Un periodista no nace, se hace y por eso es una de las profesiones más complejas y, a menudo, cuestionadas en España y en un mundo globalizado donde abundan la “fakes news”. En un entorno donde la información y la desinformación se encuentran en constante evolución, los periodistas deben lidiar con retos que van más allá de la búsqueda de la verdad y la ética profesional. La precariedad laboral, el intrusismo y el desprestigio de la profesión son algunos de los factores que configuran el espacio discriminatorio en el que se desarrolla el periodismo. Este artículo explora las cuestiones existenciales que rigen la vida de los periodistas en España, así como los retos y beneficios que implica estudiar esta disciplina en un mercado laboral cada vez más complicado y competitivo, incluso, denostado. El periodismo está tan prostituido por intereses de alto rango, que más vale dedicarse a otra cosa. Aún así, desde la redacción de Urban Beat alentamos a las nuevas promesas a que no sean compradas tan fácilmentey confíen con fuerza en su valor. Lo periodistas de la prensa rosa son encumbrados, los periodistas que cubren Gaza, Cuba o Venezuela rara vez son reconocidos. Todo se resume a una manera loca de entender el periodismo. La locura no es manifiesta, es un subterfugio de los poderosos que elaboran, pagan y difunden las noticias. Todos sabemos que para salir y tener un recorrido en el País o en la Razón, se necesita un bolsillo abultado. Pagas y listo. En este punto da igual las derechas o las izquierdas. Pagas, y eres blanqueado en el acto, con campañas comunicativas de alto nivel. Así de simple. Diáfano.