Urban Beat Contenidos

Sofía Nowendsztern

Sofía Nowendsztern: «El arte se nutre de la libertad propia de una mente en paz»

Sofía Nowendsztern es una poetisa prolífera cuya sensibilidad y talento quedan fehacientes en obras tales como «Compulsiones» o «Desahucios» de donde nació «Divina Voluntad» poemario que aborda con valentía, su experiencia siendo hipocondríaca y lo que implica vivir con un trastorno obsesivo compulsivo. Su último trabajo como traductora de la obra «Guerra», de la heroína Nancy Cunard, consagra a Sofía Nowendsztern como una autora multifacética, brillante y con un universo creativo que deslumbra y acoge siempre a sus fieles lectores. Urban Beat desgrana, en esta entrevista en exclusiva, los entresijos de una autora que ya es un clásico indiscutible de las letras universales.
Sofía Nowendsztern

¿Quién es Sofía Nowendsztern?

Una escritora que a veces se atreve a traducir y antologar.

¿Qué significan para una poetisa de tu valor las reminiscencias de la infancia en su acto creativo?

La infancia te acompaña siempre y eso puede ser una carga o una delicia. Para lo primero, el arte aporta sentido e incluso solución. Cuando escribí Desahucios (2019) quería entender el proceso de pérdida en la niñez y cómo afecta luego en la edad adulta. En muchos aspectos sigue siendo un misterio, pero me permitió comprender mejor las decisiones de los adultos que formaban parte de mi entorno.

¿Qué papel juega el oficio de escritor en estos tiempos convulsos que nos han tocado vivir?

Ninguno en concreto. Habrá quien avive el malestar de una generación y quien aporte paz o distracción. De cualquier modo, en mi caso no creo que un autor deba darle tanta importancia a lo que aporte su obra. La escritura es un diálogo entre las voces que caben en uno mismo, en ello se trabaja. Quien se interese por aquel diálogo lo hará también por sus propios motivos.

La escritora cubana Dulce María Loynaz del Castillo obtuvo el premio Cervantes en 1992 con su novela lírica Jardín donde juega con metáforas en una ensoñación narrativa, en definitiva; se deja entrever una fusión entre poesía y narrativa, dos géneros que a priori son supuestamente como el vinagre y el aceite en determinados casos… es un poema en prosa, alegó Dulce en el prólogo de Jardín, ¿Qué opina Sofía Nowendsztern de esta disyuntiva?

La prosa plana, falta de poesía, me aburre. Soy una lectora demasiado hedonista para aguantar lecturas encorsetadas o sesgadas, necesito el placer que aporta el lenguaje poético. Por ello soy una gran admiradora de autoras como Marosa di Giorgio, Unica Zürn y Leonora Carrington. Para ellas, la poesía y la prosa, así como el cuento y la novela, eran lo mismo. No hacían tal separación. Aunque luego los editores catalogasen todo por cuestiones de venta.

¿Qué inspira a Sofía Nowendsztern?

Antes, la desesperación. Supongo que era una especie de instinto de supervivencia mal llevado. Ahora, las posibilidades.

Nancy Cunard fue una heroína de acero cuya obra Guerra  ha salido a la luz este año de la mano de la editorial Torremozas. Nancy Cunard fue una mujer valerosa hecha a sí misma en los tiempos convulsos que le tocaron vivir, ¿Cómo llegó a ti su obra?, ¿Qué papel juega Nancy Cunard en la historia contemporánea? Y ¿Cómo ha sido el proceso creativo de tu traducción de su obra Guerra?

Llevaba varios años encontrándome con ella, ya que aparecía citada en todo tipo de libros y revistas sobre la primera mitad del siglo XX. La mayoría de las veces por haber sido pareja de, amante de, referente, socialité,… Y cuando se mencionaba su lugar como mecenas, parecía tratarse de una cuestión menor, aunque hubiese alzado la carrera de autores de gran renombre. Así que decidí hacerme con un ejemplar de su poesía en inglés y lo primero que encontré al abrir el libro fue “Carabanchel”. Justamente estaba en ese barrio. Comencé a leer cada uno de sus poemas sobre la guerra civil española y no podía entender que nunca hubiese sido publicada en España. En momentos era como una lección de historia, en otros como un reportaje, una película apasionante. Traducirla fue viajar varias veces por aquellos días tan crueles, escucharla continuamente. Una oportunidad excepcional.

