
El punto álgido del programa será el “Festival of Lights in Concert”, una producción exclusiva en la Catedral de Berlín que une proyecciones tridimensionales con música electrónica en directo. Las instalaciones han sido creadas expresamente para el interior del templo, donde el arte lumínico acompaña a los sonidos ambientales de DJs de talla mundial. El público podrá experimentar el espectáculo “Dome of Beats and Lights” en nueve funciones a lo largo de cinco noches, con la participación de artistas de renombre internacional como Alle Farben, Monika Kruse, Parra for Cuva, Chris Bekker y Henrik Schwarz & Bugge Wesseltoft.

El éxito del preestreno en 2024 fue tan rotundo que la organización, dirigida por Birgit Zander, decidió ampliar la experiencia. Lo que comenzó como un ensayo limitado se convierte ahora en uno de los grandes atractivos del calendario cultural berlinés. “La catedral se transforma en una cúpula viva donde música y luz se funden en simbiosis”, destacó Zander al presentar el programa.

El lema “Brillamos juntos” no es solo un guiño estético, sino también un manifiesto social. El festival quiere lanzar un mensaje de unidad y cohesión, subrayando la capacidad del arte para tender puentes en tiempos de tensión global. “La luz no conoce fronteras y despliega su poder cuando se comparte”, subrayó la directora. Además, con más de dos décadas de trayectoria, el Festival se ha consolidado como un escaparate de innovación creativa y como un espacio de encuentro donde convergen visitantes locales y turistas de todo el mundo.

Junto al despliegue de espectáculos en espacios icónicos, el Premio Festival of Lights 2025 reunirá a 23 artistas de 14 países, que intervendrán con obras inspiradas en la solidaridad y la comunidad sobre el monumento más emblemático de Berlín. Desde su creación en 2005, el certamen mantiene una tradición esencial: todas las atracciones al aire libre son de acceso gratuito, posible gracias al apoyo de socios y patrocinadores.



Durante más de dos décadas, el Festival of Lights ha convertido a Berlín en un epicentro internacional del arte lumínico, atrayendo a miles de visitantes que redescubren la ciudad bajo un resplandor compartido. En su edición número 21, la cita confirma su vocación de ser algo más que un espectáculo visual: un recordatorio de que la luz, como la cultura, cobra sentido cuando se disfruta en común.
