Hoy, Columna de Moda visita AnmarGo. Ana nos habla de su trayectoria, de su visión de la industria de la moda y nos cuenta cómo afronta un nuevo año que se presenta convulso e incierto, “pero al mismo tiempo y por los mismos motivos lleno de inspiración”.
Por Helena Ramírez Alarcón, Fashion scout.
Fotografía Luis Von Kobbe
- Final del pasado siglo. El momento de nacimiento de AnmarGo. ¿Qué te corre por el cuerpo?
Muchos recuerdos, muchas enseñanzas, muchos sueños cumplidos y otros por cumplir. El recuerdo de perseguir; de perseguir un sueño que dura hasta hoy, me recorre el cuerpo.
En 2011 recibes importantes premios ¿Qué son para ti los premios? ¿Qué parte de ti se siente reconocida?
Un premio como el que concede ASEME de la Comunidad de Madrid, en aquel caso de “Mujer Emprendedora” compromete todo de ti. Como mujer, como emprendedora, pero también como creativa, autora; como compañera y colaboradora; todo estaba ahí.
Yo recuerdo ese premio cuando iba en el coche llorando a recogerlo. Soy sensible, si. Esfuerzos, personas que han trabajado contigo. Las quieres recordar a todas. Todas han participado de ese premio. Todo está reconocido. Le quiero decir a todo el mundo que gracias. Gracias por las muchas enseñanzas. Por todo lo recibido. Quienes han influido para que hoy yo comparezca aquí, con mi estilo bajo el brazo. Y que haya por lo menos un grupo de gente que se sienta identificada, o que como mínimo le guste mi estilo y piensen “yo quiero formar parte de ese universo”; creo que al final somos 0.001 materia; lo demás es lo que es; una nube maravillosa que nos iguala y nos diferencia.
¿Qué es para ti creación artesanal?
Que cada prenda sea personalizada y que el proceso de la creación esté presente en cada puntada…
¿Que pasa cuando una persona te dice, “me encanta lo que haces pero necesito algo personalizado; para mi; necesito que lo que haces tenga que ver conmigo, quiero una versión personalizada de tu discurso”?
Creación, comunicación, feeling; buscarle las formas en su cuerpo, en su piel, en su corazón y en su alma. Y hacerlo suyo.
“Tu eres especial”. ¿Cuántas veces has dicho eso?
Yo nunca le digo a nadie que es especial. Ser especial es otra cosa que tiene que ver con otras variables que no me siento legitimada para valorar.
Sentirse especial no depende de llevar una prenda única hecha ad-hoc. Todo ocurre dentro. Y la prenda solo tiene que tener ese papel mensajero. De transmitir el mensaje. Tal vez de hacerlo más nítido. Pero ninguna prenda te hará por sí misma mejor ni más elegante. Imposible pensar así en un sistema de producción donde todo se lanza con esa rapidez.
Esa valoración es en sí misma, elegante.
Una no puede perder el norte.
¿Qué es lo que te hace vivir tu profesión y mantiene viva tu pasión?
Justamente cuando llega esa clienta que te hace ir más allá en tu dimensión creativa. Disfrutar del proceso de creación. Ver las primeras pruebas y debatir sobre ese proceso creativo que rompe esa producción en serie para transformarse en algo único. Y ese ímpetu, y no una prenda, es lo que nos hace únicos.
¿Y esa parte con quien la desarrollas?
Esa parte la hago yo. Es la parte más personal. Aquello que hace un rato hemos llamado “identidad”. Conectando con la clienta a partir de la imagen que le devuelve el espejo, el tejido, lo que quiere; sus anhelos, su dimensión aspiracional; aquello que queremos ser.
¿Hacia dónde se dirige AnmarGo?
En un mundo marcado por la inmediatez, la información instantánea, la cultura del click y los lanzamientos casi en crudo, una marca se dirige a la incierta expansión de las circunstancias del mercado actual. Sin duda la intuición sigue siendo el faro.
Mucho énfasis al tema artesanal y dando mucho valor al tema nupcial.
Las novias. Un punto fuerte de la marca. ¿Cómo surge esta línea?
Nació justo en la pandemia. Porque estuvimos haciendo mucho tema sanitario; las batas, guantes, mascarillas. Nos tocó en ese momento. No había bodas. Siempre hemos hecho novias pero a modo boca a boca. No con una colección. Y de alguna manera desarrollar en ese momento el proyecto suponía una válvula de escape; una forma de mantener viva la ilusión.
¿Y por qué te has lanzado?
Siempre me gustó. Ese toque especial. El proceso es muy especial. Responsabilidad. Esa persona se va a llevar algo tuyo para siempre. Un vestido de invitada lo cambias. Pero el de una novia jamás. De alguna manera, en un sistema de producción textil y vital tan efímero e intercambiable estás haciendo algo inmortal que perdurará en la memoria de unas cuantas personas durante nada más y nada menos que toda la vida.
¿Trabajas con patrones establecidos o en líneas personalizadas?
Tenemos las dos partes. Una parte más en serie, configurada y otra parte creativa.
Aunque el auténtico lenguaje consiste en adaptar un patrón más o menos preestablecido a los gustos de cada clienta. Creo que ese el triunfo de la industria. Unir alta costura y pret a porter en una conversación; en un diálogo que transforma un patrón en aquello que cada una sueña.
No te lo he preguntado. Y es importante. Porque tal vez no todo el mundo lo sepa. ¿Cómo nace AmarGo?
Tras terminar la carrera tuve la suerte de encontrar trabajo muy rápidamente y además en un lugar donde tuve la oportunidad de conocer a destacados diseñadores de la época como Nacho Ruiz, -me dijo que tenía mucho gusto a la hora de elegir tejidos; se me quedó grabado- , Pedro Morago, Liza Bratsi, Jorge Vázquez… hubo un momento en el que decidí hacer aquellas cosas que tenía en la cabeza; emanciparme creativamente hablando.
“Si no amamos lo que hacemos es mejor que lo abandonemos” es una de tus frases que más he leído y que has hecho célebre.
Detrás de cada gran proyecto tiene que haber pasión. La pasión amortigua todos esos momentos de subida y de bajada y es lo que en los momentos más difíciles nos da fuerza para levantarnos tras la caída y seguir adelante con el mismo ímpetu inaugural.
¿Vivimos en una especie de nube de vestidor?
Bonito, creativo… la relevancia o la capacidad de influencia es algo que se percibe desde fuera; porque así se nos ha vendido. Quienes estamos en esto sabemos que esto es trabajo, trabajo, trabajo y mucho sufrimiento. Y sí; mucha creación, talento y belleza. Pero no es nada fácil.
Las texturas y la geometría son una seña de identidad en tu marca
Los tejidos me hablan. Es la base. Trabajo primero la elección de tejidos más que la colección, con fabricantes siempre europeos; por supuesto españoles, de París de distintos lugares de Italia. La búsqueda es esencial.
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