Pues Celso Giménez, que recientemente presentaba en Conde Duque, “Las niñas zombi”, habla de fractura y de reparación, si. Pero insiste en la importancia del viaje al pasado y de revivir el dolor para entender el origen del mismo.
En aquel ámbito iniciático y de experimentación con el lenguaje escénico alternativo, Celso Giménez, conoció muy pronto a los compañeros que luego integrarían la compañía La tristura: “Así pues, comenzamos a trabajar juntos y lo curioso es que siendo tan jóvenes ya estrenábamos obras con un sello muy personal y tal hecho, llamó mucho la atención de nuestro entorno y sentó las bases para tantos proyectos que fueron materializándose a lo largo del tiempo.”
¿ Cómo surgió la idea de crear la compañía de artes escénicas La tristura y qué papel juega cada uno de sus integrantes en el proceso creativo?
La idea surge entre un grupo de amigos del mundo de teatro que teníamos intereses comunes. Creamos una especie de laboratorio creativo escénico que investigase nuevos conceptos a partir de un modelo reivindicativo, trasgresor y abstracto. Éramos muy idealistas y con una vocación muy política que se traslucía en un activismo muy poético. La compañía integrada por Itsaso Arana y por Violeta Gil y bajo mi dirección siempre ha indagado sobre los límites entre la presentación y la representación desde un punto de vista muy humano y contemporáneo. En el día a día interno de una compañía teatral es lógico que se vayan generando roles entre sus integrantes. Nuestra idea siempre fue generar una creación integral, donde todas las partes estuviesen en contacto con todas las ramas del proceso creativo y también de la producción.
Tenemos el privilegio de asistir a tu nuevo montaje teatral llamado “Las niñas zombi”, el cual a pesar de alejarse del ámbito de La Tristura si recupera su trasfondo filosófico y su concepto escénico para construir un nuevo espectáculo.
La compañía la Tristura forma parte de la producción de este nuevo espectáculo pero no lo firma como colectivo, sino que es un proyecto más personal. En los últimos años había cruzado por mi cabeza tener un proyecto que abrigase todos los conceptos escénicos de la Tristura pero que partiera de mi experiencia más íntima como director a la hora de crear nuevos espacios conceptuales. La influencia de la Tristura es crucial y el lenguaje contiene todos sus signos y ramificaciones, tan sólo cambia la perspectiva. Después de veinte años juntos, decidí una independencia necesaria y enriquecedora que me permitiera abordar otros caminos de experimentación de una manera distinta, sin renunciar a los principios y valores que siempre nos han acompañado. Ningún elemento es excluyente, al contrario, todo forma parte de un compendio experiencial y artístico que se retroalimenta constantemente y evoluciona hacia nuevos horizontes creativos.
En el espectáculo Las niñas zombi se trasluce un potente mensaje reivindicativo, ¿Cómo has vinculado el concepto zombi a tu historia? ¿Cómo lo has reinterpretado a través de tu visión contemporánea?
Es curioso porque todo se gestó de una manera imprevista. Todo nace de las historias que de pequeño escuchaba contar a mi abuela. Eran historias rodeadas de un halo místico donde se mesclaba la ficción con una realidad confusa llena de matices dramáticos y profundamente humanos. A partir de esta base creativa donde cabe la leyenda y los mitos fui uniendo las piezas y surgió la idea de los zombis. Todo esto me llevaba a la semántica de la Guerra Civil y a toda su monstruosidad, y fui creando un universo en mi cabeza donde la metáfora de los zombis encajaba y daba fuerza a todo el discurso. La memoria histórica me la llevaba un poco a otro lugar y en esa unión encontré un lugar que me apetecía y resultaba motivante, un lugar distinto que a través de una fina poética pudiese investigar nuevos mundos y sobre todo, reivindicar desde un subtexto metafórico emocionante y lleno de claroscuros dramáticos todo lo acontecido hace tres generaciones.
El concepto de las tres generaciones ha sido muy estudiado por el psicoanálisis y la filosofía y tu obra parte de ese planteamiento iluminando nuevas aristas ¿Cómo lo hilvanas en tu obra?
