¿Cómo surgió tu pasión por el circo?
Desde pequeña me fascinaba todo lo que tuviese que ver con el arte. Empecé con la danza a los tres años y el teatro con siete, también hice gimnasia rítmica, pintura, fotografía y, como buena nieta de librero, me atrapó el mundo de la literatura y la escritura. Por casualidad, la danza aérea se cruzó en mi camino y buscando más información me topé con el circo. Al principio pensaba que si no venías de familia de circo era imposible dedicarse a ello, pero poco a poco fui conociendo más esta disciplina y me fue apasionando su capacidad para fusionar artes. Después de unos años en que el circo era únicamente un hobbie, fui a estudiar al extranjero y descubrí que otros países contaban con licenciaturas, máster y doctorados de circo y que mucha gente elegía esta opción como profesión. Acabé mi licenciatura en otro ámbito mientras me iba formando paralelamente en circo y, como siempre decimos, se fue inoculando su veneno hasta que, cuando me quise dar cuenta, ya era mi profesión.
¿Cómo ha sido la evolución de las artes circenses desde la antigüedad hasta nuestros días desde lo clásico hasta los nuevos lenguajes artísticos contemporáneos?
Intentaré ser lo más breve posible… Hay constancia de actos acrobáticos en Europa y en China con más de 2000 años de antigüedad, también en África hay vestigios de uso de los malabares como parte de rituales. Sin embargo, lo que generalmente la gente conoce como circo clásico o tradicional es lo que se llamó Circo Moderno y nació en 1768 en Inglaterra de la mano de Philip y Patty Astley. Ambos, fundaron lo que se llamaron las “escenas en el círculo” y consistían en una pista circular en la que se hacían acrobacias sobre un caballo. Más adelante, se incorporaron otros números de otras disciplinas, como los payasos, acróbatas, etc.
En 1773 se empezó a utilizar la palabra “circo” exclusivamente para nombrar al edificio circular que albergaba estos actos y lo que inicialmente eran únicamente actos ecuestres, fue tomando forma y generando una competencia entre empresarios que se esforzaban por buscar y traer a los artistas más virtuosos y las proezas más sorprendentes para poder llenar su circo. De hecho, hay dos teorías en torno a la circularidad de la pista del circo: una que sostiene que se debía a las necesidades por el uso de caballos de correr en un espacio circular; y otra, que sostiene que se debía al afán de monetizar al máximo el espacio por parte de los empresarios, al ser circular, mayor aforo.
El circo durante muchos años no tenía competencia más allá de los music hall y se popularizó gracias a que era un lugar que unía a las clases más pudientes, así como a las más trabajadoras, ya que lograba impresionar a todos por igual. De hecho, el circo en sus años dorados no estaba pensado para niños, sino para adultos, aunque había algunas funciones matinales que eran para niños también.
Durante muchos años, el circo creció gracias a esa competencia entre empresarios que buscaban que lo que ellos ofrecían fuera de los más único y original. Con la llegada de la televisión, ese elemento sorpresivo que ofrecía el circo empezó a decaer. Esto, a su vez, provocó que muchos circos tendieran al proteccionismo hacia sus formas en lugar de esa adaptación que había ido conformándolo hasta la fecha. En el caso de España, durante el franquismo, el elemento sorpresivo del circo fue clave en tanto que debido al aislamiento que vivía el país, en el circo, muchos personajes se inventaban venir del lejano oriente o de otros países trayendo proezas nunca vistas en España. En realidad, eran artistas de Toledo, Madrid, Valencia, etc.
En cuanto a la aparición de los nuevos lenguajes, se dice que a raíz de mayo del 68 surge la que fue la primera escuela de circo del mundo en Francia, aunque realmente es uno de los tantos lapsus que hay en la historia del circo por haber estado tan al margen de los ámbitos académicos. La primera escuela de circo fue la Escuela de Circo de Moscú que nació en 1927 y, sorprendentemente, también le precedió el Circo de los Muchachos en Galicia, que nació en 1956 y que no se ha llevado el reconocimiento que realmente se merece, pese a ser un proyecto pionero en el mundo e innovador. No obstante, la Escuela Fratellini de París sí fue la primera en incentivar un nuevo circo en 1973 en el que se empezaba a fusionar con otras artes como el teatro, la danza, las artes plásticas etc. De hecho, artistas que en ese momento hacían teatro callejero, acudieron a formarse a esta escuela. Entre estos artistas se encontraba Guy Laliberté, uno de los fundadores del Cirque du Soleil en Canadá, uno de los primeros circos en excluir animales, introducir plástica escénica y fusionar con otros lenguajes. Pese a que comúnmente se piensa que el Cirque du Soleil es circo contemporáneo, en realidad, es un movimiento intermedio que se denominó nouveau cirque y también dio lugar a las primeras compañías que rompían con los estereotipos que había hasta la fecha como Archaos, Cirque Bonjour o Les Puits aux Images, etc.
