La historia de Guitarricadelafuente comienza de forma íntima y artesanal: grabaciones caseras subidas a YouTube desde su habitación, guitarra española en mano, con una estética lo-fi y un aura de honestidad brutal. Temas como “Guantanamera” o “El Conticinio” llamaron la atención por su carácter híbrido, una especie de folk mediterráneo que mezclaba copla, rumba, bolero y chanson francesa, filtrados por la sensibilidad de un joven del siglo XXI. Su primer gran salto llegó con “Nana Triste” (2019), un dúo con Natalia Lacunza que se convirtió en un fenómeno viral. A partir de ahí, Guitarrica dejó de ser un secreto de culto para ocupar un espacio en la industria musical sin renunciar a sus principios estéticos.
Uno de los elementos distintivos del estilo de Guitarricadelafuente es su uso del folclore no como un objetivo de conservación o recreación, sino como un lenguaje a reinterpretar. En su primer álbum, La cantera (2022), se percibía ya esa voluntad de experimentar con sonidos arcaicos y texturas contemporáneas. El flamenco, la jota, el son cubano o la música andina aparecían en forma de evocaciones o citas sonoras, siempre al servicio de una narrativa emocional profundamente lírica. Sus letras, cargadas de imágenes poéticas, hablaban de amor, nostalgia y pérdida, a menudo desde una perspectiva introspectiva, a veces críptica, pero siempre íntima.

‘Spanish Leather’: madurez, introspección y apertura internacional
Con Spanish Leather, su segundo disco de estudio, Guitarricadelafuente da un paso adelante tanto en ambición como en profundidad conceptual. El título, que evoca las pieles curtidas españolas exportadas por siglos a otros continentes, funciona como metáfora de identidad: una identidad flexible, marcada por el viaje, la transformación y la memoria. El cuero español, resistente y elegante, se convierte aquí en símbolo de lo que su música representa: una tradición que no se fosiliza, sino que se adapta.
Musicalmente, el álbum supone un giro hacia una producción más pulida, pero sin perder el carácter orgánico que ha definido su trayectoria. La voz de Lafuente, quebrada y emotiva, se presenta más segura, menos contenida, desplegando matices que van del susurro al clamor. A lo largo del álbum ahonda en la tensión emocional entre el afecto y el rechazo, la búsqueda hedonista y el anhelo de una conexión auténtica, el tormento de los que sienten demasiado profundamente y la actitud despreocupada de los que viven sin vacilaciones. A través de imágenes vívidas, pinta escenas de confusión emocional y crecimiento personal, deseos ardientes y amor no correspondido, desvelando inseguridades, miedo a la traición y una búsqueda central de la identidad que oscila entre lo virtual y lo real, la apariencia y la validación, los subidones de placeres fugaces de hoy en día cargados de dopamina y una búsqueda más profunda de sentido.
Líricamente, Spanish Leather es un disco más introspectivo que su predecesor. Si La cantera se centraba en el entorno rural y la memoria colectiva, Spanish Leather ahonda en la experiencia personal del desarraigo, el amor como exilio y la tensión entre el deseo de pertenecer y la necesidad de huir. Hay ecos de Leonard Cohen, de Nick Drake, pero también de Lole y Manuel, en esa combinación de misticismo y cotidianidad, de elegancia y tierra.
Clasificar a Guitarricadelafuente es tarea compleja. No encaja plenamente en la etiqueta de “nuevo flamenco”, ni en el indie folk convencional. Su propuesta bebe de la tradición, pero no se pliega a sus moldes. Utiliza la guitarra española como instrumento de resistencia emocional, pero incorpora arreglos modernos sin que estos traicionen su esencia. Su timbre vocal, nasal, rugoso, a veces frágil, a veces hiriente, es uno de sus sellos más reconocibles.
Una de las claves de su estilo es la sencillez buscada, nunca banal. Las estructuras de sus canciones suelen ser austeras, con pocos acordes, pero una gran riqueza en la ejecución melódica y rítmica. No hay artificio, pero sí un profundo trabajo en el detalle. Las letras, muchas veces crípticas, poseen una carga simbólica que recuerda a los grandes letristas del flamenco, aunque su universo poético se mueve también por coordenadas más pop y contemporáneas.
Spanish Leather ha sido recibido con entusiasmo tanto por la crítica como por el público, marcando una consolidación en la carrera de Guitarricadelafuente y ampliando su alcance fuera de España. Su paso por festivales europeos y su creciente base de fans en América Latina señalan que su música, aunque profundamente enraizada en lo ibérico, tiene una resonancia universal.
En un momento en que la música global tiende a la homogeneización y al algoritmo, artistas como él representan una apuesta por la autenticidad, por el mestizaje honesto y por la emoción como brújula estética. El futuro de Guitarricadelafuente es incierto —como todo lo verdaderamente artístico—, pero su lugar en la nueva canción española ya está asegurado: el de un trovador moderno que canta con voz antigua los dolores del presente.

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