Rocío Márquez y Bronquio. En 17 canciones, ambos artistas toman conciencia del lugar desde el que se relacionan musicalmente para construir nuevas realidades. Así surge TERCER CIELO, una obra global formada por fragmentos que funcionan por sí mismo y que al mismo tiempo forman parte de un todo, una cosmología con valores encontrados que se mueve entre la veneración a la tradición y la superación de los iconos clásicos, un encontronazo entre lo culto y lo popular.La omnipresente sombra del Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922 (del que se cumple un siglo este 2022) invita a ambos artistas a plantearse qué hubo antes de este punto de inflexión, qué le siguió y qué aventura el futuro al flamenco.Veinticinco años después de ver la luz el ‘Alegato contra la pureza’ de José Luis Ortiz Nuevo, TERCER CIELO reflexiona sobre la pureza en el flamenco, especialmente en esta época tan repleta de propuestas “bastardas” y avanzadas.
El disco abraza el folclore, la canción popular, el villancico, el verdial… Rocío Márquez canta poemas en el espacio de las letras. Pero a la vez el álbum se abre a la ritualidad de la electrónica y la psicodelia, la de la música como generadora de estados alterados de conciencia en un sentido contemporáneo. Se trabajan por un lado las raíces del flamenco, replicadas mediante el uso de letras y repertorios populares. De otra guisa, se inicia una metodología que proviene de la composición-producción de la música electrónica y de los sonidos urbanos (sensibilidad digital, global y cosmopolita).En este TERCER CIELO cohabitan Lorca y San Agustín con Aphex Twin y Kraftwerk. Es un mecanismo de protección como excusa para preservar la tradición, pero también simboliza la traición al canon como motor de crecimiento a través del enfrentamiento dialéctico y musical. Este edén cuenta con su propia “serpiente” (el continuum por el que avanzan las canciones) que personifica el tabú gitano, pero también la evolución, el cambio de estadio a través de los anillos, de la pérdida de la piel antigua para colocarse otra nueva. La serpiente como traición a la norma, pero también como regeneración psíquica y como inmortalidad.
TERCER CIELO nos sirve tanto para exponer una visión sobre la creación flamenca como para hacer crítica al uso de las raíces desde una perspectiva determinista y poco dúctil. Es el símbolo para vehicular la expresividad del material literario y musical del que se nutren sus 17 cortes. Se busca una premeditada revolución en las letras y poemas: de Luis García Montero a Carmen Camacho acordándose de San Juan de la Cruz, de Macky Chuca en su reivindicación de la feminidad hasta las letras recuperadas de viejas libretas de Rocío.
Como colaboración especial, Rocío y Bronquio cuentan con la cantante urban 41V1L en la pegadiza rumba “De mí”. Para la concepción del proyecto y la definición del relato, Rocío y Bronquio han trabajado mano a mano con el músico, gestor cultural y periodista musical Emilio Rodríguez Cascajosa y el escritor y flamencólogo utrerano Juan Diego Martín Cabeza.