Para dar cuerpo a este homenaje, Nova Galega de Danza ha sumado la visión escénica de Marta Pazos y la coreografía de Belén Martí Lluch. El resultado es un diálogo entre la danza contemporánea y la tradición gallega, una conversación coreográfica que enlaza pasado y presente a través de contrastes visuales, cromáticos y texturales. Dique transita entre la resistencia y el sacrificio, pero también abre espacio a la ligereza y a la belleza contenida en el gesto mínimo.
Una compañía que reescribe la raíz
Desde su nacimiento, Nova Galega de Danza ha construido un lenguaje propio en el que conviven música en directo, herencia popular y vanguardia. Su propuesta se caracteriza por abordar el folclore gallego desde una mirada renovada, capaz de transformar lo ancestral en experiencia actual bajo la dirección artística de Jaime Pablo Díaz. La compañía acumula reconocimientos: fue finalista en los Premios Max 2021 como mejor espectáculo de danza, galardón en el que Iván Villar obtuvo la distinción al mejor intérprete masculino, y ese mismo año recibió el Premio da Cultura Galega.
Marta Pazos: la mirada indisciplinada
Nacida en Pontevedra en 1976, Marta Pazos es una creadora poliédrica: directora artística, escenógrafa, dramaturga y artista visual. Su carrera se ha desarrollado en algunos de los principales templos culturales de España —del Gran Teatre del Liceu al Teatro Real, pasando por el Centro Dramático Nacional, el Teatro de la Abadía o el Teatre Lliure—, donde ha reimaginado tanto clásicos como textos contemporáneos desde una óptica insumisa y vinculada al presente. Su obra ha viajado más allá de las fronteras, con presentaciones en Brasil, Portugal, Alemania, Francia, Italia, Países Bajos, Mozambique, Uruguay y la República Checa.
Belén Martí Lluch: la energía de lo emergente
Por su parte, Belén Martí Lluch ha forjado un universo propio a través de su compañía Mucha Muchacha. Con ella estrenó la pieza breve Volumen I (2019), que recibió premios en distintos festivales, y posteriormente montó espectáculos de larga duración como Mucha muchacha (2021) y Para cuatro jinetes (2023). Estos trabajos han viajado por escenarios tan diversos como Contemporánea Condeduque de Madrid, el Teatro Central de Sevilla, la UNAM de Ciudad de México o el Festival Internacional de Flamenco de Vancouver.
Su compromiso va más allá del escenario: con el proyecto Seré folclore (2023), ideado para el Festival de Otoño de Madrid, Martí Lluch propone un espacio de formación y mediación artística. Además, mantiene colaboraciones con creadores de distintos campos, entre ellos Albert Pla, Adriana Vila o Los Javis, para quienes diseñó la coreografía de la serie La Mesías.
La danza como resistencia
En Dique, tradición y modernidad se entrelazan para rescatar la memoria de unas mujeres que sostuvieron sobre sus cuerpos un esfuerzo colosal y que, a pesar de la desigualdad que padecieron, dejaron una huella imborrable en la historia de Galicia. La obra es más que un espectáculo: es un recordatorio vivo de que el arte puede erigirse en dique de memoria frente al olvido, uniendo lo ancestral y lo actual en un mismo pulso escénico.