Es muy curioso porque hace un par de años cuando comencé la investigación más directa yo no conocía dicho concepto, y de repente, me llegó por todos los sitios a las vez cual incisivas coincidencias, y entonces pude percibir que era justo de lo que yo estaba hablando en mi proyecto. A partir de ahí, hice un estudio exhaustivo del significado de las tres generaciones. Es muy bonito descubrir un subtexto que ha sido antes explorado por otros creadores y que por casualidad ya estuviese integrado en mi pieza. Se convirtió en un detonante que me impulsó a darle una mayor profundidad humana a este proyecto.
Desde un punto de vista humano percibimos que los acontecimientos relacionados con la Guerra civil tocan muy de cerca tu historia vital.
Considero que todo lo relacionado con la Guerra civil nos toca de cerca a todos y a todas aunque no sepamos nunca exactamente el calibre de dicha influencia, y esa es para mí la clave y el leitmotiv de esta obra. Han transitado dos generaciones envueltas en la duda, el dolor y la no aceptación de unos hechos terribles que han definido la historia de nuestro país, y lo más extraordinario es que aún seguimos sumidos en una incertidumbre tácita donde todo el relato queda diluido y el dolor sigue salpicando a la tercera generación. Mi labor es diseccionar esa incertidumbre desde una perspectiva contemporánea usando la fuerza dramática de una poética incisiva y vanguardista.
Perteneces a la tercera generación con todos los significados y significantes que ello conlleva, ¿Cómo crees que desde ese punto de vista se pueden cerrar las heridas del pasado?¿ Se podría ser feliz con toda esa carga emocional tan potente e incluso trágica?
Todas esas preguntas que formulas forman parte del origen y esencia de la pieza y son difíciles de responder. Las heridas no se pueden cerrar siempre que no haya un relato conciliador que sepa aunar todas las disyuntivas colectivas afectadas por tanto dolor irresuelto. Debemos realizar un estudio científico y emocional que consiga identificar cuales son esas heridas porque considero que lo que ha pasado a modo general es que se han perdido esos hilos, con lo cual, las heridas ya ni sabemos donde cerrarlas ni que medicamento aplicar para sanarlas. La cicatrización sería efectiva si identificásemos las partes dañadas con la responsabilidad que conlleva reconstruir el relato de las víctimas, y afianzar la memoria histórica, a partir de ahí, el proceso de sanación sería inevitable.
Las protagonistas son tres mujeres llamadas Belén, Teresa y Natalia que tienen diferentes motivaciones y están en un mundo imaginario que de cierta manera las conecta con la realidad. ¿Existe un trasfondo feminista en tu obra?
Ojalá pueda existir una reivindicación feminista en mi obra. Esta historia la vinculo mucho a mi abuela. Fue ella la autora intelectual y la base más humana sobre la que creció todo el proyecto. Siempre tuve muy claro que los zombis de mi historia fueran además mujeres cuyas voces han sido todavía menos escuchadas. No sólo las voces de los vencidos sino también las voces de las vencidas. Las mujeres que han heredado todo ese dolor y tratan de alguna manera poner las cosas sobre la mesa y de ver las posibles soluciones a un conflicto aún supurante y con tantas aristas sin iluminar. He creado un universo femenino y ojalá ese trasfondo también impregne la obra, a veces no podemos medir el alcance, tan sólo trabajar con ahínco en una idea original y dejarla retoñar en la conciencia de todos nuestros espectadores.
¿Cuáles son las emociones que tejen este montaje? ¿Qué expectativas como espectador debía tener ante este montaje teatral?
Cuando construyes una obra es complicado definir que emociones vas a despertar en tus espectadores porque las personas son muy diversas entre sí, sin embargo, me gustaría haber creado un microcosmos en el que las emociones sean complejas y estén atravesadas por la ternura, la anagnórisis, y la dureza de un relato lleno de claroscuros. Lo planteo todo como un juego de indagaciones donde todos podemos sacar nuestras propias conclusiones desde una tesis sin formalismos. El deseo incesante de conocer y reconocer los hechos desde un prisma diferente, amplio de miras y abierto a todas las posibilidades.
