones. Eclipse es, en última instancia, un experimento sobre cómo el teatro puede seguir siendo un lugar de pensamiento en un tiempo saturado de imágenes y máscaras digitales.


Matías Umpierrez ha construido una carrera marcada por la transdisciplinariedad y el cruce entre artes escénicas, visuales y cinematográficas. Sus producciones —TeatroSOLO, Museo de la Ficción, Dramaturgia para una Conferencia— han sido reconocidas internacionalmente por romper los moldes establecidos y generar experiencias inmersivas donde la ficción se confunde con la realidad.
A lo largo de su trayectoria ha colaborado con figuras como Robert Lepage, Paul B. Preciado, Ángela Molina, Eyal Weizman, Elena Anaya, Ana Torrent, y más recientemente con Niño de Elche, Rocío Molina y Pedro G. Romero. Su trabajo ha sido presentado en museos, festivales y teatros de Europa y América, siempre en el umbral donde el pensamiento se convierte en acción escénica.
Eclipse es una coproducción de Estudio Matías Umpierrez y Teatro Español, con el apoyo de la Rolex Mentor and Protégé Arts Initiative, lo que confirma la proyección internacional de un artista que se mueve con soltura entre el arte conceptual y la dramaturgia emocional.

Quien asista a Eclipse deberá hacerlo con la disposición de quien entra en un sueño lúcido. No se trata de entender, sino de atravesar. Umpierrez nos invita a una experiencia estética que interroga nuestra forma de estar en el mundo, la necesidad de protegernos bajo máscaras —digitales o simbólicas— y el miedo a ser vistos sin ellas.

El espectáculo, con su tono de enigma y revelación, parece recordarnos que la máscara no es lo que oculta, sino lo que revela con pudor. Que tras cada eclipse —entre la sombra y la luz— hay siempre un rostro que intenta sobrevivir al resplandor de su propio misterio