
1. Playa de Bolonia (Cádiz, Andalucía)
Bolonia es uno de los paraísos más reconocidos de la costa gaditana. Su extensión, sus aguas cristalinas y la monumental duna que la preside conforman un escenario natural de enorme valor. Aunque la playa es de uso mixto, en la zona norte, conocida como El Chorrito, el nudismo está plenamente aceptado y arraigado. El contraste entre la historia de las ruinas romanas de Baelo Claudia y la práctica naturista ofrece una experiencia cultural y sensorial difícil de igualar. Es un destino perfecto para quienes buscan conjugar naturaleza, patrimonio y libertad corporal.

2. Playa de Vera (Almería, Andalucía)
Vera se ha convertido en el epicentro del naturismo peninsular. No se trata solo de una playa nudista, sino de una auténtica comunidad naturista internacional. Sus más de dos kilómetros de arena dorada están destinados al nudismo, y en su entorno existen urbanizaciones como por ejemplo la Natura World, hoteles y comercios donde se puede vivir sin ropa las 24 horas del día. Vera, cuenta con el único hotel nudista y naturista de España. Es el ejemplo más cercano en España a lo que significa un “pueblo naturista” plenamente normalizado. La mezcla de visitantes españoles y extranjeros ha creado un ambiente cosmopolita, relajado y tolerante, que consolida a Vera como un referente mundial.

3. Playa del Torn (L’Hospitalet de l’Infant, Tarragona, Cataluña)
Ubicada dentro de un paraje protegido, el Torn es probablemente la playa nudista más emblemática de Cataluña. Con más de 1,5 kilómetros de arena fina y aguas limpias, está rodeada de pinares que realzan su carácter natural. Además, cuenta con un camping naturista histórico que atrae cada verano a visitantes de toda Europa. La playa está señalizada y organizada de manera que la práctica del nudismo se siente natural y respetada, sin conflictos ni miradas incómodas. Su equilibrio entre accesibilidad y entorno salvaje la convierte en una de las mejores de la península.

4. Playa de Maspalomas (Gran Canaria, Islas Canarias)
Las dunas de Maspalomas son un icono mundial. En este escenario desértico y marítimo conviven miles de visitantes que encuentran en la zona central de la playa un espacio claramente identificado para la práctica nudista. La amplitud del arenal permite mantener privacidad pese a la popularidad del destino. El ambiente es diverso y cosmopolita, con turistas de todos los rincones del planeta. La combinación de mar, sol y dunas convierte la experiencia en un espectáculo natural irrepetible, donde la desnudez se integra con naturalidad en el paisaje. Esta playa nudista es además epicentro del turismo LGBTIQ+ en España.

5. Playa de Cofete (Fuerteventura, Islas Canarias)
Si Maspalomas es un icono turístico, la playa nudista de Cofete es la antítesis: naturaleza salvaje en estado puro. Sus más de 12 kilómetros de arena dorada se extienden al pie de la cordillera de Jandía, ofreciendo un escenario sobrecogedor. Llegar hasta allí no es sencillo —requiere atravesar una pista de tierra—, pero precisamente esa dificultad preserva su carácter aislado. El nudismo aquí no es tanto una práctica social como una forma de fundirse con un entorno casi intacto. El oleaje y el viento hacen que no siempre sea apta para el baño, pero la sensación de libertad es absoluta.

6. Es Trenc (Mallorca, Islas Baleares)
En Mallorca, Es Trenc es sinónimo de aguas turquesas y arenas blancas que evocan al Caribe. Aunque es una playa concurrida y no exclusivamente nudista, varias zonas, especialmente hacia Ses Covetes, son tradicionales para quienes practican el naturismo. El entorno protegido de dunas y humedales otorga un carácter especial al lugar, que combina belleza paisajística con facilidad de acceso. Es un destino recomendado para quienes buscan un primer contacto con el nudismo en un ambiente natural pero cercano a servicios turísticos.

7. Playa de Cantarriján (Granada, Andalucía)
Dentro del Paraje Natural de Maro-Cerro Gordo, Cantarriján se ha consolidado como una de las calas nudistas más valoradas de la península. Su acceso está regulado en verano mediante transporte lanzadera, lo que garantiza la preservación del entorno. Los acantilados que la rodean, sus aguas limpias y su ambiente tranquilo conforman un escenario perfecto para quienes priorizan el contacto íntimo con la naturaleza. Además, la tradición nudista aquí está firmemente arraigada, lo que garantiza respeto y una convivencia natural.

8. Playa de Ses Illetes (Formentera, Islas Baleares)
Formentera es un paraíso del Mediterráneo y Ses Illetes, su emblema. Reconocida entre las playas más bellas del mundo, combina arenas blancas con aguas de un azul intenso difícil de describir. Aunque oficialmente no está catalogada como playa nudista, el naturismo es una práctica habitual en buena parte de su extensión. La isla entera respira un espíritu de tolerancia y libertad que hace del desnudo algo espontáneo. Practicar nudismo en Ses Illetes es vivir la esencia misma de Formentera: un refugio natural, abierto y sin artificios.

Estas ocho playas representan lo mejor del naturismo español, pero lo cierto es que la oferta es mucho más amplia. La costa mediterránea, los litorales atlánticos y los archipiélagos esconden decenas de calas y arenales donde el nudismo forma parte del paisaje humano. Más que un acto recreativo, se trata de una experiencia que pone en valor la igualdad, la aceptación del propio cuerpo y la conexión directa con la naturaleza.
Cada playa tiene su carácter: desde la sofisticación cosmopolita de Maspalomas hasta el aislamiento casi místico de Cofete; desde el ambiente familiar de Vera hasta la postal idílica de Ses Illetes. Lo común a todas ellas es un clima de respeto que convierte al nudismo en algo más que estar sin ropa: es un gesto de libertad compartida.
España ha sabido conjugar tradición, modernidad y tolerancia para consolidar un mapa nudista envidiable. Estas ocho playas nudistas son solo una muestra de la riqueza natural y cultural del país, donde el mar se convierte en un espacio de igualdad y desnudez sin tabúes. Quien recorra Bolonia, Vera, el Torn, Maspalomas, Cofete, Es Trenc, Cantarriján o Ses Illetes descubrirá que practicar nudismo en España no es solo despojarse de ropa, sino también de prejuicios.