Francia abanderó los nuevos movimientos artísticos dentro del circo y, a partir de ahí fundó la primera universidad de circo del mundo, la CNAC, un centro que hoy en día sigue conservando un gran prestigio. Esta escuela siguió investigando y terminó por romper la tradición con la creación de un nuevo movimiento denominado circo contemporáneo. Se dice que este movimiento realmente surgió en 1995.
En Madrid nació a principios de los noventa la Escuela de Circo Carampa y algo más adelante en Cataluña, la Escuela de Circo Rogelio Rivel. Hasta ese momento también hubo otras compañías en Cataluña como Escarlata Circus, el Circ Cric, Boni y Karoli, entre tantas otras que volvieron del extranjero para introducir un nuevo circo en la Península.
Estas nuevas corrientes, tendían hacia una mayor investigación y deconstrucción de la técnica del circo, a la fusión con otras artes como la danza o el teatro, creando piezas más cercanas a las dramaturgias del teatro, y alejándose de los formatos más fragmentados del circo, las grandes troupes, los estereotipos, etc.
En la actualidad, estas tres corrientes y sus derivadas conviven, aunque muchas veces se utiliza el término contemporáneo para hablar del circo actual, como si fuera un cajón de sastre. Luego, a su vez, podríamos hablar de escuelas u otros estilos dentro del circo, como la escuela soviética, la europea, la asiática, la canadiense, etc.
Recientemente se te ha encomendado una misión titánica que consiste en dirigir el primer Festival de Circo de la Comunidad de Madrid: Riesgo, una apuesta emocionante y revolucionaria que tendrá lugar del 30 de enero al 22 de febrero de 2025 en los Teatros del Canal, y que acogerá siete espectáculos procedentes de Canadá, Francia, Bélgica, España, Ucrania, Italia y Argentina. ¿Cómo fue el proceso de gestación de dicho proyecto y qué expectativas podemos tener con su desarrollo?
Para mí desde el inicio ha supuesto una grandísima responsabilidad. Primero, de cara al sector del circo que solicita un festival de estas características desde hace muchos años que ayude a dignificar, visibilizar y generar nuevos referentes, ocupando por fin lugares que hasta el momento no han abierto sus puertas a este sector. Segundo, de cara a la ciudadanía. ¿Cómo se acerca un vocabulario apenas conocido cuando está tan arraigado otro imaginario con tanto estigma y estereotipo? ¿Cómo se rompe con la idea de que el circo no tiene por qué ser necesariamente para niños y se generan audiencias adultas? ¿Cómo se amplía un imaginario sin que suponga una eliminación de todo lo anterior?
Cuando la Comunidad de Madrid me encomendó esta tarea, estos dos objetivos y la búsqueda de soluciones a estas preguntas estaban muy presentes para mí.
Desde la concepción del mismo nombre del festival, quería un nombre que recogiese esta idea de renovar la visión del circo sin desechar ni desdeñar la ya existente. Como ya sabes, los seres humanos cada vez más tendemos a la polarización, a los blancos o negros, y yo quería un festival que resignificase el circo, teniendo presente también al circo tradicional. Un festival de circo en la actualidad, y esa actualidad significa que hay muchas corrientes de circo, incluyendo el más clásico y el más contemporáneo, siempre y cuando fuesen propuestas brillantes. El nombre Riesgo aunaba esos dos mundos: el riesgo tan intrínseco al circo clásico desde sus orígenes, donde ni siquiera existían las lonchas de seguridad y que suscitaba tanto morbo; y el riesgo en el circo contemporáneo, donde, aunque en menor medida, también sigue existiendo el riesgo físico, pero se ha ampliado a la dramaturgia y a la puesta en escena. Todo ello sin olvidar el mismo riesgo que supone iniciar un proyecto de un lenguaje poco conocido e ir creando un vocabulario común y renovado.