Hace pocos días nuestra revista tuvo la oportunidad de entrevistar al director Pep Tosar que ha realizado un montaje entrañable sobre la figura de Federico García Lorca desde un humanismo desbordado que inevitablemente transita por su asesinato durante la guerra civil . ¿Qué opinas del panorama político actual? ¿Crees que hemos avanzado? ¿Puede existir una vuelta al pasado más oscuro de la historia reciente de España?
Es difícil hacer un diagnóstico de todo lo que me planteas sin caer en juicios de valor u opiniones sesgadas. Considero que la palabra humano que has mencionado antes es una de las claves que definen el arte en todos sus ámbitos; sé que hay mucha gente que no lo ve así y que pueden tener opiniones discordantes sin embargo, ese concepto específico, es el motor de toda mi obra. Mi misión es buscar la humanidad en todos los espacios más recónditos de nuestra alma. Es lo único que nos queda. Somos animales sociales, necesitamos a nuestra comunidad y no entendemos la vida sin ella. El rasero del éxito o del fracaso lo medimos a través de ese prisma. Lo que pasó en la Guerra Civil podemos comprenderlo mejor si lo teñimos con el humanismo más aséptico que se aleje de partidismos y nos una a través de la reconciliación y la concordia. Para mí la política es una apertura de miras sin tener una tesis preconcebida que pueda contaminar o desvirtuar lo que realmente importa. Lo que realmente importa no son los intereses partidistas según el color de turno sino el tejido social que clama por ser representado desde el humanismo más puro y salvado en su caso, por leyes sociales que permitan crear un mundo más igualitario donde exista la tolerancia y la libertad de expresión.
¿Qué consejos les darías a las nuevas generaciones de dramaturgos y directores que comienzan su andadura en el arte contemporáneo?
Un par de veces al año intento dar algunos talleres formativos y esa es una pregunta muy recurrente. Cuando estamos en el comienzo de nuestras carreras profesionales intentamos encajar en ciertos moldes para ser aceptados. Se nos inculca que debemos aprender a hacer las cosas como se supone que se ha hecho siempre y evidentemente la vida no es así de lineal y los tiempos no siguen siempre un mismo ritmo. Curiosamente el mundo te pide a veces como artista, lo contrario. Los profesionales que han tenido más éxito han sido los que han se han dejado llevar por su instinto y poco a poco han encontrado su propia voz. Obviamente hay que educar a tu instinto y encauzar tu discurso desde parámetros que no se estudian necesariamente en las escuelas. Recomiendo visionar muchos clásicos del cine, leer todo lo que esté a tu alcance, escuchar todo tipo de música, es decir, estar muy en contacto con el mundo para luego despegarte de él entendiendo tus propias leyes y discriminando lo que aporta y lo que reduce a tu talento innato. Conectarte y luego emanciparte en un equilibrio que te permita sacar la mejor versión de ti mismo.
Si tuvieses que definir con tres palabras o con una frase al Celso más humano , ¿Cuál sería?
El indagador incansable del humanismo más recóndito en el mundo convulso que nos ha tocado vivir.
¿Qué nuevos proyectos tienes en mente después de Las Niñas Zombi?
Llevo dos años gestando este proyecto pero he tenido tiempo para desarrollar el guión de dos películas, una en proceso de edición y otra que se rodará en pocos meses que se llama Anoche conquisté Tebas escrita junto a su director Gabriel Azorín y el otro proyecto se llama A nuestros amigos y se estrenará a nivel nacional el año que viene. Luego también tengo un montaje teatral vinculado a la compañía La tristura que aún no podemos revelar detalles pero que saldrá a la luz en breve, y también estamos involucrados en la gestación de una serie de televisión.
¿Cuál será el recorrido de Las Niñas Zombi después de Madrid?
Es cierto que estamos en pleno estreno en Madrid pero tenemos previsto una gira por más teatros de la geografía española. El mes que viene vamos al festival Grec de Barcelona, en septiembre u octubre vamos a Valencia al teatro El Musical y luego al teatro Central de Sevilla y al teatro Jovellanos en Gijón y por último estamos cerrando giras por Francia y Alemania. En definitiva tenemos un largo recorrido previsto y tenemos siempre en mente potenciar el arte contemporáneo en todas sus vertientes de una manera personal y honesta.
Más sobre Celso Giménez en La Tristura
http://www.latristura.com/la-tristura/
Las niñas zombi, de Celso Giménez en: