Urban Beat Contenidos

Los desiertos, el gran desconocido de Egipto.

Egipto es más que templos, pirámides o el mar Rojo: posee muchos otros lugares también únicos. Viajaremos a tres áreas que representan diferentes aspectos del Sahara: Wadi el Hitan, la depresión de Farafra y el Gran Mar de Arena. ¿De qué misterios nos hablarán estas inmensas extensiones que, juntas, no alcanzan a ocupar una centésima parte del desierto cálido más grande del mundo?

Por José M. Diéguez Millán.

Sin sed ni calor, picor en los ojos o sudor…, casi deshaciéndome de mi condición humana. Solo así, sin que los sentidos me estorben, podría entender lo que transmitís, enigmáticos lugares. Desiertos de Egipto. Abandonaros fue la única forma que encontré para poderos interpretar y hablar sobre vosotros; irme a la civilización donde, ya físicamente cómodo, podré centrarme únicamente en lo que expresáis.

Al oeste de El Fayum encontramos lagos e incluso cascadas totalmente rodeadas de arena. Tierra de contrastes. Siguiendo hacia poniente, ya solo hay arena formando un desierto plano. Me sorprende cómo mi conductor puede saber hacia dónde dirigirse, sin dunas ni montañas que sirvan de referencia. Nada alrededor. O quizá todo: cielo y arena. Súbitamente emerge un cartel señalando hacia una dirección que, en un lugar así, parece aleatoria: «Wadi el Hitan», pone, sin siquiera indicar la distancia que resta. 

Twenty kilometres (veinte kilómetros), me asegura el chófer.

Wadi el Hitan (el Valle de las Ballenas). Me impacta la arquitectura de su centro de visitantes, que recuerda un platillo volante allí aterrizado, dentro del que advierto la importancia de este lugar: fósiles de crustáceos y de otras criaturas marinas cubren toda su extensión, pero los más importantes son los de unas ballenas que aún tenían extremidades antes de que la evolución les hiciera perderlas. Caminé ocho kilómetros, quizá diez, por esta maravilla de paraje con todas las tonalidades del ocre y del amarillo. Paré, observé, caminé, volví a parar, y a observar… Me recordaba el fondo del mar Rojo que tan recientemente había explorado. Deambulé entre corales petrificados, vi cangrejos, estrellas de mar e incluso troncos de árboles y, por supuesto, aquellas ballenas. Todo allí en medio, a doscientos kilómetros en línea recta del mar, entre unas hermosas formaciones geológicas que me recordaban cierto tipo de setas. Emoción que perdura. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con cuánta razón. Wadi el Hitan, el misterioso.

Continuando hacia el sur, encontramos el bucólico oasis de Bahariya. Amo este lugar y su gente. No sé deciros más. Khaled, mi mejor amigo del pueblo, me cuenta prácticamente todo lo que sabe de su tierra. Me empapo, contradictoriamente, me empapo de desierto.

Separados por una pista que corre en dirección sur desde nuestro oasis, atravesando la depresión de Farafra, se encuentran dos hermanos totalmente distintos.  A la derecha el desierto Negro. Menos llamativo, aunque geológicamente muy interesante por su origen volcánico. No es muy visitado. El desierto Negro, el ignorado. 

A la izquierda el desierto Blanco. Es hermoso y lo sabe: se abre a ser recorrido fácilmente, pues es llano. Contiene cientos de figuras escultóricamente modeladas por el viento que representan todo lo que tu imaginación quiera. Arena blanca; parece nieve en algunas zonas. Té, relax, puesta de sol. El desierto Blanco, el bello.

 No hay comunicación directa desde aquí a Siwa. Para llegar a este otro mítico oasis tuve que hacer rodeo por Marsa Matruh, en la costa mediterránea, y volver al sur. Desde Siwa, con tres chicas alejandrinas (para abaratar costes), nos adentramos en un jeep en el Gran Mar de Arena, que abarca también parte de Libia. Las dunas, semejando una marejada, me hicieron creer que entendía lo que es esta área. Pero no. Al bajar del coche te encuentras con millones de cáscaras de crustáceos y moluscos petrificadas. Si intentas despegarlas de la arenisca a la que están adheridas, se deshacen. Ostras, caracolas, vieiras… El Gran Mar de Arena: exactamente eso.

José M. Diéguez Millán es autor del libro «ESTE»

Facebook : José Diéguez Millán

Instagram : @josedieguezmillan

Compartir:

Facebook
Twitter

4 comentarios en “Los desiertos, el gran desconocido de Egipto.”

  1. Aunque siempre hemos oído hablar de cuánto ha cambiado nuestro planeta es muy distinto cuando alguien cercano a ti te lo hace llegar.

    Sabes que está realmente en esa arena rodeado del pasado. Te hace sentir que esos miles o quizás millones de años no quedan tan lejos.

    Egipto es un gran desconocido. Gracias José por acercarnos lo que tantas guias turísticas olvidan.

  2. jo estimo el desert, aquets espais tan buits i tan plens alhora…. em fan sentir lliure i feliç…
    gràcies per compartir i fer-me sentir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Urbanbeat Julio 2024
¡Descarga ahora el último nùmero de nuestra revista!
Baku

Bakú y sus alrededores: Una Joya del Cáucaso

Bakú y sus alrededores son un microcosmos de lo que define a Azerbaiyán: una mezcla de historia rica, hospitalidad moderna, naturaleza impresionante y multiculturalismo vibrante. Desde las antiguas maravillas de Gobustán hasta la comodidad de los lujosos spas de Bakú, cada experiencia es una invitación a explorar y disfrutar esta dinámica región.

