Tomás Baleztena nos abre las puertas de su estudio y nos sumergimos en su universo onírico, fantástico, romántico y oscuro para indagar en las profundidades de mares, jardines y retratos, y hallar así la huella de un autor que recibe influencias de la música, la literatura y la psicología.
Nacido en Madrid, estudió Bellas Artes en la Middlesex University de Londres y más tarde en la Complutense de Madrid. Su trabajo ha sido expuesto en lugares tan representativos como la National Portrait Gallery de Londres y la National Gallery de Aberdeen. Ha sido seleccionado en algunos de los más prestigiosos premios de pintura y dibujo como los BP, BMW o Penagos.
Reivindica sus raíces españolas y británicas. Su pasión por la arquitectura, la literatura, la música y la perspectiva psicológica de los personajes que retrata, funciona como un dispositivo con el que Tomás Baleztena explora paisajes submarinos desde la emotividad y la intuición.
Tomás Baleztena impresionaba al publico madrileño en Espacio Valverde, lugar en el que exponía “Arcadia”; parte de sus últimas obras, ambientadas en los jardines más emblemáticos de la capital; como son el Jardín Botánico y El Retiro.
Estamos encantados de que nos hayas recibido en tu estudio. Algo que nos conecta a tu intimidad. Esto es mucho metalenguaje
El metalenguaje sirve precisamente para conectar con esa película dentro de la película. El estudio es el documental de la creación y una forma de expresión en sí misma. Algo que conecta conmigo y mi interior con un lenguaje propio.
Es un espacio muy curioso, y si tuviera que sacar conclusiones diría que el caos (en su sentido más romántico) es aquello que prevalece. ¿Qué conecta ese extremo al momento que estás atravesando?
Estoy trabajando en el tema del abismo. La perspectiva psicológica de la profundidad y de cómo ese abismo te devuelve la mirada cuando te asomas demasiado a él.
Ibiza tiene mucho que ver, fue el detonante. El punto de partida. Luego la obra; el proyecto no es que abandonara la isla, pero si le cedió protagonismo a ese otro aspecto del que te hablo; el precipicio interior ante la oscuridad y la confusión.
Origen navarro, madrileño de nacimiento, inglés por parte de madre, y en definitiva criado en un entorno de artistas.
Así es. En efecto mi padre es arquitecto y madre una apasionada del arte. He heredado sus identidades, no sólo su origen, y las culturas de las que provienen –que me han aportado esa identidad múltiple- sino también sus pasiones. De hecho siento auténtica pasión por la arquitectura. La arquitectura comparte espacios de encuentro con el arte. Y también recuerdos heredados que forman parte de paraísos perdidos. No se; mis padres conocieron en esa huida hacia delante que en cierta forma representan los Sanfermines.
Estudias Bellas Artes en Londres y en Madrid. ¿Cómo han influido esas dos ciudades en tu vida y en tu obra?
De una forma extraordinaria y definitiva. Sin duda me han marcado y soy el resultado de ambas. En un acierto; algo que me hace sentir que no me he equivocado en la vida. El camino del arte y la pintura. La única duda que tenia al comienzo fue estudiar arquitectura.
¿Y qué pasó?
La pintura era definitivamente mi forma de expresión emocional y profesional. El camino mas directo era estudiar Bellas Artes. En los 90 estaba muy de moda el arte conceptual. Experimentar. Pero me interesaba más la pintura en toda la extensión de su propio significado. Y ese fue el inicio de este camino.
Londres, esa etapa te conecta a otra de tus grandes pasiones; la música.
Sobre todo fue un vehículo a ese cajón de sastre que es la inspiración. En Londres viví muy a fondo el mundo de las bandas de música indie. La música esta ligada al arte. Y además mi mujer que es una diseñadora de moda muy conocida en Londres llevaba la imagen del grupo Liberties.
Retraté a músicos de la escena londinense como The Charlatans, la actriz y modelo Saki Waterhouse. Viví experiencias que en aquel momento eran muy vanguardistas como exposiciones de arte donde se pinchaba música. Aquello era algo muy puntero hace más de veinte años. Y aquello se vivía sólo en Londres.
