Entrevistamos a Alejandro Klecker, Director de la Real Fábrica de Tapices. El edificio corona el paisaje urbano de una zona de Madrid, aún por redescubrir, casi céntrica, poco turística y a salvo de la gentrificación. Su imponente arquitectura Neomudéjar parece dibujar la triple frontera que se construye entre Atocha, Retiro y Pacífico.
Se trata de una institución con más de 300 años de historia y para quien aún no la conozca, anticipamos que tiene una esencia genuina. Tal y como sostiene Alejandro Klecker: “La esencia de la Real Fábrica de Tapices, fijada por sus propios estatutos fundacionales es mantener en la actualidad los oficios centenarios de fabricación de alfombras: nudo turco y nudo español; la fabricación de reposteros, y por supuesto, la de tapices. Asimismo, la restauración de tejidos históricos españoles, que incluyen desde tapices, uniformes, banderas… Podemos hacer pequeños objetos como mantillas, mantones de manila, etc.“
¿Cuál es la misión actual de la Real Fábrica de Tapices y cómo se vincula con su origen en 1721 bajo Felipe V?
La misión es este mantenimiento de oficios centenarios, pero sobre todo hacerlo con calidad, que para eso hemos introducido métodos y técnicas de gestión como la ISO 9001y la 14001. Por lo tanto, la misión está orientada a la calidad y a la exclusividad, que es una característica de la Real Fábrica, puesto que cada producto que fabricamos es un producto único para cliente, nunca repetimos ninguna alfombra, ni un tapiz.
Desde su traslado en 1889 al edificio neomudéjar en el que se encuentra actualmente, ¿qué papel arquitectónico y cultural juega este espacio?
El edificio que fue diseñado por el Arquitecto Mayor de Palacio en 1884, y entregado en 1889, es un diseño como fábrica de tapices. Es un BIC de la Comunidad de Madrid, monumento histórico artístico, porque es el único edificio diseñado como fábrica de tapices en todo el mundo.
¿Cómo conjugáis hoy la fabricación artesanal de tapices, alfombras y reposteros con técnicas tradicionales y restauración textil?
En la fábrica conviven dos mundos: el de los artesanos y maestros, que son los que fabrican alfombras, reposteros y tapices, que utilizan las mismas técnicas que en el siglo XVIII, en cambio, para el departamento de restauración, el personal es titulado superior de restauración, con máster en restauración textil, y hay evidentemente el empleo de cuanta más tecnología actual mejor, puesto que pretendemos, y creo que somos, la punta de lanza ahora mismo en Europa de restauración textil.
¿Qué objetivos tenéis en I+D enfocados a la restauración y conservación textil?
En Investigación y Desarrollo tenemos varios objetivos. Uno de los primeros es el de química verde, que es intentar sustituir productos que utilizamos ahora mismo, por productos con menos impacto ambiental, que puede ser incluso cambiando el envase, por ejemplo, hasta analizar si hay fórmulas hoy en día que alteran menos el impacto ambiental que podamos ocasionar. La otra parte es todo lo que podamos y encontremos en colaboración en el mundo universitario español en nuevos tejidos, nuevos textiles, nueva formulación de tintes, y por supuesto, también, cualquier tipo de tecnología con Inteligencia Artificial que nos permita reconstruir imágenes de productos textiles, ya sean tapices o alfombras que hayan perdido parte del dibujo.
¿Podría hablarnos de algunos trabajos patrimoniales recientes, como la restauración de tapices del Alcázar de Segovia?
De los últimos trabajos que estamos haciendo, cabría destacar, por supuesto, los tapices del Alcázar de Segovia, que tienen un interés histórico espectacular, puesto que alguno de ellos es del siglo XV, y tienen un gran impacto en la sociedad segoviana importante, puesto que creemos que con uno de ellos juró Isabel la Católica como reina de Castilla.
Otro tipo de trabajos que tenemos es para Mobilier National, ósea, para el patrimonio nacional de Francia, en el que se han incorporado otros cuatro nuevos tapices para restauración; el mantenimiento de la colección de tapices de la Fundación León Jimenes, de la República Dominicana, que son once tapices muy complejos de restauración, puesto que los textiles que están en ambiente húmedo suelen presentar ataques biológicos más que los que están en áreas más secas.
También estamos restaurando los tapices del Jockey Club de Buenos Aires, tapices del Ayuntamiento de León, Fundación Ibercaja, Fundación Masaveu. Yo creo que ahora mismo estamos en un momento muy importante de la Real Fábrica, sobre todo porque hemos conseguido un acercamiento al mercado internacional muy importante.
