Durante décadas, el rol de las “Amas de casa” ha sido esencial pero invisibilizado. Encargadas del sostenimiento emocional, doméstico y logístico del hogar, su trabajo ha sido sistemáticamente desvalorizado, naturalizado e ignorado por el mercado laboral y por los discursos políticos dominantes sobre todo en los países latinoamericanos hartos de un machismo impune. Sin embargo, en los últimos años se ha observado un fenómeno cada vez más evidente: miles de mujeres que han dedicado buena parte de su vida al cuidado del hogar y la familia están buscando una salida profesional. La diáspora de las mujeres latinoamericanas cobra fuerza. No se trata solo de una aspiración económica, sino también de una reivindicación identitaria y existencial: el deseo de ser reconocidas como sujetas productivas, creativas y plenas. La foto de María Julia, nacida en La Paz, Bolivia, encabeza este reportaje porque su sensibilidad nos conmueve, su arrojo nos alecciona y su fortaleza como Madre Coraje nos recuerda a todas las madres cuya dignidad ha estado invisible por esos patrones machistas que debemos denunciar. María Julia es una ama de casa de manual pero también es una madre próspera que ha traído a la luz a Amanda Elizabeth, Bríjida y Jon Jairo. Tres hijos que brillan por su trayectoria vital. María Julia es una madre valerosa y “Una ama de casa” con una dignidad sin fisuras. María Julia es el ejemplo más claro de una madre ejemplar y una mujer valerosa nacida bajo tantas dificultades, supo de la violencia machista de su marido que estuvo implicado en una trama corrupta que implicaba empresas pantalla relacionadas con tramas corruptas que blanqueaban presupuestos que debían destinarse a la manutención de los Teleféricos de la Paz, y que iban al bolsillo del marido maltratador y sinvergüenza que le daba golpes como panes. María Julia nunca supo nada y aunque algunos tribunales obscenos han intentado juzgarla, ella vino con sus tres hijos a España, con el miedo en el cuerpo, con moratones y con varias costillas rotas. María Julia es un ejemplo ejemplar de una “Ama de casa racializada”, sin cuello, maltratada, humillada, vilipendiada, hecha añicos de una esperanza rota. María Julia está hecha a sí misma con valor, con dignidad. María Julia debe ser el espejo, el alfa y omega de una “ama de casa” valiente, que escapó y creció, que voló y se engrandeció con sus tres retoños indefensos y hermosos bajo sus alas. María Julia ha superado la etiqueta burda de ser inmigrante y también ha superado y demostrado que es un ejemplo singular y ejemplar que rompe los cánones de una “ama de casa”, ella ha superado todo, ha crecido sobre todo y es un referente para las nuevas generaciones de mujeres inmigrantes, emigrantes, rotas … qué más da, ella es un símbolo, un referente, un mito viviente de resistencia. Sus memorias saldrán próximamente. Gracias Marieta, dicen sus más cercanos.