La edición de este año despliega una programación de diez propuestas que combinan figuras consagradas y creadores emergentes que empiezan a despuntar internacionalmente. Entre ellas destaca el estreno absoluto del nuevo proyecto de Angélica Liddell, SEPPUKU. EL FUNERAL DE MISHIMA o el placer de morir, una inmersión radical en la estética del sacrificio inspirada en la figura de Yukio Mishima. Esta pieza, concebida como un rito previo al amanecer, será presentada en funciones excepcionales a las 5:45 de la mañana en el Teatre de Salt, un gesto deliberado de la autora para convertir la escena en un umbral donde el erotismo, la violencia y la poesía confluyen en una misma respiración.
El Big Bang mantiene así su condición de plataforma estratégica para la internacionalización de la escena catalana, española e iberoamericana. La organización propone encuentros a puerta cerrada entre programadores y artistas para exponer procesos creativos, proyectos en desarrollo y líneas curatoriales de diferentes teatros y festivales. La presencia masiva de instituciones de referencia —como el Festival de Aviñón, el Théâtre Odéon de París, el Wiener Festwochen, el Kunsten Festival des Arts o el Public Theater de Nueva York— confirma la relevancia que ha adquirido este espacio desde su puesta en marcha en 2011. Más de un millar de profesionales han visitado el Big Bang en estos catorce años, convirtiéndolo en un nodo indispensable para la circulación internacional de espectáculos.
Angélica Liddell y el resplandor de Mishima
Liddell, una de las creadoras más influyentes y extremas del teatro europeo, regresa al festival tras haber estrenado allí tres de sus cuatro últimos trabajos. En su nueva obra profundiza en el imaginario de Yukio Mishima, escritor, dramaturgo y figura icónica de la estética del sacrificio. Inspirándose en el Hagakure, la autora articula una pieza donde la muerte se convierte en un gesto de belleza y liberación. El montaje está coproducido por Temporada Alta, el Théâtre National de Strasbourg, Wiener Festwochen | Free Republic of Vienna y el Festival Grec, con apoyo de la Comunidad de Madrid.
El reparto incluye a Alberto Alonso Martínez, Ichiro Sugae, Gumersindo Puche, Kazan Tachimoto y la propia Liddell. El texto incorpora fragmentos de Patriotismo y El marino que perdió la gracia del mar, así como una relectura del Noh Hagoromo. La túnica de plumas. En esta propuesta, la autora vuelve a situar el cuerpo —el suyo y el de sus intérpretes— como territorio último de una búsqueda espiritual, donde vida, sacrificio y deseo conviven en un filo puramente teatral.
Miet Warlop y Marina Otero: la presencia internacional
El Big Bang funciona también como puerta de entrada para creadoras de proyección internacional. Este año el festival acoge el estreno en España de Inhale Delirium Exhale, el nuevo trabajo de la belga Miet Warlop, reconocida por su teatro visual y por un lenguaje escénico difícil de clasificar. Su pieza, de naturaleza hipnótica, reúne a cinco intérpretes que manipulan 4.000 metros de seda para construir un paisaje inestable y vibrante, siempre al borde del colapso. La tela, manejada como si fuera pensamiento materializado, simboliza la expansión y contracción emocional contemporánea: aquello que se desborda puede volverse minúsculo y manejable si se cambia el ángulo de mirada.
También llega AYOUB, el esperado regreso de Marina Otero tras Recordar para vivir. Creada junto a Ibrahim Ibnou Goush, la obra indaga en el trauma, la fragilidad y el anhelo de un refugio emocional. El título —un nombre frecuente en países islámicos y que significa “el que retorna” o “el arrepentido”— se convierte en emblema de una pieza política y profundamente humanista. Otero dedica el trabajo a los 615 niños llamados Ayoub asesinados en Gaza, otorgándoles cuerpo y memoria en escena. La obra es a la vez una reconstrucción íntima, una conferencia performativa, una reflexión sobre colonialismo y una exploración del amor romántico y sus fricciones simbólicas.
La escena local y sus nuevas derivas
La programación incorpora además a una serie de artistas y compañías que dialogan con lenguajes contemporáneos desde la escena catalana y española.
Lorena Nogal presenta PICASSa, un ejercicio performativo que transforma el espacio en un mosaico cubista donde cuerpo, mirada y realidad se fragmentan para recomponerse desde múltiples perspectivas. La obra reflexiona sobre la impermanencia, la memoria sensorial y la necesidad de imaginar otras formas de habitar el escenario.
La Mula —la compañía formada por Magda Puig y Andreu Martínez— presenta Manual para seres vivos, una propuesta irónica que rastrea el poder de las palabras para modelar emociones y construir ficciones colectivas. Con sentido del humor y una dramaturgia flexible, la pieza analiza de qué modo los relatos que nos contamos determinan cómo nos relacionamos con los demás.
Tras el impacto de Travy, Oriol Pla y Pau Matas regresan con Gola, una investigación sobre el exceso y la voracidad contemporánea. A través del clown, el gesto y la danza, los intérpretes despliegan un retrato del consumo compulsivo y de la necesidad casi existencial de ser visto, devorado o celebrado.
La Agrupación Señor Serrano propone Historia del amor, un recorrido escénico por las narrativas sentimentales heredadas. En un escenario marcado por restos y ruinas simbólicas, la compañía cuestiona los mitos universales del amor y los reescribe desde una mirada crítica, híbrida y multidisciplinar.
La coreógrafa Roser López Espinosa estrena Cèl•lula #6: Faula, una coproducción del Mercat de les Flors donde cuerpo, imagen y espacio dialogan en una fábula contemporánea que explora el tiempo, la memoria compartida y las formas de comunidad.
El cine como memoria y archivo
La programación audiovisual del Big Bang incorpora Imprenteros, de Lorena Vega y Gonzalo Javier Zapico, un híbrido entre documental y performance que reconstruye la historia familiar de la creadora argentina a través del taller de imprenta que marcó su infancia. La obra explora el duelo, la transmisión simbólica y la persistencia afectiva de los oficios.
Se proyectará además Dans la solitude des champs de coton, de Patrice Chéreau, una pieza fundamental en la historia del teatro europeo reciente y una de las interpretaciones más influyentes del texto de Koltès.