La Fábrica ha restaurado la bandera de la Academia General Militar y vestiduras religiosas; ¿cómo gestionáis este tipo de encargos en lo técnico y simbólico?
Yo creo, en primer lugar, las obras que llegan aquí, el cien por cien de ellas son de alto valor histórico y simbólico. De hecho, hemos restaurado banderas del siglo XVIII, por ejemplo, como la de las Milicias de Toro, para la Fundación Museo del Ejército. Hemos restaurado la bandera fundacional de la Academia General Militar, uniformes de generales reconocidos, y, por lo tanto, lo primero que hay que tener en cuenta es el impacto de la restauración que van a tener estas piezas históricas, que tienen que guardar los tres principios básicos que hoy en día en Europa promovemos en restauración.
Estos son, sobre todo, la reversibilidad, que cualquier intervención que hagamos en un textil de esta importancia, si dentro de cincuenta o cien años hay una nueva técnica no hayamos alterado nada de la pieza original, y que pueda revertirse la intervención. Por supuesto, con sostenibilidad, reduciendo el impacto que pueda tener ambiental cualquier producto que utilicemos y legibilidad, que sea observable al ojo humano la restauración que hemos hecho.
¿Qué exposiciones itinerantes (Granada, Baeza, Valencia…) habéis montado y cuál ha sido la respuesta del público?
En estos últimos años, hemos hecho dos grandes exposiciones: Archivo de Indias, que es un edificio ya de por sí emblemático, pero es que, además, fue la sede de la Real Fábrica de Tapices de 1728 a 1733, aproximadamente, en el que se llama el Lustro Sevillano de la monarquía de Felipe V.
El remate ha sido en el Palacio de Carlos V en Granada, que yo creo que ha sido una de las grandes exposiciones que ha hecho la Real Fábrica en los últimos años, y por supuesto, las exposiciones que también acogemos en la Real Fábrica, yo destacaría la última que es la de vestuario valenciano de seda, con unas piezas de importancia histórica muy relevantes, como es el nipi, que es una especie de delantal, tejido con piña, en nuestros territorios de Ultramar en Filipinas.
Yo creo que las exposiciones que estamos haciendo fuera de la Real Fábrica de Tapices, sobre todo, por supuesto como hemos citado, la de Granada y la Sevilla, pero también por ejemplo la de Santander, la de Burgo de Osma, Baeza… lo que hacen es permitir el acceso a un patrimonio textil español que mantiene la Real Fábrica de Tapices, que de otra manera sería muy difícil de poder ver y observar porque habría que venir a la fábrica, y no siempre nuestra galería museística tenemos la capacidad de exponer cien o ciento cincuenta piezas. Así que estas exposiciones itinerantes, nos dan a conocer en poblaciones muy alejadas de Madrid.
En relación con esas colaboraciones, ¿qué técnicas y materiales sostenibles se emplean (e.g., lana española, tintes ecológicos)?
En sostenibilidad, lo primero que hay que tener en cuenta, es que nosotros ahora mismo utilizamos dos tipos de productos. Los productos como la lana y la seda, que son de origen animal, y el algodón, yute o lino que son de origen vegetal, y, por lo tanto, lo que exigimos a los proveedores es que, en la fabricación, elaboración, lavado o teñido, no se utilicen técnicas contaminantes o de impacto tóxico. Así que es uno de los principios de sostenibilidad y economía circular.
Los restos que podamos producir de lana, el polvo que recogemos de la limpieza de alfombra y el agua, absolutamente todo se recicla en este momento.
¿Qué colecciones destacadas ofrece el museo vivo interno (cartones, herramientas, jardín etnobotánico) y qué historia revelan?
Las colecciones más destacadas que tenemos son: por una parte, los bocetos de alfombras, donde tenemos casi tres mil bocetos, que han sido dibujados por pintores de cámara, pintores como Gasparini, por ejemplo, del Salón Gasparini del Palacio Real, Francisco Amerigo… Yo creo que han pasado una larga serie de pintores para hacer dibujos de alfombra. Y, por otra parte, los grandes pintores españoles, desde Procaccini, Bayeu, Goya, Salvador Maella, Zacarias González, Manuel Benedito… Todos los grandes pintores españoles han pasado por la fábrica, y han hecho algún cartón o algún dibujo.
¿Cómo es vuestra oferta de visitas guiadas y experiencias interactivas para el público general y especializado?
Nosotros a petición de clientes, podemos hacer visitas guiadas, bien para grupos especializados en historia de arte, bien para gente especializada en tecnología de restauración textil o alumnos de universidades, y por supuesto, colegios infantiles, que para nosotros es importante que los niños y los adolescentes conozcan esta institución centenaria española y como se sigue trabajando.
