El 2 de noviembre de 1975, el cuerpo de Pasolini apareció en la playa de Ostia, pero su espíritu sigue desafiando a las buenas conciencias. Poeta, narrador, ensayista y cineasta, su obra es un grito moral contra la domesticación del pensamiento. En sus películas, lo sagrado se mezcla con lo político, lo popular con lo erudito, y la belleza se vuelve herramienta de combate.
Cineteca Madrid conmemora el cincuentenario de su muerte con dos proyecciones fundamentales: Teorema (Italia, 1968), esa parábola sobre la irrupción del deseo en el corazón hipócrita de la burguesía, y El Evangelio según San Mateo (Italia, 1964), su reinterpretación humanista y subversiva de los textos bíblicos, acompañada del cortometraje Funeral de Pier Paolo Pasolini (Italia, 1975). Dos piezas que revelan a un autor que hizo de la contradicción su lenguaje y de la incomodidad una forma de pureza.
Futuros raros: el porvenir como fábula distópica
Mientras Pasolini nos obliga a mirar atrás, el ciclo Futuros raros nos lanza de cabeza hacia un mañana que ya huele a presente. Comisariado por Bani Brusadin y la artista-investigadora Solveig Qu Suess, y en colaboración con Medialab Matadero, el programa traza un recorrido por las ficciones tecnológicas que dan forma —y deforman— nuestro tiempo.
Desde la sátira hasta la especulación filosófica, estas películas, ensayos y piezas híbridas interrogan las promesas fallidas de la modernidad: la vigilancia constante, el control algorítmico y la precariedad como nueva condición existencial.
Organizado en el marco del programa LAB 4 de Medialab Matadero, el ciclo se convierte en un atlas de incertidumbres contemporáneas. Entre las obras seleccionadas destacan Fresh Kill (Shu Lea Cheang, EE. UU., 1994), una alegoría ciberpunk sobre el capitalismo digital; The Seasteaders (Jacob Hurwitz-Goodman y Daniel Keller, EE. UU., 2018), una sátira de las utopías neoliberales; y Everything But The World (Lauren Boyle, EE. UU., 2021), un ensayo visual sobre el agotamiento del planeta.
A ellas se suman trabajos recientes de artistas como Silvia Dal Dosso, Rouzbeh Akhbari o Ayoung Kim, que dibujan un mosaico entre lo absurdo y lo político, donde el humor se mezcla con la inquietud.
El programa se completa con proyecciones que expanden ese imaginario: Rola Rolls (eobchae, Corea del Sur, 2024), Welcome to Jankspace, Babes (Daniel Felstead, Jenn Leung, Reino Unido, 2025), CODEX ENTROPIA (Richard Pell, EE. UU., 2020), Random Access (Zike He, China, 2023) y Never Rest/Unrest (Tiffany Sia, Hong Kong, 2020). Una constelación de relatos sobre la mutación tecnológica, la descomposición social y el desconcierto de estar vivos.
Cineteca en familia: los mundos animados de Ub Iwerks
Entre tanta distopía, la programación también reserva un respiro para la infancia —y para los adultos que aún creen en la magia del dibujo animado— con el ciclo Cineteca en familia. Este mes rinde homenaje al visionario Ub Iwerks (1901–1970), inventor del diseño definitivo de Mickey Mouse, cofundador de los estudios Disney y pionero del color cinematográfico.
Inquieto, ingenioso y adelantado a su tiempo, Iwerks creó en los años treinta la serie ComiColor Cartoons, una sucesión de fábulas y cuentos populares teñidos de humor y fantasía. Los domingos 16 y 30 de noviembre, a las 12:00 horas, se presentarán dos programas restaurados en Cinecolor, con música original de Carl Stalling, compositor de Looney Tunes. Una celebración del ingenio manual, antes de que la animación se convirtiera en industria.
Linterna: la paranoia como espejo del poder
Brays Efe y Miguel Agnes continúan su ciclo mensual Linterna con una joya del cine político europeo: La oreja (Karel Kachyňa, Checoslovaquia, 1969). Prohibida tras su estreno, esta obra maestra transforma una cena matrimonial en una noche de paranoia y vigilancia. Lo íntimo se vuelve político; la desconfianza, estructura de Estado. Entre el thriller psicológico y la alegoría, la película respira un miedo todavía vigente: ese que convierte la privacidad en un lujo obsoleto.
El mes de los festivales: Cineteca como ágora
Noviembre vuelve a ser el mes más cinematográfico del año. Cineteca acoge cuatro de los festivales más emblemáticos del otoño madrileño: la VIII edición de Cine por Mujeres Madrid (4–9 de noviembre), el 30º QueerCineMad (11–16), el 13º Festival RIZOMA (18–23) y el 15º Márgenes (25–30).
Cuatro citas que consagran a este espacio como epicentro de la creación independiente y contemporánea, un territorio donde el cine se piensa, se celebra y se discute.
Raúl Ruiz y otros relatos de noviembre
La programación se cierra con las proyecciones habituales y nuevos homenajes. Relatos del ruido rinde tributo al músico y programador Javier Piñango (1962–2025), figura clave en la experimentación sonora, mientras Así son las cosas presenta De memoria, obra de Amaya Hernández, Julia Martos y Florencia Rojas, que reflexiona sobre la persistencia de la imagen como archivo emocional.
Además, continúa la retrospectiva dedicada al chileno Raúl Ruiz, uno de los grandes alquimistas del lenguaje cinematográfico. Obras como Tres tristes tigres (1968), La hipótesis del cuadro robado (1979) o Misterios de Lisboa (2010) regresan a la pantalla con la misma fuerza hipnótica de siempre: laberintos visuales donde el tiempo se desdobla y la narración se convierte en un sueño vigilado.
El cine como resistencia
En definitiva, noviembre en Cineteca Madrid no es un simple calendario de proyecciones: es una declaración de principios. Desde el espíritu incómodo de Pasolini hasta las ficciones tecnológicas de Futuros raros, pasando por la animación artesanal de Iwerks y las distopías políticas de Kachyňa, la programación propone un viaje a través de las imágenes que nos construyen y nos delatan.
En una era saturada de pantallas y algoritmos, Cineteca sigue apostando por el cine como acto de resistencia: un espacio donde la memoria se proyecta, el pensamiento se enciende y el futuro —raro o no— se mira a los ojos sin bajar la cámara.