Sofía Nowendsztern
Nancy Cunard

¿Qué hay de Nancy Cunard en Sofía Nowendsztern y qué ha aprendido Sofía Nowendsztern de Nancy Cunard en todo este proceso?

Hay algo que me llamó mucho la atención, sobre todo comparándola con sus contemporáneos. Aunque estuvo muy interesada en el comunismo, tras viajar a la URSS y ver con sus propios ojos la realidad que allí se vivía, escribió a sus amigos acerca de la decepción que sintió. Después, no dejó de considerarse antifascista, pero tampoco quiso ser llamada comunista. Es decir, no se aferraba a una ideología de una forma ciega, sino que mantenía su consideración de lo ético por encima de lo demás. Se permitía ser crítica constantemente con lo que consideraba injusto, proviniese de quien proviniese. He admirado este tipo de cualidades de ella, también su valentía y su curiosidad.

¿Cuáles son tus referentes en la historia del arte que más influido en tu carrera literaria?

El expresionismo me atrae desde pequeña, la pintura y la escritura desde los márgenes. Pero hoy en día, en el surrealismo están mis grandes pasiones. Tanto su historia como las obras de la época, el estilo llevado a la actualidad, todo me despierta emociones muy intensas.

Si pudieses hacer un repaso de toda tu obra hasta el día de hoy, ¿Cuál sería el balance y háblanos un poco de que debe esperar el lector con tus obras?

Soy muy visual, más que sonora o conceptual. Así que mi trabajo se ha basado en traducir aquello que observo en palabras. Hoy en día considero que estoy acercándome, pero a la vez me gusta pensar que será un camino extenso, que realmente todo es un espejismo y que cuando crea que una forma será la definitiva, luego cambiará y seguirá evolucionando. En cuanto al lector, no quiero ni creo que pueda prometerle nada.

¿Cuál estilo o pulsión intrínseca guía tu obra? ¿Narrativa o solo poesía?

Todo, unido como dos amantes.

¿Cómo entiende una poetisa hipocondríaca con trastorno obsesivo al mundo? ¿Puede la literatura salvaguardarnos de las enfermedades mentales? Y ¿Qué papel juega el dolor y la pérdida en la creación literaria?

Es muy difícil crear cuando tu mente está fuera de sí. Es muy importante esta cuestión porque existe la costumbre de asociar los problemas mentales a las capacidades artísticas. Con el tiempo he ido dándome cuenta de que “el genio loco” realmente podía realizar su obra en sus periodos más estables, aunque luego se romantizase lo contrario.

La hipocondría me supuso muchas veces la necesidad de huir y la poesía aparecía como un refugio. Sin embargo, no creo que en esos estados haya podido aprovechar bien mis capacidades. Con el TOC todavía menos, es una cárcel que puede ser invisible para el entorno, pero que limita y debilita a la persona.

Hoy en día sé con certeza que existen tratamientos eficaces, aunque cueste dar con ellos, y he sido testigo de cómo el arte se nutre de la libertad propia de una mente en paz.

¿Qué nuevos proyectos tienes en mente para lo que queda de 2024 y lo que está por venir de 2025?

 Tengo dos poemarios por publicar, Compulsiones y Tantra. Además de varios relatos y una novela. Sigo hablando con editoriales, es un proceso difícil y agotador, pero todo autor tiene que lidiar con ello tras la escritura.

Juan Carlos Trinchet

Sofía Nowendsztern

Más sobre Sofía Nowendsztern aquí:

https://www.linkedin.com/

Más sobre la editorial Torremozas aquí:

https://www.torremozas.com/c/novedades

 

 

Compartir:

Facebook
Twitter

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Urbanbeat Julio 2024
¡Descarga ahora el último nùmero de nuestra revista!
Sofía Nowendsztern

“Punto y coma, etcétera”: la respiración secreta del idioma

En un mundo que corre sin pausas, donde la prisa ha desterrado al silencio y las palabras parecen competir con la velocidad de la luz, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española han decidido detener el reloj. Lo han hecho con un gesto aparentemente mínimo —un signo, una pausa, un paréntesis— que en realidad guarda la respiración misma del pensamiento. “Punto y coma, etcétera” es el nombre de esa tregua: una obra coral, precisa y luminosa que busca reconciliarnos con la puntuación, esa coreografía invisible que sostiene la música de nuestra lengua. Habla de cómo los signos se adaptan a los correos electrónicos, a los hipervínculos, a las direcciones electrónicas y a los mensajes instantáneos, e incluso detalla el uso de la coma y los dos puntos en los saludos y despedidas digitales.

