Ana Nance (EEUU, 1969) lleva 30 años viajando y ha visitado más de 80 países trabajando para publicaciones nacionales e internacionales como El País Semanal, Marie Claire, Wall Street Journal, Icon, Vogue, Conde Nast Traveler, The New York Times y National Geographic Travel. Paralelamente a esos encargos, ha venido desarrollando un trabajo personal que ha dado lugar a un gran archivo de fotografías que concentra su mirada personal a esos países y lugares. Una mirada sin prejuicios, que busca el acercamiento a otros mundos y culturas y trata de ir más allá de los lugares comunes que a menudo ocultan realidades mucho más ricas y complejas.
No pretende ser una inmersión exhaustiva en las diferentes realidades sociales de esos países, ni en sus problemáticas, sino que apunta a la afirmación de su riqueza cultural. Y lo hace a través de fragmentos, de detalles de su arquitectura, del paisaje, de objetos de la vida cotidiana, de aquello que a menudo escapa a nuestra mirada cuando ésta pasa de forma somera por las cosas. A la fotógrafa le gusta descubrir; de ahí que se sienta cómoda poniendo la atención en lo que pasa desapercibido. Ana Nance nos hace detenernos en cada imagen y participar de su viaje, que ella concibe como una experiencia de vida, una experiencia que la transforma, que la enriquece, ya que somos el resultado de todos aquellos lugares, momentos y personas que encontramos a lo largo de la vida y que nos concedieron una parte de su tiempo, sus pensamientos y opiniones, influyéndonos de una u otra manera.
Tratando de encontrar sentido al mundo en que vivimos a través de sus viajes, Ana Nance ha construido un lenguaje poético visual en una narrativa marcada por la repetición de temas y sílabas, en la que subyace un trabajo exhaustivo basado en sus notas de campo y sus diarios visuales. En su estética encontramos cierta resonancia de la pintora que en su día quiso ser y podríamos decir que la fotógrafa pinta con la fotografía. Quizás ahí estribe ese gozo que desprenden sus imágenes, que nos invitan a una contemplación activa, a una celebración de la vida y la belleza.
Oliva María Rubio
Comisaria de la exposición.