Tras arrasar en Broadway y en sus giras por todo el mundo, este espectáculo llega con la dirección de Ricky Pashkus y con la producción de RIMAS y LETSGO en colaboración con MP Producciones. Está basado en hechos reales y se trata de una versión de la homónima película británica de 2005 escrita por Geoff Deane y Tim Firth y dirigida por Julian Jarrold. Para este montaje teatral, su libreto lleva la firma de Harvey Fierstein y la música y las letras de la icónica cantante Cindy Lauper.

La función se compone de 24 artistas sobre el escenario y de una banda integrada por seis músicos bajo la regiduría de Julio Awad. Las coreografías corren a cargo de Gillian Bruce (Dirty Dancing), la adaptación de guion y letras es obra de Silvia Montesinos, el vestuario de Verónica de la Canal y Alejandra Robotti, diseño de botas y calzado de Luciano Marra y la escenografía de Jorge Ferrari.

Kinky Boots, el musical nos presenta a Charlie Price, el hijo de un zapatero artesano. Su padre confía en que continúe con el negocio que ha dado trabajo a tantas familias durante cuatro generaciones. Simon ha crecido en una familia de color, con un padre bastante rígido que nunca entendió su afición por el baile, ni su atracción por los zapatos de tacón alto rojo de su madre.

Charlie no se siente atraído por el negocio familiar y marcha a vivir con su novia Nicole a Londres en busca de un futuro juntos, pero la repentina muerte de su padre le obliga a volver y solucionar el tema de la fábrica de calzado. Allí descubre el negocio no es tal negocio y que su padre tenía miles de zapatos guardados por cancelación de pedidos. Para evitar el cierre, debe reducir costes y comienza despidiendo a 15 trabajadores, hasta que Laura, una trabajadora enamorada de él en secreto, le dice que, si no funciona el negocio, quejarse no es la solución: debe cambiar de objetivo.
