El lanzamiento de las Las Nike Mercurial Superfly no llega solo. A las botas se une una colección completa de ropa técnica y de sportswear que amplifica la narrativa de la futbolista: una camiseta y un pantalón corto de entrenamiento, una sudadera oversize de capucha en tejido Fleece y unas zapatillas Nike Field General. El conjunto dibuja un universo estilístico que trasciende lo deportivo y sitúa a Kerr como icono cultural. En Australia ya puede adquirirse, y la colección se expandirá a nivel global a través de nike.com y puntos de venta seleccionados.
Las Mercurial exclusivas de Kerr son, al mismo tiempo, un símbolo de responsabilidad compartida entre la futbolista y Nike: impulsar a nuevas generaciones de mujeres, demostrar que el fútbol femenino merece el mismo respeto que el masculino y recordar que los nombres de ellas también merecen figurar grabados en un par de botas. La pieza, concebida como un relato visual, narra el viaje de una niña del extrarradio de Perth que se negó a renunciar a sus sueños hasta convertirse en la ofensiva más temida del fútbol.
El diseño transmite esa biografía en cada trazo. La paleta cromática se inspira en la arena clara de las playas australianas, mientras toques de azul verdoso, rosa y naranja evocan el océano, los atardeceres y las formaciones rocosas de su tierra natal. En la parte superior destaca la palabra “Consistent” —“Perseverante”— escrita como si fuese un tatuaje, un recordatorio de su lema vital. A ella se suman dos inscripciones que condensan su identidad: “Forever Forward” (siempre hacia adelante), que subraya su instinto atacante, y “Perth Swagger” (estilo de Perth), como declaración de orgullo local.
La puntera añade un guiño a la historia olímpica: la franja frontal está inspirada en Cathy Freeman, la velocista australiana que conquistó el oro en los Juegos de Sídney 2000 vestida con un mono Nike integral. La parte superior recuerda esa victoria; la inferior lleva grabados los números romanos XX, referencia al dorsal de Kerr. Así, las botas dialogan con un legado femenino de resistencia y triunfo.
Otros detalles refuerzan la dimensión autobiográfica: menciones a su debut con las Matildas en 2009, la Bota de Oro de 2017 y la temporada gloriosa de 2020 con el Chelsea. En las plantillas se leen mensajes de autoafirmación: “Be who I am” en un pie y “Be who you are” en el otro, como invitación a la autenticidad. En el talón, su firma convierte cada par en un objeto personalizado, casi en un fetiche.
La colección se expande con la misma coherencia simbólica. Las Nike Field General presentan los mismos tonos inspirados en las playas y atardeceres de Perth, además de detalles gráficos que incluyen mensajes íntimos y la rúbrica de Kerr en el tobillo. La sudadera oversize, por su parte, mezcla sobriedad y atrevimiento: en el frontal, un discreto Swoosh bordado en azul verdoso, acompañado del logo XX y las iniciales SK; en la espalda, un estallido de frases que marcan hitos vitales: “Be Who I Am, Be Who You Are”, “Golden in 2017”, “You Just Never Know” y “Me vs The World”. Palabras que funcionan como consignas, gritos interiores convertidos en moda urbana.
El conjunto se completa con la camiseta y el pantalón corto de entrenamiento, diseñados bajo la misma paleta y que, más allá de su función técnica, consolidan la identidad estética de la colección. Todo respira la misma idea: Sam Kerr no es solo una futbolista de élite, sino una figura que encarna disciplina, inspiración y pertenencia a un lugar.
Nike presenta este proyecto como una celebración doble: de la ofensiva inagotable que caracteriza a Kerr dentro del campo y de la huella que ha dejado en la cultura deportiva mundial. El calzado y la ropa no son meros objetos de consumo, sino artefactos cargados de historia, que entrelazan la biografía de una atleta con símbolos universales de esfuerzo, origen y orgullo nacional.
En última instancia, las Mercurial exclusivas de Sam Kerr son más que una innovación técnica. Son un manifiesto estético y emocional: la certeza de que cada paso en el césped lleva consigo el eco de Perth, la memoria de Cathy Freeman, la inspiración para generaciones venideras y la reafirmación de que las mujeres del fútbol merecen ser inmortalizadas en el mismo pedestal que sus pares masculinos. Con cada zancada, Kerr escribe un relato de perseverancia y ambición, y Nike lo encapsula en unas botas destinadas a convertirse en icono.
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