La paradoja luminosa del Premio Planeta: cuando la literatura se mira en el espejo de Atresmedia de la mano de Juan de Val

En el otoño perpetuo de los premios literarios, donde el oropel del marketing se confunde con la vocación del arte, el Premio Planeta se alza cada año como un ritual de poder y prestigio. No es solo un reconocimiento editorial, sino un espectáculo mediático con luces de plató, una liturgia que ha sabido adaptar el aura de la literatura al ritmo de las cámaras. Pero en los últimos años, algo más que el talento ha captado la atención del público: la sorprendente coincidencia de que los dos últimos ganadores —Sonsoles Ónega en 2023 y Juan del Val en 2025— compartan un mismo hogar televisivo, Atresmedia. Una ironía que resuena como eco de familia: el canal donde ambos trabajan pertenece, al igual que la editorial que otorga el galardón, al vasto conglomerado del Grupo Planeta. El dato, fidedigno y constatable, ha encendido murmullos en el mundo literario. Algunos lo han interpretado como una mera casualidad; otros, como la confirmación de una tendencia: la de que la literatura, en tiempos de audiencias y tendencias virales, se premie también por su capacidad de resonar en la pantalla. Lo cierto es que el escenario de los premios se ha convertido en un territorio donde las fronteras entre autor, celebridad y producto se desdibujan.

La Ciudad Blanca se convierte en el corazón de la hispanidad: Arequipa acoge el X Congreso Internacional de la Lengua Española

Arequipa ya respira el aire solemne y festivo de la palabra. Desde el martes, las calles de la Ciudad Blanca lucen letreros que anuncian el inminente inicio del X Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), un acontecimiento que no solo convoca a las instituciones más prestigiosas del ámbito hispano, sino que convierte a la ciudad en un faro simbólico para el idioma compartido por más de 500 millones de hablantes.

¿“El Kremlin de azúcar” o el Putin de bilis?: Vladímir Sorokin nos saca de dudas con su nuevo libro

En “El Kremlin de azúcar”, Vladímir Sorokin construye un espejismo distópico que huele a caramelo derretido con la hoz de bilis incandescente del señor Putin en pleno otoño de un régimen que se enorgullece en la plaza rojiza helada del Kremlin, de masacrar niños ucranianos, y de paso, engordar a su pueblo ingenuo con sórdidos algodones de azúcar, para luego, marcarlo como reses so pena de ser envenenados por ser proscritos. En estas páginas no gobierna el realismo al uso, sino una fantasía brutal, afilada como diamante, una alegoría mordaz de un poder que se disfraza de dulzura para transformarse en sanguinaria tiranía a través de una fábula inocente. Con la precisión del satírico más implacable, Sorokin esculpe un futuro posible –vacaciones navideñas de 2028– donde emerge un “Kremlin de azúcar”, un regalo para niños convertido en símbolo de un Estado neomedieval que consume, que devora y que disfraza su dominio con rituales hipnóticos azucarados

La novela insurrecta hermana del cine distópico

El siglo XX no solo transformó la manera de concebir la literatura, sino también la forma de narrar. La irrupción del cine como lenguaje autónomo, con sus recursos de montaje, sus encuadres y su obsesión por capturar la inmediatez del gesto, se convirtió en un espejo inevitable para los escritores. Así, emergió un tipo de novela que podríamos llamar “cinematográfica”: aquella cuya estructura y ritmo evocan la cámara, cuya prosa se desliza como si fuese un travelling, y cuyos silencios sugieren la elocuencia de un fundido a negro. La literatura, siempre atenta a los lenguajes vecinos, absorbió el impacto del séptimo arte y lo tradujo en un estilo narrativo que privilegia lo visual, lo ágil, lo atmosférico.

