
Nos encontramos con Borja Aitor en el barcelonés barrio de Sant Antoni. Allí, frente al mítico mercado que da nombre al barrio y en el que un día se intercambiaron cromos y otros artículos de coleccionismo infantil, pervive la Cafetería de Els Tres Tombs. El ambiente variopinto, un tanto provinciano (pues en Sant Antoni se impone la interculturalidad y algo de la Barcelona preolímpica más allá de las dinámicas del turismo low cost), sirve de escenario para una charla sobre “tot una mica”, con un joven valiente pero no osado, honesto pero no sincericida, seguro pero nunca arrogante.

¿Quién es Borja Aitor?
Primero que todo diría que soy hijo de mis padres, de lo contrario no tendría una historia que contar. A lo largo de mi vida he gozado muchos años de felicidad, pero eso no significa que no haya tenido momentos tristes, en esos momentos siempre he tenido a mis padres y a mi hermana, haciéndome más fuerte y permitiendo configurar una personalidad y una manera de ser a la que he llegado hoy. Cuando uno deja la adolescencia, y se hace mayor comienza su propio camino. Ahí los padres participan ya de una forma más cariñosa, y la responsabilidad comienza a ser tuya.
Diría que una de las decisiones más importantes que tomé fue precisamente la carrera universitaria estudiando ciencias políticas, y pese a que en el mercado laboral no hay nada, o prácticamente nada en cuanto a una salida profesional garantizada, si tuviera que escoger nuevamente la volvería a elegir, porque intelectualmente me alimentó muchísimo. Sí que es verdad que luego he tenido que ir formándome e ir creando una marca personal para poder estar donde estoy.
Y hablando de tu marca personal ¿Cuál es tu característica principal en ese aspecto?
Se me dan muy bien las personas y también me apasiona la educación, si no se te dan bien las personas no te puedes dedicar a ser profesor.
¿Cómo definirías tu trayectoria profesional?
La definiría como un camino de tendencia ascendente, por donde ha habido golpes. Sinceramente esa frase de que parte del éxito está conformado por fracasos yo lo he vivido y es cierto, algunos de ellos los agradezco. Uno de esos fracasos lo viví hace un año y medio más o menos. Empecé en la política dentro en la administración pública, trabajando para políticos, yo no me dedicaba a este ámbito, yo trabajaba para políticos en Convergencia Democrática de Cataluña, siempre en política local, en el Ayuntamiento de Sant Cugat y en el Ayuntamiento de Barcelona. Una vez que eso acabó, me ofrecieron seguir en política, pero yo decidí dar el salto a la empresa privada. Esta sería otra de esas decisiones buenas que he tomado en mi vida, no porque no me guste la política, sino porque una de las lecturas que yo hice de la victoria de Ada Colau es que la ciudadanía estaba harta de la clase política y que, si yo algún día quería dedicarme a la defensa de los derechos civiles , no podía presentarme entre los ciudadanos como una persona que solo ha estado en política. Entonces me decidí por la empresa privada, siendo director de proyectos o project management de una agencia de comunicación, que siempre estaré muy agradecido. El proyecto más bonito que hice fue ser el project management de la Gala Sida Barcelona, con una recaudación de más de un millón de euros. Ser partícipe de eso, parte de ese equipo, fue impresionante. Luego salte al mundo dental, en las clínicas dentales de mi familia y donde abriríamos una nueva sucursal en donde yo no debía ser el director, pero estaba en paro y acepté, y la verdad es que me siento muy orgulloso, porque aprendí mucho, fue como hacer un máster en Business Administration y la verdad es que me gustó mucho, pero no era lo mío, también tengo que reconocerlo, se me quedó pequeño. Luego de eso decidí hacer un máster para ser profesor de educación secundaria, que es mi vocación, y por suerte, cuando hice las prácticas me cogieron en este colegio. He estado cinco cursos siendo profesor de economía, geografía e historia hasta que hace un año y medio más o menos me empezaron a sondear para saltar a la dirección general. Nosotros tenemos ocho colegios en España y llevar todo el tema de comunicación y marketing y claro ahí vi la luz porque yo no quería ser profesor toda mi vida, me gusta mucho pero no quería serlo, en parte porque económicamente está mal pagado, no porque mi colegio pague mal, sino porque es el convenio, pero está mal remunerado y yo en eso soy bastante ambicioso, me gusta ganarme bien la vida y me ofrecieron quedarme en el sector educativo, pero llevando la comunicación y el marketing, que son mis dos grandes pasiones. Fue como si me hubiera tocado la lotería, es un puesto de trabajo como si estuviera hecho para mí y encima crearlo de cero, porque no existía. Entonces llevo un año y medio siendo una persona muy feliz profesionalmente.