La curaduría de la programación ha sido otra tarea compleja que he disfrutado muchísimo. Quería que Riesgo rompiese con la idea de circo exclusivamente para niños, por lo que la mayoría de las propuestas son más para público juvenil y adulto, aunque también algunas puedan ser vistas por niños. También quería romper con la idea del circo como mero entretenimiento y diversión, por eso hay propuestas que buscan remover y agitar, saliendo de la búsqueda del aplauso fácil; aunque por supuesto también hay propuestas de máximo disfrute del virtuosismo y el humor. En esta línea, quería además romper con la idea del circo fuera de los ámbitos del pensamiento, por lo que también hay varios espectáculos de carácter más conceptual, reflexivo e intelectual. Hay espectáculos que recuperan disciplinas clásicas como la suspensión dental o la apnea y las resignifican en un vocabulario contemporáneo muy alejado del uso clásico de la disciplina; u otros espectáculos que reinventan la relación clásica con el elemento circense. En definitiva, Riesgo persigue romper el corsé que parece rodear al circo, demostrar a la ciudadanía que es mucho más de lo que se piensa y que hace mucho tiempo que rompió los moldes que tradicionalmente se le atribuían, por eso invito a gente con gustos muy variados a acercarse a conocer la programación porque muy probablemente se lleve gratas sorpresas.
Riesgo ha buscado las propuestas más brillantes del panorama del circo actual, haciendo un recorrido desde un circo más clásico de un virtuosismo arrollador, transitando hacia la primera ruptura del nouveau cirque, hasta llegar al circo más contemporáneo y de autor.
Y dado que para mí es tan importante la divulgación, el festival contará con una ponencia que explique esta evolución del circo, de la mano de Víctor Bobadilla, uno de los pocos doctorandos de circo en España que, además es coordinador artístico de La Central del Circ en Cataluña. Porque para mí, esta primera edición trata de asentar unas bases que ayuden a acercar y comprender mejor el circo y a que podamos reconciliarnos como sociedad con él.
Mi sugerencia: acudir al festival con la expectativa de que se rompan las posibles expectativas que llevabas acerca del circo. Mi expectativa: que sea otro paso importante para posicionar al circo en un lugar de excelencia y de reconocimiento.
Es indudable tu brillante labor como gestora cultural especialista en circo. Formas parte de CircoRed (Federación Estatal de Asociaciones Profesionales de Circo), colaboras con la red europea Circostrada y eres parte de la Comisión de Selección Nacional de Circusnext, además, has participado como ponente en congresos y encuentros sectoriales de circo y artes escénicas; también has tenido un papel destacado como jurado de prestigiosos festivales y premios de circo. Cuéntanos un poco acerca de la gestión en tu día a día de dicha agenda de vértigo.
Hace siete años que volví a España, tras una lesión, después de nueve años fuera formándome y trabajando en múltiples países de la mano de grandes maestros. Mi elección fue volver para trabajar arduamente por el avance del circo en España y la Comunidad de Madrid y que las nuevas generaciones de artistas se encontrasen un panorama más favorecedor para su desarrollo profesional del que yo y tanta gente de mi generación y precedentes se encontraron.
No te voy a mentir, durante estos siete años, esta labor me ha ocupado el 95% de mi tiempo, el otro 5% ha estado dedicado a dormir, a mi familia y amigos. Queda tanto por hacer por el circo en España, que los que estamos al pie del cañón trabajamos incansablemente para que se vayan dando pasos de gigante. Y contrariamente a lo que se piensa, en el circo aprendes una autodisciplina enorme. Durante varios años, desconocía lo que significaba el autocuidado, pudiendo echar jornadas de 16 horas al día de lunes a lunes. En el último periodo, he ido aprendiendo la importancia de respetar mi descanso y tener espacios de desconexión, de poder nutrirte de otras cosas.
Hoy en día, el trabajo y la colaboración sectorial siguen siendo nucleares en mi día a día y en todos los proyectos en los que trabajo. Codirijo también un espacio de creación, entrenamiento y divulgación de circo, dos pequeños festivales enfocados más a público familiar, acompaño artísticamente a compañías y colaboro en múltiples proyectos vinculados al circo. La gestión de mi agenda a veces es como hacer malabares y en ocasiones me obligo a recordarme que el día tiene sólo 24 horas y que, por mucho que quiera, no siempre se llega a todo y no pasa nada.
¿Qué papel deberían jugar las instituciones públicas a la hora de apoyar el arte y la cultura en el ámbito contemporáneo?
Creo que casi todas las generaciones de artistas de cualquier ámbito han vivido ese momento duro de abrirse camino, tener que demostrar su valía y recolectar apoyos. Considero que es muy necesario venerar, recordar y seguir reivindicando a nuestros antepasados, por su valor y por qué también ellos en muchas ocasiones fueron los “contemporáneos” de su época. Este verano me dio por leerme la biografía de Leonardo Da Vinci. Tendríamos que re-imaginar cómo sería nuestra actualidad si no hubiera existido una figura como él en el pasado. Da Vinci tuvo que demostrar en múltiples ocasiones su valía para no ser tenido por loco o hereje. Tuvo que recolectar también apoyos institucionales de la época para poder avanzar con su labor, sin ellos nos hubiésemos perdido a una figura esencial para entender nuestro presente. Y él es solo un ejemplo de tantos otros artistas e inventores que hoy veneramos y que también sufrió para hacerse su lugar en su época, pese a que venía de un entorno privilegiado.
Creo esencial que sigamos buceando a los clásicos, ya que gracias a ellos también somos lo que somos. No obstante, es igual de importante que las instituciones se impliquen en apoyar con recursos de calidad la creación actual ya que, sin ella, la cultura se convertirá en un departamento estanco y en el camino desertarán muchas figuras esenciales para la innovación y avance del arte. La cultura sería entonces una gran reproductora en lugar de creadora, cercana a lo que Augusto Monterroso describe en su cuento La oveja negra.
Nos guste o no, para que la cultura sea de calidad, necesita de políticas que la tengan presente, inversión económica, apoyo a espacios de creación, a compañías y artistas de cualquier disciplina artística, circuitos de exhibición, y que las instituciones también se impliquen en tender puentes y diálogo con la ciudadanía, ya que es parte fundamental del futuro del arte y la cultura.
¿Cómo valoras el desarrollo del circo en España en relación con el resto de Europa?
El circo en España ha dado un gran giro en los últimos años gracias al trabajo de las federaciones y asociaciones profesionales. Gracias a ellas, el circo ha empezado a tener voz en espacios de toma de decisiones que han permitido la creación de circuitos y mayor inversión para el aumento de la calidad de las creaciones. No obstante, si nos comparamos con según qué países de Europa, estamos a años luz todavía.
Países como Francia, Bélgica, Suiza, Holanda, Suecia, Alemania, Dinamarca, Portugal o Inglaterra, cuentan con políticas culturales y grandes apoyos que permiten que la profesión pueda desarrollarse en óptimas condiciones, dando lugar a espectáculos y a artistas de alta calidad. El simple hecho de que puedas estar formándote en una universidad de circo con buenísimos recursos, infraestructuras, profesorado, y que puedas volcar el 100% de tu energía en ello sin que tengas que estar trabajando de camarera, limpiando casas o cualquier otro trabajo para poder mantenerte mientras te profesionalizas y mientras a la vez haces entrenamientos de 8 horas diarias, hace una diferencia abismal. Cuando yo estudiaba, esta era la realidad de los artistas españoles frente a los de otros países europeos, y creo que en la actualidad no ha cambiado mucho. Asimismo, desde las instituciones se ha hecho una enorme labor por fomentar políticas que apoyen y visibilicen al circo desde hace décadas, por lo que actualmente hay un trabajo de pedagogía, que es el que estamos haciendo actualmente en España, que en esos países ya se hizo hace mucho tiempo. Mientras que en España seguimos reivindicando la presencia del circo en circuitos escénicos, en Europa, la mayoría de los teatros y carpas de circo se llenan sin mucho esfuerzo, porque ha habido una continuidad y un compromiso firme de los gobiernos por incentivar el circo en toda su cadena de valor: desde la formación, la creación de audiencias, los primeros pasos a la profesionalización, los espacios para entrenamiento y ensayo, la creación de circuitos, etc.
Creo que también ha tenido que ver que, en muchos países europeos, el circo fue considerado un arte hace décadas, mientras que, en España, ha seguido abocado al entretenimiento hasta hace bien poco. Salir de ese corsé y conseguir reconocimiento social cuando está tan arraigada esa idea, es una labor realmente titánica y más, en un momento en que tenemos tantísima oferta cultural, poco tiempo y un bolsillo apretado. La gente no se arriesga a acercarse al circo y el circo tiene que hacerlo perfecto para que, si hay una oportunidad de aproximación, no salga espantado el público. No se puede permitir fracasar o un mal bolo. Al circo en España se le exige la calidad y nivel de primera división con recursos de séptima, y así es muy difícil avanzar.
¿Qué valoración haces del papel de la mujer en el mundo del circo?
