Urban Beat Contenidos

manuel liñán

Manuel Liñán: la explosión vestida con bata de cola

Manuel Liñán nació en Granada y el arte flamenco está impreso en su genética y desborda los escenarios con un talento único y disruptivo que entiende con pasión al arte desprejuiciado y sin etiquetas: "A mí a veces me ha costado mucho naturalizar el hecho de querer travestirme de mujer o emplear elementos muy vinculados al género femenino en mis espectáculos", confiesa en el encuentro con la revista Urban Beat en vísperas de su próximo estreno en Madrid: “Muerta de amor”.
manuel liñan

Manuel Liñán es un artista de raza cuya efervescencia creativa se muestra con honestidad, con valor y fiel a una esencia explosiva de bailaor que se reinventa sobre las tablas en cada espectáculo.

¿Cómo surgió tu pasión por la danza?

Soy originario de Granada y por tanto ya en mi entorno se respiraba el arte por todos lados. Mi padre al ser torero nos sumergió en el mundo taurino y también el flamenco estaba muy presente porque en mi barrio dicho arte era algo natural y emocionante. Mi primera incursión en el mundo de la danza fue a través de las clases de flamenco del colegio.

En los próximos 13 y 14 de junio estrenas tu nuevo proyecto; Muerta de amor en los Teatros del Canal.  ¿Cómo fue el proceso de gestación de dicha obra?

Llevo cerca de dos años trabajando en este proyecto. Todo nació de una pregunta, desde una reflexión acerca de qué es el amor para mí o cómo lo vivo y partir de ahí, surgieron varias vertientes. No creo que Muerta de amor sea la pregunta o la respuesta, pero si es el resultado de todo un proceso creativo de indagación que lleve a cabo con el coreógrafo José Maldonado. Ambos nos fuimos de residencia y a través de una mutua investigación aparecieron elementos muy singulares como el deseo; la provocación; lo platónico; la carencia; el abrazo; el contacto con la piel de otras personas. También surgió la culpabilidad de nuestras primeras relaciones con hombres por el juicio social y a partir de ahí se abrió un gran abanico de posibilidades para poder coreografiar esta pieza. Muerta de amor desemboca en un campo emocional evocativo donde bailamos a través de lo carnal bajo una emoción genuina y honesta.

¿Cómo ha sido el trabajo con el equipo que estructura Muerta de amor?

La verdad ha sido maravillo; este trabajo ha sido para mí uno de los más interesantes porque hemos hecho residencia en In progress donde hemos convivido todos los integrantes de la compañía y hemos compartido todo desde el principio caminando al unísono. La creación ha sido muy honesta remando todos en la misma dirección.

¿Cómo se relacionan los diferentes elementos escénicos a la hora de construir tus espectáculos?

Los diferentes elementos escénicos se van vertebrando poco a poco partiendo de una idea que bebe de la música, del cante y del baile. La inspiración musical como elemento escénico se nutre de la canción andaluza y de la copla, porque la copla siempre ha acompañado mis vivencias y ha sido como la banda sonora de mis relaciones personales. La copla es un género que musicalmente camina muy bien con el flamenco, y en definitiva, este espectáculo se mueve entre la canción andaluza, la copla y el flamenco.

manuel líñán

¿Qué valoración haces de los estereotipos de género en el mundo del flamenco en particular y en la sociedad actual en general?

Lo cierto es que no intento hacer juicios sobre este tema. Considero que cada uno tiene el derecho de manifestarse o de llamarse como realmente quiera. A mí a veces me ha costado mucho naturalizar el hecho de querer travestirme de mujer o emplear elementos muy vinculados al género femenino en mis espectáculos. En algunos momentos he sentido que la sociedad me etiquetaba de cierta manera, y entiendo que deba haber etiquetas para que podamos conseguir leyes y para que la gente pueda identificar lo que existe a través de algún nombre, pero en mi caso, renuncio a etiquetarme de ninguna manera.

