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El Gran teatro Cervantes: Un patrimonio compartido entre la leyenda y la rehabilitación.

El Gran teatro Cervantes de Tánger, edificio modernista y neoclásico, continúa siendo el gran desconocido de la arquitectura española contemporánea. Buena parte de los historiadores de la arquitectura coinciden en ello. Hoy nos lo cuenta Mustafa Akalay Nasser, profesor e investigador de la Universidad Privada de Fez.

El Gran teatro Cervantes de Tánger, edificio modernista y neoclásico, continúa siendo el gran desconocido de la arquitectura española contemporánea. En ello coincidimos buena parte de los historiadores de la arquitectura, como en la existencia de una densa niebla que oculta a las personas y actividades sociales y culturales que se desarrollaron en este coliseo tangerino, inaugurado con gran pompa en 1913. 

En 1911, Esperanza Orellana y su marido, Manuel Peña, decidieron edificar un coliseo moderno y monumental, “El mejor que ésta hubiera tenido hasta entonces “según el historiador francés Michaux Bellaire. La envergadura del proyecto hizo que las obras fueran costeadas totalmente por el matrimonio mecenas (medio millón de pesetas), no sin provocar comentarios adversos al proyecto: “Pudo el acaudalado matrimonio construir nuevas casas de seguro rendimiento en el terreno donde habría de alzarse el teatro. No faltó quien tildase el proyecto de extraordinario despilfarro, pero, sin desalentarse por los comentarios y persistieron en su idea y “enterraron” como- les decían-el dinero en la construcción de un teatro, que ni siquiera habría de servir como pretexto para airear vanidosamente sus nombres el de tan señera y españolísima figura de Cervantes.”

Invierno en el Gran Teatro Cervantes de Tanger. Consuelo Hernández (2011).

El Gran Teatro Cervantes, construcción europea anterior a la primera guerra mundial fue erigido en un terreno extra-muros llamado “La huerta de Frasquito el Sevillano” al sur de la medina y del cementerio de los hebreos y concretamente en la cuesta de la playa.

“La construcción del Cervantes se inspiró en los más bellos teatros de la Europa del siglo XIX. Fue hecho con los mejores y más nobles materiales, combinando los diversos modos de la artesana menestralía.

Si hay algo que singulariza la cultura contemporánea tangerina es el hecho de que se concentra en unos cuantos nombres excepcionales, cuyas vidas y obras han sumido en la sombra la del resto de los creadores que han coexistido con ellos. En literatura, el nombre es Ángel Vázquez; en pintura José Hernández, y en arquitectura, el nombre de Diego Jiménez Armstrong hijo del maestro de obras Diego Jiménez este último, autor de las primeras construcciones de estilo ecléctico del zoco chico.

Bárbara Hutton en el Gran Teatro Cervantes de Tánger. Consuelo Hernández (2016).

Pocas veces una ciudad deja construirse por un hombre solo, pero el Tánger moderno brindó esta posibilidad al arquitecto tangerino de nacimiento y francés de formación Diego Jiménez Armstrong. El talento del constructor y la prodigiosa fantasía alcanzan su más alto nivel en el coliseo Cervantes: un cuerpo central coronado por una marquesina y dos alas que se elevan levemente remarcando su volumen. Diego Jiménez Armstrong, diseñó un teatro muy interesante en su tiempo, con una sala principal inspirándose de los teatros italianos. Esta arquitectura representa la búsqueda de un nuevo lenguaje arquitectónico que intenta romper con esas decadentes tendencias academicistas del siglo XIX, a fin de adquirir un mayor expresionismo y una fuerza connotación simbólica. Este Gran Teatro Cervantes, joya de la arquitectura española en Tánger, se convirtió con el tiempo en un templo de actualidad artística y animación cultural; la representación más estelar en el teatro Cervantes fue la visita del grupo universitario La Barraca de Federico García Lorca.

Otoño en el Gran Teatro Cervantes de Tánger. Consuelo Hernández (2002-2003).

En 1974 fecha de su cierre, el Gran Teatro Cervantes fue alquilado al ayuntamiento de Tánger por la simbólica cantidad de un dírham. 

Hoy día se encuentra en un estado de lamentable abandono. Sin Embargo, todo aquel que haya conocido el Teatro Cervantes, siente hoy dolor y tristeza al pasar frente a él: Los muros resquebrajados, las puertas desvencijadas, los cristales rotos, las paredes carcomidas y las butacas arrancadas. Hoy somos testigos presenciales de cómo uno de los monumentos artísticos más representativo del legado arquitectónico hispano- marroquí se deteriora día a día. Su rehabilitación se anhela y se pide a gritos.

Noche en el Gran Teatro Cervantes de Tánger. Consuelo Hernández (2001).

Por Mustafa Akalay Nasser.

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2 comentarios en “El Gran teatro Cervantes: Un patrimonio compartido entre la leyenda y la rehabilitación.”

  1. Hablar de Tanger con Mustafa Akalay es escuchar, después, historias sobre la ciudad y sus personajes con lo puedes pasar horas y horas sin aburrirte. Mustafa Akalay debería escribir, como el gran conocedor de si ciudad que es, ese libro deseado “El Tánger olvidado o ” El Tánger en el olvido”.

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