El papel de la mujer en el circo es otro tema controvertido. Antes de que en los últimos años se pusiese el foco en el feminismo, era fácil caer en la trampa de decir que en el circo la mujer ha gozado de las mismas condiciones que los hombres. Evidentemente, cuando acercas la lupa, esto no es así. Mismamente, cuando se habla del nacimiento del circo moderno, se habla de Philip Astley, cuando en realidad fue una hazaña del matrimonio y hay testimonios sobre ello. Sí es cierto que la mujer en el circo ha gozado quizá de mayor libertad o de mayor poder en relación con otros ámbitos. En la historia del circo en España, ha habido figuras encumbradas como Miss Mara, a quien muchos consideran una de las primeras trapecistas queer, o Pinito del Oro, que giró por todo el mundo de forma autónoma, sin necesidad de un permiso paterno. También, la mujer de circo durante la dictadura escapó bastante de la censura en tanto que sus atuendos muchas veces estaban justificados por las exigencias del aparato técnico y, por tanto, podían vestir más libremente.
Por otra parte, en el circo, muchas mujeres han jugado el rol del partenaire, poniendo el foco insistentemente en el hombre. También, la mujer ha estado muy ligada a ciertas disciplinas, especialmente los aéreos o los portés acrobáticos en la figura de volante o ágil; y se la ha exigido una complexión física muy determinada, siguiendo los cánones de belleza del momento; algo que por supuesto, no afectaba a los hombres. Todo esto, sin entrar en el mundo de los freaks, que merecen un capítulo aparte. Hasta hace muy poco, la gran mayoría de las programaciones estaban copadas por compañías integradas por hombres y era muy difícil encontrar espectáculos de solo mujeres sobre la escena. Era sorprendente cómo en el ámbito formativo había un 50% más de mujeres, pero en el ámbito profesional, había una proporción de 70% hombres y 30% de mujeres.
Por suerte, en los últimos años se han dado muchos movimientos en España y otros países que han empezado a cuestionar estos roles y a deconstruir la imagen de la mujer que se adhería a ciertos ámbitos del circo. Ahora vemos a mujeres portando a hombres, a trapecistas de 1’80m, cuerpos diferentes o colectivos exclusivamente de mujeres. Y aunque sea sorprendente, esto ha cambiado hace apenas 5 años y sigue habiendo una amplia mayoría de espectáculos exclusivamente de hombres frente a los de mujeres.
Desde el 29 de marzo de 2024 con la entrada en vigor de la nueva ley de bienestar animal se ha prohibido el uso de animales silvestres en los espectáculos de circo, ¿Qué opinas acerca de este hecho?
Creo que nos gusta a veces formarnos opinión sin tener presente todo el abanico de realidad y de matices que puede afectar a un hecho. Hace quince años, si me hubieras preguntado sobre esto, me hubiera posicionado categóricamente a favor de la prohibición. Hoy en día, por supuesto que no estoy a favor de la explotación animal y creo que se tienen que generar marcos de regulación para el uso de animales en cualquier ámbito; sin embargo, creo que hay una cierta incongruencia en exigir esta prohibición al circo cuando hay muchísimos otros ámbitos en los que se maltrata a los animales y no se prohíben. Me apena que se vaya contra el eslabón más débil de la cadena. Es fácil prohibir en el circo, porque no va a suponer grandes problemas a nivel social. Por otra parte, me parece un duro golpe para el circo tradicional y para los animales que ya estaban en esos circos. En México también se aplicó esta ley en 2015 y la mayoría de los animales fueron vendidos al mercado negro y otros tantos acabaron muriendo. Desde mi punto de vista, ha sido adecuada que hubiese una transición y un margen de adaptación, para evitar que algunas familias se queden sin trabajo de la noche a la mañana e incluso que los animales mueran.
Con todo esto, no me posiciono en absoluto a favor del uso de animales silvestres, solo que me da pena que al final es fácil ir a por el circo.
¿Qué nuevos proyectos tienes en mente para el futuro?
Siendo sincera, mi cabeza no para: siempre estoy pensando proyectos necesarios para avanzar en el circo, ver de qué manera mejorar los ya existentes, inventando nuevos, etc. Sin embargo, ahora mismo me gusta pensar en consolidar y hacer crecer los proyectos con los que estoy comprometida ahora mismo. Me gustaría ver cómo Riesgo se acaba posicionando como un referente para el público de la Comunidad de Madrid, otras autonomías y para los artistas y compañías de circo, ir año a año mejorando y creciendo. Me encantaría que El Invernadero, el otro gran proyecto en el que trabajo, también creciese y sirviese para apoyar a la consolidación de compañías en la Comunidad de Madrid, generar audiencias, y que, de aquí a unos años, podamos decir que el circo de Madrid brilla tanto como el de otras regiones españolas y países europeos.
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Todas las fotos son cortesía de Gaby Merz y más sobre la fantástica obra de dicho autor AQUÍ: https://gabymerz.com/es