Por Mustafá Akalay Nasser, profesor en La Universidad privada de Fez, UPF.
Lorca la garganta prestada de Omar Benjelloun vilmente asesinado.
“Hoy arranco las últimas hojas
Del año expirado….
El año setenta y cinco.
Me acordé de la noche tártara.
Y la tristeza invadió mi alma más que nunca.
Los puñales de traición cuelgan.
De las cornisas de las calles heladas.
La sangre de Lorca…
Se pavonea por Casablanca y Uxda,
Enardeciéndose de una pasión “Rifeña”.
En este año se cumplen 87 años de la visita de “La Barraca” a Tánger, donde representó un repertorio de obras clásicas. Dicha representación en el gran teatro Cervantes, permite reflexionar con la perspectiva necesaria sobre el origen de un grupo dramático ambulante “La Barraca”, cuya trascendencia se hace cada vez más manifiesta tanto para el teatro experimental universitario como para el profesional, puesto que significó una orientación diferente de las adoptadas por las compañías españolas más productivas del momento y una renovación de los proyectos escénicos de la segunda república.
¿Qué es “La Barraca”?
“La barraca”, término que se emplea en Andalucía para definir las casetas de madera construidas en las ferias para exhibir espectáculos, es el nombre que escogió Lorca para denominar a su teatro transportable, en 1931 Federico García Lorca presentó el proyecto de “La Barraca” a La Unión Federal de Estudiantes Hispanos. Ésta le dio el visto bueno y el ministerio de instrucción pública le asignó una subvención de cien mil pesetas. Lorca era el director artístico y su gran amigo Eduardo Ugarte el codirector del grupo teatral. Oigamos a Lorca explicar la vocación itinerante de este teatro: “La Barraca” es la obra que más me interesa, que me ilusiona más todavía que mi obra literaria, como por ella muchas veces he dejado de escribir un verso o de concluir una obra entre ellas “Yerma”, que tendría ya terminada si no hubiera interrumpido para lanzarme por tierras de España en una de esas estupendas excursiones de mi teatro”.
En sus giras por las plazas de los pueblos (Durante cinco años y en más de 60 localidades) más remotos de la península ibérica, Lorca como poeta y director de escena, fue ovacionado apoteósicamente por un público no culto pero sediento de textos teatrales clásicos (Dramas y comedias de Calderón, De Lope de Vega, Cervantes, Tirso de Molina, Lope Rueda). Como director de “La Barraca”, Lorca aparece muy a menudo en mono azul de los proletarios, obedeciendo de esta manera a los preceptos de la constitución: “Somos una república de trabajadores”.
“Los sacamos del fondo de las bibliotecas, se los arrebatamos a los eruditos, los devolvimos a la luz del sol y al aire libre de los pueblos”. Son palabras de un Lorca preocupado en recuperar la memoria teatral española y llevarla a las gentes más humildes, las más incultas, que raras veces han tenido la ocasión de presenciar una representación de teatro. En su lucha por democratizar el arte escénico y en su intento de acercar el pueblo al saber, Lorca expresó lo que sigue: “Hay un solo público que hemos podido comprobar que no es adicto, el intermedio, la burguesía frívola y materialista. Nuestro público, los verdaderos captadores del arte teatral, están en los dos extremos: las clases cultas universitarias, y el pueblo, el pueblo pobre y más rudo, incontaminado, virgen, terreno fértil a todos los estreñimientos del dolor y a todos los giros de la gracia”.
“La Barraca” tuvo su primera vinculación con Tánger en los años treinta ya que el poeta de los perseguidos y de los sin voz; había tenido contacto con el mundo intelectual hebreo tangerino a través de su amor el anticuario Ika Labos al que llamaba mi aristócrata sefardí, Asimismo, a través de Jacobo Bentata. “A la iniciativa de Jacobo Bentata amante de cuanto represente una obra cultural, debemos hoy los tangerinos y muy especialmente los españoles, el paladeo de este delicioso manjar espiritual de nuestro teatro clásico que un grupo de entusiastas hermanos nuestros nos ofrece con motivo de la fiesta de conmemoración de la república , tal es “La Barraca” serán nuevos laureles que añadir a su equipo y al que como españoles , no podemos menos de agradecerle la gentileza de su visita”(Revista gráfico, revista semanal, 15 de abril 1934).
El gran hispanista Ahmed El Gamoun en su “incontournable”(inevitable) libro : Lorca y La cultura popular marroquí, asevera que el Gran Teatro Cervantes, ha sido también un laboratorio de interculturalidad hispano- marroquí en lo que sigue: “Basta con reparar en las actividades desplegadas por el teatro Cervantes a los pocos días de su inauguración para darse cuenta de ello, lo que hizo de este teatro un lugar de peregrinación de muchas compañías procedentes de España u otros países europeos, incluso árabes. Las obras que representaban pertenecían en su mayoría al repertorio internacional, como las de Lope de Vega, Calderón, Benavente, Shakespeare, o inspiradas en el patrimonio histórico y literario nacional, con respecto a las compañías árabes. Este dinamismo cultural no dejó indiferente a la juventud intelectual tangerina que se lanzó a la creación de una compañía teatral, de aspiraciones nacionalistas disfrazada bajo el nombre de la asociación deportiva Al Hilal, que actuó por primera vez en el teatro Cervantes el día 16 de marzo de 1929 con una obra de Nayib Haddad, Saladino el gran héroe del mundo islámico. Aquí hace falta subrayar el espíritu de tolerancia y convivencia que reinaba entre los elementos de esta compañía y los artistas españoles permanentes en el teatro Cervantes, que no demoraban en acordar su asistencia técnica sus colegas marroquíes como Morinadias y Fernández que ayudaban al maquillaje de algunos actores que interpretaban el papel de mujer. El éxito de esta compañía era tal que competía con las compañías europeas y gozaba de los aplausos de altos sectores diplomáticos residentes en Tánger, que acudían a sus representaciones, antes de encontrarse de repente disuelta y sus miembros detenidos o exiliados por la administración colonial, que les acusó de atentado contra el orden público. (Ahmed El Gamoun: Lorca y la cultura popular marroquí, libertarias/Prodhufi 1996).
“Federico García Lorca con ocasión de la visita de “La Barraca “estaba entonces de viaje, de vuelta tras su triunfal estancia en Buenos Aires, llegaría a Tánger finales de abril o principios de mayo de ese mismo, invitado por su amor Ika Labos, al que Lorca llamaba mi “aristócrata sefardí”. Se decía por Tánger que Lorca le gustaba ir al bar “El cante escuchao”, sito en la calle Curro de las Once para escuchar el cante flamenco que allí se solía dar a los parroquianos. … (Sobre la estancia del poeta en Tánger no se sabe nada. No se ha escrito nada. El único que lo sabe todo, pues posee fotos inéditas, así como un documento que lo prueba, es Emilio Sanz de Soto, sólo tiene conocimiento de ello la sobrina de Lorca Laura”).
1 comentario en “Que se levante el telón: La visita de La Barraca de Lorca a Tánger.”
Mustafa Akalay nos regala, una vez más, un magnífico artículo que nos acerca a ese Tánger cultural, que él tan bien conoce y que nos relata con la claridad y profundidad de sus muchos y variados conocimientos.