Cuando el editor de esta revista, mi amigo Jaume, me propuso unirme a Urban Beat, como redactora y responsable de esta sección, le pregunté que podía aportar yo como escritora. Al fin y al cabo soy Chef; una cocinera que ama su trabajo, si; pero esa realidad me parecía remota e inconexa. Jaume me preguntó: ¿te gusta viajar? ¿Te gusta compartir experiencias con otros chefs y foodies? ¿Te gusta saborear al tiempo que aprendes nuevas formas de entender tu profesión? ¿Te gusta compartir todas esas vivencias con tus amigos y contarles y hacerles partícipes de ese aprendizaje?, y sobre todo, ¿te gusta emprender nuevos retos?. Si claro, le respondí. Y entonces me dijo algo que me removió algunas estructuras, dinamitó el cierre de algunas de mis compuertas y pulverizó la nave nodriza de mis miedos: Montse, necesito tu voz. La voz de una mujer. De una superviviente. De alguien que vivido por encima de su propio cliché y que ha crecido por encima de las mentiras que le contaron. Eso me dijo. Y que le interesaba mi mirada siempre capaz de sorprender y de ser sorprendida.
sí que hoy me subo a este foodtrack en el que me propongo recorrer distintos lugares, ciudades, pueblos, plazas e islas donde encontrar bares, ventas, mesones, clubs, yates, kioskos de comida, masías, barracas o cortijos y compartir el relato gastronómico de algunos de los hombres y mujeres, que conforman la gran familia de los hosteleros y hosteleras de nuestro país. Me interesa el testimonio de estos profesionales que luchan desde su fogones y rechazan el calificativo de “héroes”. Es urgente restaurar la vitalidad y el pulso de un sector especial e injustamente vilipendiado en estos últimos tiempos y recuperar desde la memoria emocional, lo fundamental de nuestros bares. En ellos anida gran parte de nuestra identidad, de nuestras raíces y también de nuestra riqueza económica. Los bares son además un catalizador de todas nuestras pulsiones como sociedad. Son un testimonio y un espejo de nuestra evolución y un espacio de resistencia, libertad, encuentro y convivencia.
Hoy #LaGastrotecaDeMontsela viaja a la provincia de Málaga.
En la localidad de Mijas descubrimos un espacio gastronómico que funde deporte, con naturaleza, gastronomía de calidad y de extraordinaria originalidad.
Se trata de un Club deportivo, especializado en Pádel, el deporte de moda. Su envolvente entorno, absolutamente atrapante, nos hace evocar la vecina localidad de Tarifa. Un ambiente alternativo que rompe con los estereotipos del pádel y abre un mundo de posibilidades generando una opción de ocio gastronómico absolutamente alternativa. Hablamos de CERRADO DEL ÁGUILA SPORT CLUB.
Montserrat Perálvarez.