¿Cómo llega o vuelve la política a tu vida?
La política llegó a mi vida por Carmela Fortuny, o volvió a mi vida gracias a ella. Carmela fue alcaldesa de San Cugat, ella ganó las elecciones, pero no pudo gobernar por un pacto que hicieron las izquierdas. Yo estaba algo involucrado en la política, pero seguía con mi vida en el campo privado, entonces al plantear mis ideas Carmela me escuchó y decidió que parte de lo que yo le estaba ofreciendo era interesante y lo quería integrar en su estrategia dentro de lo que era la oposición. Cuando te sientes escuchado y partícipe te empiezas a implicar, pero luego ella, por razones personales, decidió que no iba a seguir y entonces el partido tiene en su haber que si hay más de un candidato puede haber primarias. Yo nunca me imaginé que me lanzaría a unas primarias del partido en ese momento. Mi candidata era Carmela, pero, se dieron las circunstancias y se configuró un equipo muy bonito, pero no fue bien, no gané, ni siquiera me acabé presentando, recogí unos avales, que por cierto una cantidad avales muy importante, casi empatando con los otros dos candidatos que sí que eran políticos profesionales, pero no salió bien, tengo que reconocerlo y yo me presenté para ganar. Ese sería uno de estos fracasos que te comentaba al principio, pero tengo que decir que visto con perspectiva no era mi momento. Me siento muy orgulloso de haberlo hecho. Aparte, defendí unos principios que creo que tiene que tener la política.
¿Cuáles son esos principios? ¿Cuál es tu compromiso?
La honestidad. Yo me presenté con una serie de principios y esos principios son los que me llevaron también a dejar de presentarme. Por tanto, sí que puedo decir que fui honesto. Evidentemente hay unos principios que tienen que ver con tu ideología, es decir, tú para qué te dedicas a esto y cuál es el país o la ciudad que tú quieres construir. Cuando estás en política local, yo siempre digo que izquierdas o derechas prácticamente no importa, es decir, que tu ciudad esté limpia, sea segura, esté bien iluminada y que tengas un proyecto. Yo, por ejemplo, el proyecto que presentaba estaba basado en crear la primera ciudad en el área metropolitana de Barcelona que fuera autosuficiente energéticamente. ¿Y esto por qué? La cuestión no depende de una moda pasajera de principios climáticos. Tenemos un problema real y muy grave en este aspecto, los efectos del cambio climático son indiscutibles, es urgente tomar medidas concretas para proteger nuestro planeta. Pero no solo era esto, era también que las familias pudieran tener una energía más barata, eso para mí esto era muy importante, y también los comercios. Si tú quieres un comercio que en tu ciudad sea dinamizador, sea potente, que crezca, para mí era muy importante que tuvieran una energía económica y esto solo te lo puede dar la energía verde si la producíamos nosotros. Este era mi gran proyecto de ciudad, un proyecto transformador. Yo soy de San Cugat, que es una ciudad que está prácticamente hecha en cuanto infraestructuras básicas. Es decir, los alcaldes que vengan podrán inaugurar muy pocas cosas, por tanto, tienen que pensar en una política que se centre en la creación de un parque inmobiliario más asequible y justo para todos . Pero eso ya es una política que se da por hecho. Los próximos jefes políticos que asuman su responsabilidad en dicha ciudad deben ser personas que piensen a lo grande manteniendo la esencia arquitectónica y cultural del entorno metropolitano.
Acudes a las tertulias políticas de La Sexta Xplica como representante de Junts, y escenificando una equidistancia evidente ante la derecha española pero también ante la izquierda. ¿Qué no ha sabido explicar Junts a la derecha española?
En primer lugar, déjame que te diga que el hecho de que la sexta de voz a un experto en comunicación y politólogo que conoce bien Junts y que coincide con sus ideales políticos en muchas cosas y con el presidente Puigdemont y que le deje participar en esa mesa de debate, yo creo que es un signo de democracia y de libertad y de debate constructivo.