¿Cuáles son tus referentes en la historia del arte a la hora de inspirarte y crear?

En la historia del arte hay muchos referentes que me inspiran y no te diría nombres concretos, pero, por ejemplo; si te tuviera que hablar ahora de la inspiración de Muerta de amor, sin lugar a duda definiría a la copla como motor inspirativo. Mi musa ha sido la copla. Soy un amante también de la pintura y de la danza contemporánea. Todo lo que me rodea es realmente para mí inspirador.

¿Qué papel consideras que deben desempeñar las instituciones públicas a la hora de apoyar el desarrollo del arte y la cultura contemporánea?

Es fundamental que exista una ayuda directa y sin fisuras a la cultura por parte de las instituciones públicas. Desde mi punto de vista necesitamos lugares de creación técnicos; necesitamos un circuito donde poder mostrar nuestro trabajo y eso creo que es fundamental para que la cultura asuma de una vez por todas su espacio y su función a la hora de cambiar conciencias.

En 2012 lograste el Premio Bailarín Revelación del Festival de Jerez y en los años 2013 y 2014 has sido galardonado con el Premio a Mejor Bailaor, que concede la crítica especializada de Flamenco Hoy, y el Premio Granada Joven (2014), en la modalidad de arte, concedido por el Instituto Andaluz de Granada. Además, en 2017 fuiste galardonado con el Premio Nacional de Danza. ¿Qué es para Manuel Liñán el éxito?

Para mí el éxito es seguir creciendo como profesional a través de nuevos montajes que se impregnen de mis universos creativos. Poder seguir trabajando y defendiendo sobre el escenario mi esencia como artista, eso, ya es para mí un éxito rotundo. Poder trasladar las ideas que tengo en la cabeza al público y concretarlas en una obra artística desde la honestidad y la verdad es, en definitiva, para mí, el verdadero éxito.

¿Qué recomendarías a los nuevos talentos que quieren abrirse paso en el complejo y competitivo mundo de la danza?

A todos los nuevos talentos les recomendaría que no entren en ningún mundo de competición, que sean honestos con su trabajo y lo más importante; que se formen, porque la formación constante es imprescindible para crecer profesionalmente. Es fundamental, también, la disciplina; porque la danza requiere de mucho esfuerzo, de mucha condición de estudiar mucho y estar siempre alerta ante todos los aprendizajes que podamos asumir desde la humildad de saber que siempre hay algo que aprender. A mí me ha servido mucho estudiar con maestros diversos que me han aportado un lenguaje muy diferente y luego, pues, tener la suerte de poder trabajar como bailarín.

¿Con qué sueña Manuel Liñán?

Con que salga bien este estreno je je je. Ahora mismo tengo toda la energía en este proyecto y no sabría decirte ningún sueño. Con vivir esta experiencia al máximo estarían por ahora, mis sueños cumplidos.

Teniendo en cuenta que la danza y en especial el flamenco son pasiones que guían tu vida, ¿Qué otras inquietudes creativas tiene Manuel Liñán?

Realmente mis inquietudes giran únicamente en el ámbito de la danza, entendida como creación y emoción en profunda conexión con mi público. Es cierto que me fascina el mundo de la dirección y no sabría que más decirte… lo otro que me gusta es cocinar en mi casa, tranquilo a mi rollo, con mis propias recetas je je je.

manuel liñán

Compartir:

Facebook
Twitter

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Urbanbeat Julio 2024
¡Descarga ahora el último nùmero de nuestra revista!
manuel liñán

Una plegaria flamenca para seis siglos de memoria: estreno mundial de “Así reza mi pueblo”

El Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial se prepara para acoger un acontecimiento singular: el debut mundial de “Así reza mi pueblo”, una misa flamenca sinfónica que aspira a convertir la espiritualidad gitana en un territorio musical habitable para todos. La obra, concebida y dirigida por el extremeño Francisco Suárez, subirá a escena el 13 de diciembre como parte de la programación dedicada al 600 aniversario de la llegada del pueblo gitano a España. No es solo un estreno: es una evocación histórica, un acto de memoria colectiva y un gesto artístico que busca tender puentes entre lo sagrado, lo popular y lo universal.