En 2019 viví también el movimiento artístico que se producía en ambientes nocturnos como en el Anabel´s Club.
¿Por qué eliges el retrato como medio de expresión?
Es una oportunidad para observar a las personas, captar el alma. Todo comenzó con mis primeros autoretratos en Inglaterra. Eran muy intensos; una cara enorme, por ejemplo, ahora cada vez me autorretrato menos. Pero reivindico ese momento como ejercicio de autoconocimiento y de estudio de un formato como es el retro desde una perspectiva subjetiva. Toda tu vida queda reflejada en los retratos, las experiencias…
¿Qué tipo de pintura realizas a parte de los retratos?
La última serie que estoy haciendo exploro los fondos marinos, la luz, todo empieza como un sentimiento o una intuición, algo onírico, y desde un punto de apoyo.
La ultima serie empieza en Ibiza, con una temática sobre el mar, acuarelas en Santa Eulalia, movimientos de peces, la atmósfera. Lo interrumpí al comenzar con el retrato al Rey. Cuando lo retomé lo hice desde una perspectiva más psicológica
Autores románticos como Edgar Allan Poe, Espronceda, la oscuridad de Nitszche se apoderaban de esa inspiración.
¿Existe algún lazo entre Malasaña y tu trabajo?
Malasaña esta muy cerca de mi. Mi exposición Arcadia fue en Espacio Valverde. En ella retraté el mundo fantástico, ideal de Arcadia, tomando el Parque del Buen Retiro como modelo. El modelo no sólo es una persona. Es también un parque o una isla. En realidad, esos espacios me prestan su piel. La intención no es hablar del Retiro o de Ibiza, sino de algo que tengo en mi cabeza; y esos enclaves son el modelo.
¿Qué ha supuesto para ti pintar al Rey Felipe VI? ¿Cómo surgió?
Barcelona celebraba el 175 aniversario del club privado más antiguo de España; el Círculo del Liceo. Tenían un busto que ahora ha sido sustituido por mi retrato al monarca. Lo que sucedió en medio, el encargo, la ruptura de un “equilibrio” previsto para concluir el proyecto de Ibiza y los fondos marinos.. la verdad que
estoy encantado de haberlo hecho. No sólo fue un retrato al Rey. Sino el proceso de investigación del alma del personaje, el momento en el que está España.
Fue un reto que me dio la oportunidad de sumergirme en la psicología de Felipe VI, alguien tan reconocible y que yo tenía la oportunidad de capturar desde una perspectiva personal y subjetiva.
¿En qué parte del Círculo del Liceo se encuentra la obra?
En el despacho del Presidente. Comparto espacio con autores catalanes (de hecho creo que soy el único no-catalán) como Ramn Cassas, Tapias, Rusinyol, Camarassa, autores modernistas en su mayoría.
¿Cuánto tardaste?
Comencé a principios de verano y terminé en octubre.
¿Cuántos proyectos y obras abiertas tenías abiertas en aquel momento?
4 o 5 obras más a la vez.
Háblame de tu método.
Intento no diferenciar el retrato de otros formatos. Goya pinto a Fernando VI durante la invasión de Napoleón, y lo hizo de una forma determinada captando una expresión que representaba su tiempo. Yo he intentado hacer algo parecido
Son muchos matices, conceptos abstractos como la luz que le da un cierto prisma psicológico. Trabajo mucho por intuición.
Pinto con música. Sonidos del mar; profundidades marinas; es como un mantra extraño. Me mete mucho más en lo que estoy pintando. Sincronizo el momento, la temática y me dejo llevar.
Método
Mi método es el caos, impulsos, entrañas, ahí están las vísceras, las sensaciones y las diferentes capas. Intento reproducir la visión de un buzo, la confusión de la turbiedad que se produce en la profundidad, los seres sobrenaturales. Trato de generar atmosfera, un universo de fantasía y oscuridad.
Fotografía: The Virum
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