
William Shakespeare vuelve a Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid con la versión de ‘Coriolano’ que se estrenó en el pasado Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida con gran éxito. El actor Roberto Enríquez, en el papel de Coriolano, encabeza un elenco de nueve intérpretes: Carmen Conesa, como Volumnia; Manuel Morón dando vida a Menenio; Álex Barahona en la piel de Cominio; Santiago Molero como Bruto; Juan Díaz de Sicinio; María Ordóñez encarnando a Virgilia; Beatriz Melgares doblando papel como lugarteniente y ciudadano y por último Javier Lara como Aufidio.

La obra expone al público a través de una metáfora, la Roma de inicios de la República, hechos que interpelan “al alma universal humana de todas las épocas y al mismo tiempo retratan aquellas cosas que están pasando hoy en día”, según ha explicado su director Antonio Simón. En su opinión, se trata de una obra “enormemente emotiva pero que además aúna tragedia, lirismo, violencia y sexo muy al gusto de la época”.
“A la potencia humana de sus conflictos une en esta obra temas de orden político que resonarán en nuestro público. ¿Qué puede ocurrir si una sociedad está dividida en un enfrentamiento entre una clase patricia gobernante que solo piensa en su beneficio y privilegios excluyendo de la participación en la gobernanza a las clases populares, a la masa de ciudadanos resentida, falta de preparación política, expuesta muchas veces a la manipulación de los demagogos? La consecuencia es la ruina total de la incipiente República”, indica Simón en el texto de presentación.
El actor Roberto Enríquez ha definido su papel como “un personaje controvertido, clasista que desprecia a la plebe que le niega el trigo porque se los da a los soldados pero es fiero y valiente en la batalla y su problema es que no se puede desarrollar en la política porque es incapaz de traicionarse así mismo”, explicó en su presentación en el Festival de Mérida.

Acerca de la obra Coriolano
William Shakespeare, el genio del teatro isabelino, llevó a escena en Coriolano una de sus tragedias políticas más intensas y menos representadas. Inspirada en hechos históricos narrados por Plutarco, la obra explora las tensiones entre la aristocracia y el pueblo romano, encarnadas en la figura de Cayo Marcio, un general valeroso que cae víctima de su propio orgullo y desprecio por la democracia.
La trama se desarrolla en la Roma republicana, en un contexto de agitación social. Cayo Marcio, tras vencer a los volscos y conquistar la ciudad de Corioles, recibe el sobrenombre de “Coriolano”. Impulsado por su madre Volumnia, aspira al cargo de cónsul. Sin embargo, su arrogancia y desprecio hacia el pueblo lo enfrentan con los tribunos, quienes incitan a la plebe a rechazar su candidatura.
El conflicto central gira en torno a la figura de Coriolano, un hombre de guerra incapaz de adaptarse a la política. Su virtud militar contrasta con su incapacidad de comprometerse con las demandas del pueblo. Rechazado por Roma y desterrado, se alía irónicamente con sus antiguos enemigos, los volscos, liderados por Aufidio, para vengarse de su patria.
La tensión alcanza su clímax cuando Coriolano, ya frente a las puertas de Roma, se encuentra con su madre, su esposa Virgilia y su hijo. En una escena conmovedora, Volumnia lo persuade de no atacar la ciudad. Cediendo finalmente a los lazos familiares y patrióticos, el héroe trágico firma la paz, pero esta acción le cuesta la vida: los volscos lo consideran traidor y lo asesinan.
Coriolano aborda con maestría temas atemporales como el poder, el orgullo, la lucha de clases y el conflicto entre lo público y lo privado. Shakespeare retrata una Roma dividida, donde la figura del héroe es destruida por su incapacidad de reconciliar su integridad con las demandas del pueblo.
A diferencia de otras tragedias shakesperianas, Coriolano se distingue por su tono sobrio, la intensidad de sus diálogos políticos y la ambigüedad moral de su protagonista. La obra ofrece una reflexión profunda sobre la fragilidad de los sistemas democráticos y los peligros del extremismo tanto en la élite como en las masas.
Pese a ser menos conocida que Hamlet o Macbeth, Coriolano ha sido rescatada por directores contemporáneos, especialmente en contextos de crisis política, demostrando su vigencia y poder dramático.

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