Maestro Espada es la construcción del relato que une la tradición murciana y la electrónica. Tendencias de raíz e innovación que se funden en el sonido de dos hermanos de Murcia que han cruzado sus caminos para presentar canciones tan sorprendentes como Murciana o Estrellica.
En este nuevo proyecto Maestro España nos traslada a nuevos lugares en los que la electrónica se abraza al folclore de Murcia, tierra de ambos. Fruto de este nuevo camino artístico es Murciana, single de presentación del dúo, una versión de la malagueña murciana donde las castañetas y los laúdes se encuentran con sintetizadores analógicos.
Como el que ha estado tiempo fuera de casa y vuelve ahora con la mirada curiosa del visitante, los hermanos Alejandro y Víctor Hernández se han sumergido en la tradición musical de su huerta natal murciana para alumbrar Maestro Espada, un emocionante proyecto musical donde los sintetizadores analógicos casan con castañetas y laúdes y demuestran con creces que la electrónica también será folklore.
Cultura es lo que hacemos juntos: cantar, pan, la guerra. Tradición, el cómo: difónico, ácimo, de guerrillas. ¿Qué fue antes, la semilla o la raíz? La semilla alada o el rizoma sensible? Es un momento bonito: después de casi un siglo de monocultivo musical norteamericano, despertamos de este deslumbrante hechizo con ganas de aportar otras semillas y raíces a la biodiversidad cultural planetaria.
Surfeando esa fantástica ola, desde Murcia los hermanos Hernández, que llevan toda la vida cantando, han parido Maestro Espada. En solo un single de dos canciones, las orejas se nos abren de par en par y se nos ensancha el pecho: ¡qué impacto Murciana! Una malagueña que se te clava y ararearás, con sus octosílabos repentistas que hablan de lo que siempre nos falta, un verso árabe que hace siglos que se canta en la huerta y un primer verso popular de la Cuadrilla de Patiño, una de sus referencias —que colabora en el final estremecedor del tema sobre los acoples ruidistas de Refree, el productor.
Estrellica nos arrulla con la voz de Víctor en su punto más vulnerable y agudo, que se interroga sobre el destino con la sencillez de la expresión de la huerta que tan bien recogió Díaz Cassou en su cancionero. Huyendo de toda ortodoxia y purismo, la producción de Raül acabó acercando el tema a otros folclores, con gritos chamánicos de fondo combinados con percusiones y sintetizadores.
Maestro Espada en Conde Duque Madrid