Entrevistamos a Lucas Bun: un artista emergente e insurgente que se abre camino con autenticidad, riesgo y sensibilidad musical

En un panorama musical saturado de tendencias efímeras y ritmos prefabricados, emerge la figura de un creador que ha decidido recorrer el camino más arduo: el de la autenticidad. Desde la infancia, con un piano heredado casi por accidente familiar, la música se convirtió para él en un refugio emocional y un territorio íntimo de exploración. Esa semilla temprana no solo marcó el inicio de su vocación, sino que también cimentó una identidad artística que hoy transita con naturalidad entre el flamenco, la electrónica, el pop latino y la experimentación más libre.
Su reciente espectáculo “Todavía”, estrenado con un éxito rotundo en Teatros del Canal dentro del festival Miradas Flamenkas 2025, confirma su capacidad para dialogar con géneros que no le son propios y, aun así, hacerlos suyos de manera natural demuestra su capacidad multifacética. Dicho espectáculo minimalista y emotivo ha sido concebido como un puente hacia su próximo disco “Lodo”, un trabajo de boleros electrónicos que verá la luz en enero; un proyecto que demuestra una madurez creativa que se construye paso a paso, lejos de los atajos de la industria.

Joe Bonamassa vuelve a España en 2026: blues, guitarra y pasión en directo

El blues tiene algo de conjuro ancestral: una voz que emerge del alma y una guitarra que sangra verdad. Joe Bonamassa lo sabe desde niño. Lo aprendió a los doce años, cuando subió al escenario como telonero de B.B. King y entendió que el fuego del blues no se apaga, se transmite. Tres décadas después, el guitarrista estadounidense vuelve a España con el mismo fervor que entonces —solo que más sabio, más abrasador, más suyo— para ofrecer dos conciertos que prometen ser pura alquimia: el 7 de noviembre de 2026 en el Sant Jordi Club de Barcelona y el 8 de noviembre en el Palacio Vistalegre de Madrid.

Rosalía entra en su Berghain reinventado: violines, pecado redentor y liturgia electrónica con ecos de Björk

Berghain, tema incluido en el nuevo álbum Lux de Rosalía, no es solo una canción: es un experimento teológico pop con violines, sintetizadores y voces en tres idiomas —español, inglés y alemán— que se cruzan como si en una acalorada misa techno futurista se hubieran invitado a Mozart, Yves Tumor,
Björk y Blancanieves . En pocos minutos, la catalana convierte la metáfora del club berlinés más impenetrable del mundo en un espejo barroco donde se refleja su obsesión constante: ser santa y pecadora a la vez, sin pedir perdón ni permiso porque el talento se nutre de todas las pleitesías habidas y por haber. Es una ceremonia de barroquismo pop más audaz, un acto de fe en que el virtuosismo no está reñido con el estertor de un corazón en colapso. Una especie de batiburrillo delicioso que aún debemos esperar encajar hasta que descubramos el disco al completo que se estructura, por cierto, en cuatro actos de una ópera personalísima.

iLe rescata el bolero como herida que canta: “Como las canto yo”, un acto de memoria y emancipación sonora

Hay voces que crean un profundo diálogo musical, voces que escarban, que abren la memoria y la obligan a hablar desde la emoción y la herida. La de iLe, esa artista puertorriqueña que ya había desafiado el canon latino con “iLevitable” y “Almadura”, regresa ahora con un gesto más íntimo, pero igual de insurgente: “Como las canto yo” Un álbum de boleros, sí; pero también una declaración de identidad, un acto de redención y una forma de regresar a casa.