Antártida

La Antártida, un viaje sin retorno al fin del mundo

La Antártida, la reserva de agua más grande de nuestro planeta, está envuelta por leyendas y misterios que se hacen innecesarios en el preciso instante en que uno pone sus pies sobre ella. Esta tierra —que, según el Tratado Antártico, aún es de nadie (o de todos)— es, por sí sola, un mito, una incógnita. Muchos viajeros la llaman «el séptimo continente». Os presento mi viaje sin retorno al fin del mundo

International Studies Foundation

International Studies Foundation y CIS University: Un Puente Intercultural para Jóvenes de Bajos Ingresos en el Camino de Santiago

CIS University e International Studies Foundation se preparan para completar la quinta edición del Programa Camino de Santiago, una iniciativa que desde 2017 ha ofrecido a jóvenes de bajos ingresos de Estados Unidos y España la oportunidad de recorrer una de las rutas de peregrinación más emblemáticas de Europa. La culminación de esta quinta edición tendrá lugar el 3 de julio, ofreciendo una experiencia transformadora que promete impactar significativamente en las vidas de estos jóvenes estudiantes.

railbookers

RAILBOOKERS TE PROPONE LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DIAS EN TREN DE LUJO

Si Julio Verne hubiera nacido en este siglo, sin duda este hubiera sido el viaje del señor (Fogg). Para aquellos que les guste el encanto de viajar en tren, Railbookers ofrece una experiencia fascinante creando un itinerario de 80 días en los que los llevará a recorrer 4 continentes, 13 países y más de 20 ciudades, todo ello en un contexto de lujo con una exquisita selección de trenes, disfrutando de maravillas naturales, experiencias culturales y expediciones majestuosas.

También te puede interesar

Valerio Rocco

Valerio Rocco Lozano, Director del Círculo de Bellas Artes hace un balance para Urban Beat de sus cinco años de gestión al frente de este espacio que ya es “Casa Europa” con una programación transdisciplinar

Valerio Rocco Lozano, Director del Círculo de Bellas Artes nos recibe en un momento clave en la narrativa de la cultura y el arte contemporáneos en todos sus ámbitos. Unos días después de su presentación de la nueva temporada del CBA, junto al presidente de esta dicha entidad: Juan Miguel Hernández León; Valerio Rocco Lozano conversa con Urban Beat acerca de una etapa marcada por las transformaciones en el mundo de la creación, la exposición cultural y por la forma en que los agentes artísticos establecen un nuevo diálogo con la sociedad donde las nuevas tecnologías y la innovación, irrumpen con nuevas disyuntivas que el Círculo de Bellas Artes encauza con un intrínseco entendimiento del ineludible poder transformador del arte y la cultura.

Simon Berger

Simon Berger es un artista del vidrio contemporáneo que explora el material que martilla, lacera y agrieta.

“El desorden no sólo conduce al crimen. El desorden también puede ser el reino de la luz. Se trata de esperanza. La luz surge de los martillazos”. El artista Simon Berger rompe vidrios para crear retratos espectaculares. Sentado sobre un vidrio fresco y blandiendo un martillo, da golpes estratégicos en su superficie para producir motivos en forma de telaraña y crear una forma tridimensional. El rostro humano es un ejemplo perfecto de cómo funciona su proceso. Todo lo que está a la luz—como la frente—es retratado golpeando una y otra vez la misma parte del cristal. Las zonas fracturadas se vuelven blancas y ayudan a dar una sensación de forma. Berger se refiere a esto como “pintar con finos golpes dirigidos”. La técnica de Simón Berger nació de exploraciones artísticas utilizando parabrisas de automóviles. En forma de aparente vandalismo, su obra provoca la teoría de una “ventana rota”. El vidrio es un medio para la luz, mientras que el martillo no se utiliza para destruir sino para amplificar el efecto.

Surrealismo

100 años del nacimiento del Surrealismo: un movimiento ajeno a la intervención reguladora de la razón, la estética y la moral en un intento subversivo de cambiar el mundo

El próximo 15 de octubre se celebran 100 años desde que en 1924 André Bretón, el padre del movimiento, presentó en forma manuscrita el Manifiesto del Surrealismo. El 1 de octubre de 1924 se publicó el primer número de la revista Surrealism que contenía un manifiesto que delimitaba las bases, sin embargo el manuscrito de Bretón, dado a conocer el 15 del mismo mes, es considerado el Primer Manifiesto del Surrealismo. En estos días el Centro George Pompidou de Paris, conmemorando el centenario, ha montado una megamuestra con forma de laberinto, con más de 500 obras y documentos. “Los amantes” de Magritte inician este homenaje.

Un monstruo no me deja comer

“Un monstruo no me deja comer”: un cómic infantil que pone en relieve los trastornos alimentarios a edades tempranas que ponen en riesgo la salud mental de nuestros niños

La autora Elisabeth Karin disecciona con el cómic “Un monstruo no me deja comer” una historia lúdica con la que pretende alertar sobre el “Teria”, un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) que afecta a nuestros hijos en edades muy tempranas y consiste en rechazar ciertos alimentos por su sabor, olor, textura o hacerlo por las consecuencias emocionales o físicas de comerlos.

Scroll al inicio

¡Entérate de todo lo que hacemos

Regístrate en nuestro boletín semanal para recibir todas nuestras noticias