Respecto a la pregunta, Junts tiene un papel muy curioso, muchísima gente intenta vender la idea de que Junts es lo que era Convergencia y esto es falso, hace poco lo decía en el programa, Convergencia Democrática de Cataluña, nunca hubiera hecho una consulta a la militancia por si la militancia quería que Junts saliera del gobierno. Esto sería un ejemplo. Mi participación en la Sexta Xplica visualiza cómo está Junts en el Congreso de los Diputados, no formo parte ni de la izquierda ni de la derecha, aunque me sienten en la derecha. Sí que soy personalmente una persona de derecha, pero con una tendencia socialdemócrata en el sentido de que soy un liberal, pero con mucha empatía por las personas vulnerables. Social-liberal podría ser una buena definición, pero sí que es verdad que Junts juega un papel muy curioso, como te decía, porque no le quiere nadie, pero le necesitan todos. Creo que Junts está haciendo un juego muy inteligente en Madrid, aunque es arriesgado, porque dicha formación se comprometió en no hacer presidente Sánchez y lo ha hecho. Pero está sabiendo explicar, está diciendo, oye, mira, nosotros tenemos siete diputados, pero no son solo siete, son imprescindibles y por tanto vamos a hacer lo que sea para que estos imprescindibles sirvan, no para los catalanes de derechas, no para los catalanes de izquierda, sino para todos los catalanes. Creo que están haciendo muy buen trabajo en ese sentido. Y por tanto yo me siento muy cómodo explicando este trabajo que hace el equipo de Miriam Nogueras en Madrid.
Esa equidistancia que ni de derechas ni de izquierdas: catalanes, que ya lo hemos escuchado tantas veces en el regionalismo ¿En qué crees que favorece a Cataluña exactamente? ¿Un hipotético pacto PP-Vox te parecería lo mismo que la actual coalición de gobierno?
No es precisamente un escenario posible, es decir, si PP y Vox hubieran querido hacer una moción de censura ya la hubieran presentado; y luego también hay que decir otra cosa, sería un suicidio político para Junts per Cataluña. Pero sí es cierto que Junts no juega a la izquierdas y derechas. Sí que creo que en un futuro y sin Vox, una alianza con el Partido Popular para mejorar inversiones sería posible. Muchas veces aquí en Cataluña se vende la idea de que el Partido Socialista es muy diferente al PP, y es verdad. Es diferente. Por ejemplo, yo me he podido casar siendo homosexual, y esto es gracias al Partido Socialista, de Zapatero. Pero también es verdad que en cuanto a Cataluña y a cumplir con Cataluña y en cuanto a destruir las instituciones catalanas y el catalán, Partido Popular y Partido Socialista han jugado el mismo papel. Por tanto, Junts tiene claro que esta idea de que si no pactáis con Partido Socialista vendrá el PP, es que no le importa, sinceramente, porque los considera prácticamente iguales y yo coincido en eso.
¿Qué crees que diferencia la derecha catalana de la derecha española?
En valores como el respeto a las identidades periféricas, el concepto federalista, republicano y aconfesional, por ejemplo. No necesariamente laicista. Pero si mantenemos fuera de nuestro discurso ese nacional catolicismo y su folklore. Pienso que la derecha catalana o las tendencias liberal-conservadoras catalanas han empatizado más con los derechos civiles: feminismo, derechos LGTBI o los retos medioambientales.
Y dentro de Convergencia, (que era Convergencia y Unió), precisamente fue una consejera de Unió Democrática la que dio el paso adelante para que todo aquello que dependía del código civil catalán y en relación a las parejas de hecho de personas del mismo sexo tuvieran los mismos derechos que las personas heterosexuales. Y en esto Cataluña fue líder.
¿Eres creyente?
No, no soy creyente. Sí que es verdad que me considero muy influenciado por el catolicismo y además considero que son los valores con los que yo he crecido. Yo me eduqué en una escuela cristiana católica y de hecho por cosas de la vida, he sido profesor de esa misma escuela cristiana y católica y hoy soy portavoz de esas escuelas cristianas y católicas. Pero es verdad que no me han hecho un examen de si creo o no creo. No he sido nunca creyente, pero sí que me relaciono con muchísimas personas creyentes. Soy súper respetuoso, evidentemente, como con todas las ideologías; menos con aquellas que no respetan.
Joven, guapo, perteneces a la comunidad LGBTIQ+, ¿Eres, en realidad la nueva sonrisa o la nueva promesa de Junts?
Desde luego no entra en mis planes. Actualmente trabajo en el sector privado y me siento muy cómodo, fuera de esas dinámicas de poder y luchas en las que nunca me sentí soldado; pues para mi la política iba de ideales y no de estrategias y argumentarios.
¿Cómo se defiende a Puigdemont? ¿Su vidorra, sus delirios, sus desvaríos, sus idas y venidas?