Michel Nieva y la distopía disfrazada de salvación: una lectura crítica de “Ciencia Ficción Capitalista”

Hay libros que no se limitan a describir una época, sino que la desnudan con bisturí afilado, y “Ciencia ficción Capitalista”, de Michel Nieva, pertenece a esa estirpe incómoda. “Este ensayo pretende ser una crítica política a la estetización de la acumulación capitalista mediante la tecnología” así describe el filósofo Michel Nieva (Buenos Aires, 1988) su último libro. No es un ensayo concebido para el consumo rápido ni para engrosar las bibliotecas de moda; es, ante todo, una radiografía crítica de las narrativas con las que el capitalismo tecnológico intenta justificarse. Su eje es claro y contundente: los multimillonarios de Silicon Valley, con sus discursos mesiánicos sobre la colonización de Marte, la inmortalidad digital o el turismo espacial, han apropiado el imaginario de la ciencia ficción para vendernos la ilusión de que habrá un futuro brillante más allá de los escombros de la Tierra.

También te puede interesar

“Punto y coma, etcétera”: la respiración secreta del idioma

En un mundo que corre sin pausas, donde la prisa ha desterrado al silencio y las palabras parecen competir con la velocidad de la luz, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española han decidido detener el reloj. Lo han hecho con un gesto aparentemente mínimo —un signo, una pausa, un paréntesis— que en realidad guarda la respiración misma del pensamiento. “Punto y coma, etcétera” es el nombre de esa tregua: una obra coral, precisa y luminosa que busca reconciliarnos con la puntuación, esa coreografía invisible que sostiene la música de nuestra lengua. Habla de cómo los signos se adaptan a los correos electrónicos, a los hipervínculos, a las direcciones electrónicas y a los mensajes instantáneos, e incluso detalla el uso de la coma y los dos puntos en los saludos y despedidas digitales.

Taylor Swift y la mitología moderna: cuando los dioses se visten de lentejuelas

La mitología nunca desaparece. Solo cambia de vestuario. En “The Life of a Showgirl”, publicado en octubre de 2025, Taylor Swift transforma los antiguos relatos heroicos en un espejo contemporáneo donde se cruzan la fama, la memoria y la necesidad de crear sentido en medio del espectáculo. Su nuevo álbum, producido junto a Max Martin y Shellback en Suecia, se inspira directamente en el pulso del Eras Tour, pero también en algo más profundo: la voluntad de darle forma simbólica a una identidad construida a plena luz pública.

La paradoja luminosa del Premio Planeta: cuando la literatura se mira en el espejo de Atresmedia de la mano de Juan de Val

En el otoño perpetuo de los premios literarios, donde el oropel del marketing se confunde con la vocación del arte, el Premio Planeta se alza cada año como un ritual de poder y prestigio. No es solo un reconocimiento editorial, sino un espectáculo mediático con luces de plató, una liturgia que ha sabido adaptar el aura de la literatura al ritmo de las cámaras. Pero en los últimos años, algo más que el talento ha captado la atención del público: la sorprendente coincidencia de que los dos últimos ganadores —Sonsoles Ónega en 2023 y Juan del Val en 2025— compartan un mismo hogar televisivo, Atresmedia. Una ironía que resuena como eco de familia: el canal donde ambos trabajan pertenece, al igual que la editorial que otorga el galardón, al vasto conglomerado del Grupo Planeta. El dato, fidedigno y constatable, ha encendido murmullos en el mundo literario. Algunos lo han interpretado como una mera casualidad; otros, como la confirmación de una tendencia: la de que la literatura, en tiempos de audiencias y tendencias virales, se premie también por su capacidad de resonar en la pantalla. Lo cierto es que el escenario de los premios se ha convertido en un territorio donde las fronteras entre autor, celebridad y producto se desdibujan.

“Todos pájaros”, el vuelo imposible del amor en tiempos de odio

Regresa a la cartelera de Teatros del Canal uno de los espectáculos más aclamados de la pasada temporada: “Todos pájaros”, del dramaturgo libanés Wajdi Mouawad, bajo la dirección del maestro Mario Gas. La obra, que podrá verse en la Sala Verde del 22 de octubre al 8 de noviembre, reúne a un elenco de primer nivel: Vicky Peña, Pere Ponce, Candela Serrat, Aleix Peña, Pietro Olivera, Lucía Barrado, Nuria García, Juan Calot, Anabel Moreno y Chema de Miguel, en una propuesta que combina la tragedia íntima con la herida abierta del conflicto israelí-palestino.

Scroll al inicio

¡Entérate de todo lo que hacemos

Regístrate en nuestro boletín semanal para recibir todas nuestras noticias