
La obra “Ensamble lunar para mares en alza” de los artistas Petrit Halilaj (Kostërrc, Kosovo, 1986) y Álvaro Urbano (Madrid, España, 1983), residentes en Berlín, crea un ecosistema cambiante que incluye más de 40 esculturas de gran y pequeña escala que representan criaturas míticas acuáticas, terrestres y aéreas, híbridas y excéntricas, que no existen en el mundo real. Las obras, a las que se añaden esculturas nuevas para este proyecto, presentan especulaciones sobre futuros estados evolutivos de las especies que expanden formas de supervivencia tanto submarina como celeste. Sobre las criaturas, una gran escultura en forma de huevo lunar cuelga del techo y flota en el espacio, como símbolo de la naturaleza cíclica de nuestro mundo que invita al público a volver a imaginar nuevas formas de vida. Las esculturas instaladas en el atrio del MACBA y repartidas en tres alturas, reflejan luces y sombras tanto en sus pieles metálicas como en las paredes, techos y suelos del espacio, modificando nuestra percepción de la obra a lo largo del día.

Cada escultura funciona a su vez como un instrumento musical que produce sonidos por medio de cajas de música y otras técnicas artesanales. Cuando se tocan juntos, las cajas de música y los demás instrumentos generan algo parecido a una «melodía» inspirada en la canción Ay mi pescadito, combinada con sonidos submarinos. Estos sonidos, difíciles de armonizar, reflejan la complejidad de alcanzar la armonía entre especies en el mundo real. Un grupo de músicos, bailarines y performers locales e internacionales ha activado la instalación en una gran performance. Los artistas Petrit Halilaj y Álvaro Urbano trabajan a dúo en proyectos de ficción colaborativa en que la memoria colectiva se combina con anécdotas personales y las nociones de parentesco se extienden más allá de lo humano. Sus obras conjuntas activan espacios de resiliencia mediante el despliegue de escenografías de la intimidad. Una particularidad que también es visible en su práctica artística por separado. Aunque ambos artistas comparten vida en Berlín, su práctica artística suele desarrollarse por separado. La muestra de Venecia supuso una primera invitación a los artistas como dúo para realizar una obra destinada a un espacio específico. Ambas prácticas se sirven de elementos personales y lúdicos que buscan cuestionar las normas sociales. Ensamble lunar para mares en alza nace en 2023 a raíz de la colaboración de TBA21–Academy y Audemars Piguet Contemporary y pone en valor el compromiso de ambos programas con el apoyo a la investigación y a la producción artística de creadores internacionales. La instalación en el MACBA está comisariada por Elvira Dyangani Ose, directora del museo, en colaboración con Blanca del Río, coordinadora de exposiciones y curadora adjunta del proyecto.

“Ensamble lunar para mares en alza” : «Una luna con forma de huevo, criaturas acuáticas se vuelven aéreas y terrestres, una orquesta toca una sinfonía que emerge de las aguas mientras se sincroniza con los ciclos lunares.» Estas son solo algunas de las historias que permiten navegar y recorrer la instalación. La obra despliega un movimiento escultórico-musical que, en palabras de los artistas: «difumina nuestro sentido binario del mundo». Ensamble lunar para mares en alza nos propone un ecosistema que diluye la figura del ser humano y da protagonismo a otras criaturas. Seres metálicos que se despliegan, abriendo un espacio de negociación, de convivencias improbables y de materialidades y temporalidades extrañas. Algunas de estas esculturas se transforman, mediante la interacción humana, en instrumentos musicales. Juntas, generan un eco sonoro y subacuático de Ay, mi pescadito, canción infantil en que se intenta consolar a un pequeño pez que llora, con la ilusión de «una escuelita en el fondo del mar, donde todos los pececillos van a estudiar». La práctica artística a dúo de Halilaj y Urbano impulsa ejercicios colectivos que exploran el mundo humano y el natural y nos invitan a transitar entre ellos, para crear ecosistemas en que las interrelaciones entre seres divergentes que complejizan toda noción de parentesco, borrando la distinción entre vínculo natural y artificial. Ensamble lunar para mares en alza expande y resitúa los preceptos que originaron el proyecto en 2023; la obra se presenta aquí con la incorporación de nuevas esculturas, y la participación de músicos y actores locales e internacionales. Así, con su reinterpretación de la composición sonora original durante la apertura y cierre de la instalación, los artistas activan sus melodías disonantes.
Petrit Halilaj (1986, Kostërrc, Skenderaj, Kosovo) y Álvaro Urbano (1983, Madrid, España) vienen colaborando profesionalmente desde 2014, cuando empezaron a combinar sus carreras artísticas individuales y su vida personal en común. Los artistas abordan este trabajo conjunto como una manera de expresar la forma en que las dimensiones fluidas de lo público y lo privado pueden colisionar y modificarse en cada pequeño detalle. Halilaj y Urbano, a través de este trabajo a dúo, crean una ficción colaborativa constante: la memoria colectiva se mezcla con anécdotas personales, y el pensamiento utópico surge de imaginar formas en que la idea de los lazos familiares se extiende más allá de lo humano; las plantas y los animales se adueñan del espacio y se convierten en elementos de la teatralidad de lo íntimo. Los artistas han realizado performances en las que los protagonistas son mapaches, zorros o gaviotas, además de criaturas híbridas imaginarias, rodeadas de flores de tamaño aumentado que activan espacios de resiliencia y resistencia por medio de la celebración de la otredad. Lo queer y lo íntimo son conceptos clave en su trabajo artístico: los ponen en práctica como medios para la creación de mundos. Con cada proyecto se replantean el carácter normativo de la sociedad y ofrecen alternativas de las que nacen espacios de negociación en los que la memoria colectiva y las expectativas sociales pueden reconfigurarse. Su trabajo colaborativo, que se desarrolla en paralelo a sus obras individuales, genera vías inesperadas fruto de la necesidad de modular, dialogar y enfrentarse a retos creativos. Esta dinámica se extiende a la manera en que los estudios de ambos generan un ecosistema en el que sus visiones se negocian y cristalizan, lo que a menudo requiere de un numeroso equipo de partícipes que incluye investigadores, músicos y otros artistas.

Más acerca del Museo de Arte Contemporáne de Barcelona (MACBA) : https://www.macba.cat/es/