El presidente Puigdemont no ha podido enterrar a su padre ni a su madre. Si alguien considera que eso es “vidorra” debería replantearse ciertos conceptos y tener un entendimiento más racional de la realidad política española.
Es una persona con la que uno puede estar de acuerdo o no, pero ha sacrificado su vida personal por algo en lo que él cree. Evidentemente, yo considero que podemos ser muy críticos con Puigdemont, pero sin necesidad de menospreciar, ni faltar el respeto, ni de ridiculizar, porque no nos olvidemos nunca que este señor lideró un proceso que puso en jaque al Estado, hizo que el 3 de octubre saliera el jefe del Estado a lanzar un mensaje, por ende, tanto delirio no fue, eso iba en serio. Sí que es verdad que creo que el capital político del 1 de octubre y del 3 de octubre no se supo utilizar bien. Ahí hubo errores.
¿Qué le falta al independentismo para recuperar la centralidad?
En primer lugar, ilusionar. Y tal vez no utilizar la lengua como herramienta de confrontación en ámbitos como el Congreso de los Diputados. En definitiva, sumar y por decirlo así ser más explícitamente inclusivo con el resto de comunidades que también son Cataluña.
Gabriel Rufián fue un éxito para Esquerra con esa campaña que diseñó “mi madre es España, pero yo quiero la independencia” ¿Es más reacia la derecha catalana ante el mestizaje?
Si me dijeras que necesita el independentismo para volver a ilusionar, por ejemplo, yo te diría que Gabriel Rufián se jubile. Me parece que es de lo peor que hay ahora mismo, no me gusta nada. Yo puedo coincidir con Gabriel Rufián en muchas cosas, pero sabes lo que pasa que es importante que el debate sea intelectual y Rufián trata a la gente como si fuera idiota.
¿Tienes algún referente dentro de la política?
Barack Obama. Su figura y relato me llegó en un momento de mi vida en el que yo estaba leyendo mucho. Y me leí como tres o cuatro libros de él. Porque su gran éxito consistió en gran medida, no tanto en aquello que consiguiera cambiar, sino en sus formas, y su capacidad de hacer soñar al planeta entero. No fue el QUÉ, sino el CÓMO. Y esto no es baladí. Las formas lo son todo. O por lo menos casi todo.
La interculturalidad , ¿es un peligro para la identidad nacional?
Bueno, las identidades nacionales minoritarias van a sufrir mucho y están sufriendo mucho precisamente por esta interculturalidad, pero también por la banalidad a la que está sometida nuestra sociedad. Las mayorías tienden a barrer. A borrar. Y tiene que existir una narrativa alternativa que ponga en valor lo esencial y vernáculo
¿Qué harías si fueras presidente? ¿Cuál sería la primera decisión que tomarías?
¿De Cataluña? Para mí la vivienda es el tema central. Yo bajaría muchísimos impuestos y desde luego construiría mucha vivienda.
¿Quién es Borja Aitor en su tiempo libre?
El crossfit, el deporte en general, mi vida tranquila en Collserola y el amor en toda su extensión son mi pilar fundamental. Los fines de semana voy a la montaña y me escapo en verano a la Costa Brava. Me encanta viajar. Estos últimos años he viajado muchísimo. He estado en varios países de Europa que no conocía. Me encanta Asia, y de hecho es un continente que poco a poco voy descubriendo con viajes a Tailandia, Singapur o Bali.
¿Qué viaje recomendarías?
Colombia o México.
¿Cuál es la última serie que has visto y que te ha gustado?
Emily en París, me da mucha vergüenza, pero me enganchó muchísimo, es que me gusta mucho Paris.
¿Literatura?
A nivel de libros te diría un libro que me regalo mi madre y que hizo que yo leyera, que es Cometas en el cielo. Es un libro de amistad precioso en un Afganistán de los talibanes, de esos primeros talibanes, muy duro, este es un libro que yo siempre regalo. Y hace poco leí uno que se llama Crónica de un fracaso de Mónica Bernabé, es su crónica y su vivencia como periodista, me parece brutal, lo que es capaz de explicar en ese libro: su vida personal, su depresión, la precariedad de los periodistas y de lo necesarios que son, sobre todo en democracia. Ella hace una labor impresionante, habla de eso y habla evidentemente, de la precariedad de la mujer y de cómo la comunidad internacional abandono a ese país y a esas personas.
¿A qué país te gustaría que se pareciera Cataluña?
A Países Bajos. De hecho, siempre he dicho que, si el cambio climático les trajera un poco de clima mediterráneo, mi marido y yo nos iríamos a vivir a Holanda.
