Las verbenas desiertas es una exposición que reúne obras de ocho artistas contemporáneos: Ana Laura Aláez, Paco Chanivet, Pere LLobera, Carlos Monleón, Clara Montoya, Clara Moreno Cela, Elsa Paricio, Fernando Sánchez Castillo y del arquitecto Luis Moya. Mediante luz, sonido y materia, en cada una de sus piezas toman forma presencias de nuestro entorno. Algunas de estas manifestaciones espectrales proceden de episodios olvidados de la historia reciente, otras son proyecciones de un futuro no cumplido. Llegan hasta aquí los ecos de siglos atrás guardados en las piedras e incluso imágenes de otras dimensiones. Hay duelos y tentativas de diálogo con los espíritus de las formas de vida no humanas. Una combinación de apariciones y desapariciones que nos acercan al misterio, a lo desconocido y al terror.
Las verbenas desiertas busca ampliar el imaginario de los fantasmas, revisando los principios de la hauntología, cuestiones relacionadas con el animismo y las fantasmagorías, ese tipo de ilusión basada en la proyección de espectros. A medio camino entre las artes escénicas y la experimentación técnica, la fantasmagoría imagina posibilidades para hacer visible lo invisible y dar forma al más allá. Es una tradición que se asocia al siglo XVIII, pero que puede ampliarse a prácticamente toda la historia de la humanidad y su búsqueda de respuestas. Por otro lado, la hauntología estudia la permanencia del pensamiento de otras épocas a través de la ideología. Sin embargo, aquí nos interesa considerarla desde el ámbito de la producción cultural donde algunos autores han utilizado la idea de fantasma para hablar de qué ocurre cuando recursos tecnológicos nos permiten escuchar una canción grabada hace cuarenta años, ver una película rodada hace cien, pero también encontrarnos con una escultura tallada hace mil. Por último, el animismo, atendiendo a las revisiones más actuales del término, señala aquellas cosmovisiones centradas en la convivencia respetuosa con el entorno. Un reconocimiento que se opone al pensamiento occidental dominante y a cómo se ha encargado de separar las formas de vida humanas de todas las demás con el objetivo de identificar como recursos explotables a los ríos, los montes o el viento, entre muchas otras. En esta exposición encontrarás algunas propuestas que nos ayudan a dialogar con todo ello. Un espacio donde enfrentarse a la dimensión espectral de lo común y ejercitar las formas de percepción humana. Las verbenas desiertas es una invitación a experimentar con el efecto que las apariciones y las desapariciones producen al habitar un entorno concreto. Porque no todos los espectros vienen del pasado, muchos sobrepasan las lógicas temporales, algunos tienen una existencia cíclica, otros incluso no han existido nunca. Lo que es seguro es que las verbenas desiertas están llenas de presencias.
*el título de la exposición y estos versos vienen de La ascensión de Maruja Mallo al subsuelo (1929), un poema de Rafael Alberti dedicado a la pintora experta en hacer visibles espectros de todo tipo.
Las verbenas desiertas en
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