Procuramos que los grupos sean pequeños, porque si no interrumpimos el trabajo de artesanos y maestros liceros, así que la institución está abierta a cualquier grupo de entre ocho y quince personas que quieran visitarla.
Otro tipo de visita que estamos organizando, son visitas VIP, que normalmente son grupos o muy especializaos en la temática o bien grupo de profesionales extranjeros, que tienen poco tiempo, donde les organizamos una visita muy especializada, enseñándoles desde la colección de bocetos y cartones y restauración, pero tienen que ser grupos que para nosotros también tenga un interés en el arte, diseño y la fabricación y no unos meros curiosos. Tenemos que entender que esa dedicación a la visita VIP, involucra gran parte del personal directivo, que son mínimo un par de horas viendo toda la fábrica, entrevistándose con los artesanos y los maestros liceros.
¿Podría detallar el archivo histórico: ¿volumen documental, digitalización y valor para la investigación textil?
El archivo histórico tiene dos sorpresas, una, como hemos dicho esa colección de miles de cartones y bocetos de alfombras, reposteros, tapices y luego más de setecientos mil documentos, donde se incluyen gran parte de la correspondencia con la Corona, con los clientes… Claro que los clientes no entraron hasta bien entrado el siglo XIX, que estas eran las grandes casas ducales o de la nobleza española, y es muy interesante ver los pedidos, los estilos de alfombras o de tapiz, que pedía cada uno de los clientes. Así que, guardamos verdaderos tesoros de documentación, como cartas originales y de grandes casas ducales y pintores.
¿Cómo ha sido vuestra estrategia de supervivencia y reconversión financiera desde la crisis de 2016?
Nuestro modelo de gestión ha incluido varias cosas. En primer lugar, desde en el área financiera, el poder ceder espacios a terceros para hacer eventos y un co-working, que no es un contrato de alquiler, sino una cesión temporal de espacios, que nos ha permitido tener unos ingresos adicionales recurrentes y permanentes durante estos años.
La segunda parte, fue una renegociación de la deuda inicial que llegaba a alcanzar los casi ocho millones de euros, y que hoy apenas llega a novecientos mil euros, negociado a largo plazo.
La institución va dando beneficio desde hace siete años, que es lo que nos permite revertir esta situación de desfase patrimonial negativa que teníamos. Por lo que, estamos en una situación financiera francamente buena para acometer el futuro.
La otra parte fue lanzar un plan de marketing nacional e internacional. Este incluye dos cosas muy distintas, que es acercarnos al mundo de decoradores y diseñadores de interiores, que son los que definitiva encargan alfombras y tapices, y, por otra parte, un plan de marketing a museos y fundaciones de todo el mundo, que tengan textiles que puedan ser objeto de restauración. El éxito de esto se demuestra en que prácticamente algún año, casi el sesenta por ciento de la facturación de restauración es al extranjero.
Mirando al futuro, ¿qué proyectos estratégicos tenéis (tapices internacionales, exposiciones, alianzas, digitalización)?
Los proyectos de cara al futuro, por supuesto, continuar con la internacionalización de restauración, acercándonos más allá de Europa: América y Oriente Medio para restaurar tapices, y textiles históricos. De hecho, ya hemos restaurado piezas para Oriente Medio de alto interés histórico, piezas incluso bordadas en oro y plata del siglo XVIII. Así que, el mundo, como vuelvo a insistir, de fundaciones, colecciones particulares y museos son objetivos estratégicos a corto y medio plazo.
La parte de decoradores de interiores es la que es para nosotros el reto más importante, puesto lo que nos piden es que adaptemos a las corrientes actuales de moda nuestros diseños y dibujos. Para ese reto también colaboramos con bastantes decoradores de interiores, incluso tenemos residencias de artistas que trabajan para nosotros haciendo algún proyecto piloto, que está dando bastante éxito, y nos posiciona, primero en el mundo de decoradores jóvenes, gente de menos de cuarenta años, y por otra parte, nos consolida en aquellos decoradores que tienen una larga experiencia, y que conocen a la Real Fábrica, pero que pensaban que esto se había convertido en un museo, y ahora ya son conscientes de que es una fábrica en pleno funcionamiento.
¿Qué legado le gustaría dejar?
Bueno, hablar del legado que a mí me gustaría dejar, es el legado que estamos obligados todo el equipo directivo a dejar: mantener los oficios centenarios y dejar la institución preparada para el futuro, y creo que el mayor reto que tenemos, por supuesto es seguir siendo rentables, seguir siendo una fábrica de moda adaptada a los diferentes mercados que existen de decoración en Europa, y salvaguardar nuestro propio patrimonio de bocetos y cartones.
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