DELACUEVA lanza su nuevo disco “No me llames artista”, una oda a la ironía y a la autenticidad del pop español

El compositor zaragozano presenta el próximo viernes su nuevo álbum “No me llames artista, que lo confirma como una de las voces más prometedoras del pop español actual. Con diez temas que oscilan entre la fantasía, la autocaricatura y la confesión emocional, DELACUEVA traza un universo donde la vulnerabilidad y el humor ácido bailan juntos, como si la redención solo fuera posible riéndose de uno mismo.

También te puede interesar

Mujeres ante el objetivo: historia, técnica y libertad en la España decimonónica

El Museo Nacional del Romanticismo ha inaugurado la exposición “Retratadas. Estudios de mujeres”, un proyecto que, bajo la mirada historiográfica de Stéphany Onfray, propone una revisión crítica del papel de las mujeres en la cultura fotográfica del siglo XIX español. La muestra, que reúne 152 fotografías y objetos vinculados al mundo visual decimonónico, explora la manera en que las mujeres de aquel tiempo no solo posaron ante las cámaras, sino que también se apropiaron activamente de este nuevo lenguaje para expresarse, transformarse y participar en la creación de imaginarios visuales todavía hoy vigentes. La muestra podrá apreciarse hasta el 25 de enero y estará acompañada de un amplio programa de actividades.

Las tribus urbanas como espejo mutante: pertenecer, diferenciarse y sobrevivir en la era híbrida

Las tribus urbanas no han desaparecido; han aprendido a camuflarse. Ya no se manifiestan únicamente con crestas teñidas, cazadoras de cuero o camisas desleídas por el sol. Hoy se deslizan entre la multitud, alternan entre el ruido del metro y el silencio del algoritmo, migran de un barrio a un servidor digital remoto sin perder aquello que las define: la necesidad de pertenecer y de diferenciarse a la vez. En este doble impulso, humano y contradictorio, reside su vigencia.

Una plegaria flamenca para seis siglos de memoria: estreno mundial de “Así reza mi pueblo”

El Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial se prepara para acoger un acontecimiento singular: el debut mundial de “Así reza mi pueblo”, una misa flamenca sinfónica que aspira a convertir la espiritualidad gitana en un territorio musical habitable para todos. La obra, concebida y dirigida por el extremeño Francisco Suárez, subirá a escena el 13 de diciembre como parte de la programación dedicada al 600 aniversario de la llegada del pueblo gitano a España. No es solo un estreno: es una evocación histórica, un acto de memoria colectiva y un gesto artístico que busca tender puentes entre lo sagrado, lo popular y lo universal.

El Palacio de Cibeles, 100 años después: memoria urbana en un edificio que nunca dejó de transformarse

El Palacio de Cibeles no es simplemente un edificio que alcanza el siglo de vida: es una presencia que ha acompañado a Madrid como una columna vertebral hecha de luz y piedra. En 2019 cumplió 100 años y se impone allí donde otros inmuebles envejecen en silencio, este sin embargo, ha crecido con el pulso de la ciudad, ha respirado sus transformaciones y ha proyectado, década tras década, un imaginario de modernidad y solemnidad. Cumplir cien años, en su caso, no es una efeméride: es la prueba viviente de cómo la arquitectura puede convertirse en memoria colectiva. Durante un siglo, este coloso de piedra, hierro y vidrio, proyectado por Antonio Palacios y Joaquín Otamendi ha sido centro postal, icono urbano, símbolo institucional y ahora, además, artefacto cultural ya que alberga CentroCentro, un espacio de encuentro intercultural, una gran plaza pública para el ciudadano y un escenario de participación, acción, ocio y aprendizaje. Y aunque forme parte del decorado cotidiano, mucho de su historia sigue escondido bajo su piel arquitectónica.

Scroll al inicio

¡Entérate de todo lo que hacemos

Regístrate en nuestro boletín semanal para recibir todas nuestras noticias