SHOOT SPEED / KILL LIGHT reflexiona sobre las fronteras entre figuración y abstracción a través de una serie de artistas que mediante su práctica artística tratan de repensar y desdibujar dichos límites, situándose en lo que podemos llamar “zonas grises”; lugares dinámicos y en continuo movimiento, donde la figura y lo abstracto dialoga y se resignifica mutuamente.
Las obras que forman parte de la exposición tratan de escapar las etiquetas tradicionales de la pintura intentando abordar un mundo cada vez más complejo y acelerado.
El título de la exposición “Shoot speed / Kill light” sugiere, además, un sentido de urgencia y nos pone sobre la mesa la cuestión: ¿cómo pueden los artistas generar obras que perduren y transciendan más allá del momento actual?
La exposición se acompaña por un texto de sala escrito por David Morán:
En la colección de discursos, atribuidos a Buda, Samyutta Nikaya, se sostiene que se puede salir del tiempo gracias a un momento de iluminación favorable. Desde que inició su combate insomne con los medios de reproducción mecánica de la imagen, primero, y con los medios de comunicación de masas, un poco después, la pintura ha perseguido encontrar ese momento propicio para erigirse en el único medio legítimo de representación de la realidad. Siempre lo ha hecho con miedo a no saber reconocer dicho momento; a ser incapaz de resolver la ecuación que separa la gloria del olvido y quedar relegada a la irrelevancia propia de un arte
muerto.
En parte, es ese mismo miedo el que alimenta, a lo largo del siglo XX, una búsqueda pendular entre la abstracción (infectada con el virus incurable de la forma), y la figuración (siempre contagiada de la febril ansiedad de los campos de color por desbordar el motivo). Así, se han sucedido los flashes, los auges efímeros, las crisis nunca concluidas, los fracasos relativos… y sigue sin resolverse el dilema del papel que debe jugar la pintura contemporánea a la hora de representar un mundo en perpetua fragmentación.
En el mundo anglosajón se habla, coloquialmente, de “momentum” para indicar ese punto en el que se encadenan éxitos en una cadencia imparable. Es común escuchar, estos días, que la pintura figurativa está viviendo su “momentum”. Que, por fin, ha conectado con las nuevas maneras de mirar, con el caudal incesante de imágenes digitales, servidas de por medios y plataformas de comunicación. Sin embargo, en SHOOT SPEED / KILL LIGHT, se hace un retrato algo distinto de esta cadencia de éxito y se pone sobre la mesa la posibilidad de que el truco no funcione a la primera. Que figuración y abstracción estén entrelazadas sin remedio y aboquen a la pintura a vivir en una tensión irresoluble con el espectador. En los once artistas reunidos aquí, vemos cómo esa hipotética tensión se traduce en dinámicas de hibridación, mutación y contaminación. Vemos discursos que afirman y niegan, simultáneamente, el triunfo de la forma. Esta exposición es el retrato ácido de un momento suspendido entre el todo y la nada.
En la sucesión de obras que conforma SHOOT SPEED / KILL LIGHT vemos una pintura llena de oportunidades, capaz de crear un lenguaje acorde con un mundo acelerado, incierto, grotesco, brutal, hedonista y feroz. Pero también el retrato de una disciplina declarada en rebeldía contra esa misma realidad, cuestionando su velocidad y su pragmatismo; desplegando estrategias de resistencia desde el lirismo, la alienación o el canibalismo visual. En una secuencia fragmentaria de equilibrios imposibles, la exposición despliega un conjunto de obras fascinantes, filibusteras, extremas y sinceras, en cuanto asumen que pueden estar tanto a punto de alzarse con la victoria como de entrar en un punto de no retorno, irrelevancia e implosión.
Más allá de la ironía agridulce, los artistas aquí reunidos desarrollan diferentes estrategias para gestionar la incertidumbre de un momento que no sabemos si es una intersección espacio-temporal determinante para el futuro de la pintura; o tan solo la combustión luminosa de una época muerta, cuyo un circuito estético – ya quemado – solo es capaz de emitir la historiada llama de su propio artificio. Adentrarse en los distintos ambientes de SHOOT SPEED/ KILL LIGHT puede asemejarse, en cierto sentido, a ese momento de iluminación al que hacíamos referencia al principio de este texto, y se puede leer como la síntesis reveladora de lo que puede aportar la disciplina pictórica al mundo actual. También se puede vivir como un chute alucinógeno, como una sobredosis de formas, colores y motivos mutantes que nos recuerdan que nuestra mirada puede quedar atrapada en un bucle visual que nos aboque a un solipsismo sin remedio.
Organizado por Herrero de Tejada y UVNT ART FAIR