¿Quién es Sofía Nowendsztern?
Una escritora que a veces se atreve a traducir y antologar.
¿Qué significan para una poetisa de tu valor las reminiscencias de la infancia en su acto creativo?
La infancia te acompaña siempre y eso puede ser una carga o una delicia. Para lo primero, el arte aporta sentido e incluso solución. Cuando escribí Desahucios (2019) quería entender el proceso de pérdida en la niñez y cómo afecta luego en la edad adulta. En muchos aspectos sigue siendo un misterio, pero me permitió comprender mejor las decisiones de los adultos que formaban parte de mi entorno.
¿Qué papel juega el oficio de escritor en estos tiempos convulsos que nos han tocado vivir?
Ninguno en concreto. Habrá quien avive el malestar de una generación y quien aporte paz o distracción. De cualquier modo, en mi caso no creo que un autor deba darle tanta importancia a lo que aporte su obra. La escritura es un diálogo entre las voces que caben en uno mismo, en ello se trabaja. Quien se interese por aquel diálogo lo hará también por sus propios motivos.
La escritora cubana Dulce María Loynaz del Castillo obtuvo el premio Cervantes en 1992 con su novela lírica Jardín donde juega con metáforas en una ensoñación narrativa, en definitiva; se deja entrever una fusión entre poesía y narrativa, dos géneros que a priori son supuestamente como el vinagre y el aceite en determinados casos… es un poema en prosa, alegó Dulce en el prólogo de Jardín, ¿Qué opina Sofía Nowendsztern de esta disyuntiva?
La prosa plana, falta de poesía, me aburre. Soy una lectora demasiado hedonista para aguantar lecturas encorsetadas o sesgadas, necesito el placer que aporta el lenguaje poético. Por ello soy una gran admiradora de autoras como Marosa di Giorgio, Unica Zürn y Leonora Carrington. Para ellas, la poesía y la prosa, así como el cuento y la novela, eran lo mismo. No hacían tal separación. Aunque luego los editores catalogasen todo por cuestiones de venta.
¿Qué inspira a Sofía Nowendsztern?
Antes, la desesperación. Supongo que era una especie de instinto de supervivencia mal llevado. Ahora, las posibilidades.
Nancy Cunard fue una heroína de acero cuya obra Guerra ha salido a la luz este año de la mano de la editorial Torremozas. Nancy Cunard fue una mujer valerosa hecha a sí misma en los tiempos convulsos que le tocaron vivir, ¿Cómo llegó a ti su obra?, ¿Qué papel juega Nancy Cunard en la historia contemporánea? Y ¿Cómo ha sido el proceso creativo de tu traducción de su obra Guerra?
Llevaba varios años encontrándome con ella, ya que aparecía citada en todo tipo de libros y revistas sobre la primera mitad del siglo XX. La mayoría de las veces por haber sido pareja de, amante de, referente, socialité,… Y cuando se mencionaba su lugar como mecenas, parecía tratarse de una cuestión menor, aunque hubiese alzado la carrera de autores de gran renombre. Así que decidí hacerme con un ejemplar de su poesía en inglés y lo primero que encontré al abrir el libro fue “Carabanchel”. Justamente estaba en ese barrio. Comencé a leer cada uno de sus poemas sobre la guerra civil española y no podía entender que nunca hubiese sido publicada en España. En momentos era como una lección de historia, en otros como un reportaje, una película apasionante. Traducirla fue viajar varias veces por aquellos días tan crueles, escucharla continuamente. Una oportunidad excepcional.
¿Qué hay de Nancy Cunard en Sofía Nowendsztern y qué ha aprendido Sofía Nowendsztern de Nancy Cunard en todo este proceso?
Hay algo que me llamó mucho la atención, sobre todo comparándola con sus contemporáneos. Aunque estuvo muy interesada en el comunismo, tras viajar a la URSS y ver con sus propios ojos la realidad que allí se vivía, escribió a sus amigos acerca de la decepción que sintió. Después, no dejó de considerarse antifascista, pero tampoco quiso ser llamada comunista. Es decir, no se aferraba a una ideología de una forma ciega, sino que mantenía su consideración de lo ético por encima de lo demás. Se permitía ser crítica constantemente con lo que consideraba injusto, proviniese de quien proviniese. He admirado este tipo de cualidades de ella, también su valentía y su curiosidad.
¿Cuáles son tus referentes en la historia del arte que más influido en tu carrera literaria?
El expresionismo me atrae desde pequeña, la pintura y la escritura desde los márgenes. Pero hoy en día, en el surrealismo están mis grandes pasiones. Tanto su historia como las obras de la época, el estilo llevado a la actualidad, todo me despierta emociones muy intensas.
Si pudieses hacer un repaso de toda tu obra hasta el día de hoy, ¿Cuál sería el balance y háblanos un poco de que debe esperar el lector con tus obras?
Soy muy visual, más que sonora o conceptual. Así que mi trabajo se ha basado en traducir aquello que observo en palabras. Hoy en día considero que estoy acercándome, pero a la vez me gusta pensar que será un camino extenso, que realmente todo es un espejismo y que cuando crea que una forma será la definitiva, luego cambiará y seguirá evolucionando. En cuanto al lector, no quiero ni creo que pueda prometerle nada.
¿Cuál estilo o pulsión intrínseca guía tu obra? ¿Narrativa o solo poesía?
Todo, unido como dos amantes.
¿Cómo entiende una poetisa hipocondríaca con trastorno obsesivo al mundo? ¿Puede la literatura salvaguardarnos de las enfermedades mentales? Y ¿Qué papel juega el dolor y la pérdida en la creación literaria?
Es muy difícil crear cuando tu mente está fuera de sí. Es muy importante esta cuestión porque existe la costumbre de asociar los problemas mentales a las capacidades artísticas. Con el tiempo he ido dándome cuenta de que “el genio loco” realmente podía realizar su obra en sus periodos más estables, aunque luego se romantizase lo contrario.
La hipocondría me supuso muchas veces la necesidad de huir y la poesía aparecía como un refugio. Sin embargo, no creo que en esos estados haya podido aprovechar bien mis capacidades. Con el TOC todavía menos, es una cárcel que puede ser invisible para el entorno, pero que limita y debilita a la persona.
Hoy en día sé con certeza que existen tratamientos eficaces, aunque cueste dar con ellos, y he sido testigo de cómo el arte se nutre de la libertad propia de una mente en paz.
¿Qué nuevos proyectos tienes en mente para lo que queda de 2024 y lo que está por venir de 2025?
Tengo dos poemarios por publicar, Compulsiones y Tantra. Además de varios relatos y una novela. Sigo hablando con editoriales, es un proceso difícil y agotador, pero todo autor tiene que lidiar con ello tras la escritura.
Juan Carlos Trinchet
Más sobre Sofía Nowendsztern aquí:
Más sobre la editorial Torremozas aquí:
https://www.torremozas.com/c/novedades