¿En cuál momento vital te encuentras como talento emergente y multidisciplinar?
El interés por las artes escénicas surgió desde las Bellas Artes y atraída por el mundo de la performance quise formarme en Interpretación Gestual en la RESAD, ya que potenciaba el perfil de actriz creadora desde la herramienta del cuerpo, el movimiento y la acción. Desde entonces mi relación con la profesión actoral ha intentado priorizar este perfil. Buscaba involucrarme en proyectos que diesen la posibilidad a la intérprete para proponer o que incluso naciesen de una premisa de laboratorio, donde la investigación y el proceso se priorizan al resultado, lo que dio lugar a numerosas residencias y creaciones colectivas. La consecuencia lógica, si es que existe dicha lógica, era que en algún momento me desligase de la protección que ofrece el grupo y me lanzase a crear algo con autoría propia, donde ya no es posible esconderse. Gracias a Noa Pothoven y a su acto simbólico, me proyecté como directora de mi propia pieza, este salto al vacío era inmolar a la Elisa Forcano que vivía en la comodidad de la corrección por miedo al fracaso; la determinación de su acto me transformó en potencia. Ojalá despertar algo parecido en alguien con esta pieza. Ojalá no cesar en esta inmolación continua de mis propias comodidades y certezas.
Trabajar junto a Rodrigo García en su última pieza Cristo está en Tinder también supuso un impulso para confiar en mis propios procesos creativos, pues aunque ya contaba con la autoría de múltiples exposiciones que tienen que ver con este perfil plástico, el momento vital que estoy transitando en presente tiene que ver con esta nueva parte de mí que se revela como autora escénica donde siento que puedo potenciar inquietudes y aflora la posibilidad de investigar manejando diferentes lenguajes rodeada de personas que me inspiran y con las que deseo hacer equipo. Paralelamente estoy involucrada en proyectos que tienen que ver con el lenguaje audiovisual tanto detrás como delante de las cámaras. Siento que esta nueva faceta como creadora no mina mi deseo de seguir trabajando como actriz, bailarina o performer en proyectos ajenos, pues involucrarme en otros procesos siendo dirigida por diversas creadoras o creadores me ayuda a oxigenarme de lo autoreferencial y engrosar mi imaginario. En este aspecto, también me interesa la pedagogía como espacio en el que puedo leer otros cuerpos a los que doto de herramientas y acompaño en su desarrollo mientras sigo aprendiendo y dejándome sorprender por cuestiones que tienen que ver con el echo escénico. A su vez, continúo desarrollando proyectos plásticos personales y trabajando por encargo en diseños de cartelería y dossieres para otros proyectos.
En breve estrenas tu última obra: Zorra Dorada, en la cual, se dan la mano texto, movimiento y performance en el mágico entorno de la sala Cuarta Pared de Madrid. ¿Como surgió la idea de crear dicha obra? Y ¿Cómo se relacionan los diferentes elementos escénicos que la vértebra?
Más que surgir una idea, fue fruto de una necesidad, un impulso que nació tras leer la noticia de Noa Pothoven en El País, allá por el verano de 2019.
Mi forma de crear no es lineal, podría considerar que mis procesos son modo rizoma, trabajo desde el impulso (no confundir con inspiración), cuando algo me interpela es por un entrenamiento vital de la mirada inquieta que busca, se enfoca, consciente; vomito sin juicio para después esculpir ese material quitando el sobrante, buscando entender qué habita en él sin juzgarlo. La mayoría de las veces no soy capaz de expresar el sentido de los materiales que surgen pero hay un destello; para mí, ahí radica el valor. Aquello que podemos explicar de manera explícita no permite alumbrar el misterio que somos, y a mí me interesa habitar la pregunta. Es por eso que me seduce investigar junto a los diferentes departamentos, pues aunque sigue anquilosada la preponderancia del texto en las propuestas escénicas, mi deseo es que esté al mismo nivel que el movimiento, la plástica escénica, el diseño de sonido, el diseño de luces, cuestiones performáticas, o instalativas; pues entiendo la creación escénica como un todo al servicio de la pieza en la que sumergir a la persona que observa.
Por este motivo, a pesar de tratarse de una pieza unipersonal, trabajar con el equipo ha sido fundamental. La figura de Leonora Lax desde la asistencia a la dirección me ha ayudado a trascender mis propios textos y ha sido sostén con mirada lúcida y diligencia generosa; Benigno Moreno, como diseñador de sonido, me ha acompañado gran parte del viaje y, además de ayudar a conectar los diferentes materiales dotándolos de una coherencia homogénea, ha sabido encontrar el universo inconsciente de la pieza agarrando al público de principio a fin con una coherencia conceptual y formal que eleva mi trabajo en la escena; algo que también consigue Pilar Valdelvira con su diseño de luces, con el que sensiblemente ha concebido la atmósfera necesaria para esculpir de dorado mi cuerpo en escena, en una pieza donde la imagen destila una belleza siniestra y perturbadora. El valor simbólico de la plástica escénica, ejecutada por Leonora Lax y Guillermo Felipe, con la ayudantía de Aurora Raya, ha crecido exponencialmente a lo largo de los ensayos con su mirada a pesar de que la limitación del espacio, su transformación y degradación fue la premisa que en mí detonó la pieza desde el primer momento. A esta plástica que se transforma a lo largo de la pieza a través de las acciones, se le suman las proyecciones de Víctor Izquierdo que dotan de nuevos planos de significación lo que acontece en la escena.
¿Qué papel juega el feminismo en el desarrollo de la cultura contemporánea?
Cada mujer se vuelve feminista al contar su propia historia. Pienso en ZORRA DORADA y cuando la concebí el objetivo no partió de hacer una obra eminentemente feminista, de hecho la pieza habla del abuso femenino pero puede extrapolarse a cualquier tipo de abuso sufrido en la infancia o en la adolescencia, pero también habla de la problemática respecto a la ley de eutanasia; mas, ojalá no se lea como una pieza moralista, me aterraría; aunque supongo que si se lee como tal es porque está en nuestra víscera subconsciente y como mujer hay algo que necesita incendiarse para generar la ilusión de que podemos construir algo nuevo con esas cenizas. Por momentos me invade la idea de que ser mujer es terrorífico, hay una impunidad hacia la violencia de la que somos diana, seguimos viviendo en la cultura de la violación y eso es indiscutible. Por momentos está este discurso de que ya vale de hablar de esto, ¿no? Y yo soy la primera que digo… sí, desearía que ya no fuese necesario hacerlo, la verdad.
Danos una valoración del desarrollo del arte contemporáneo en la Europa actual.
Siento que las inteligencias artificiales son el evento de nuestra era que está abriendo un terreno inmensamente creativo por explorar. Como en todas las épocas los avances tecnológicos han supuesto un cambio de prisma en las artes, así que este caso no será una excepción. No es cuestión de tenerles miedo y demonizarlas, sino de servirnos de ellas para generar obras artísticas afines a su tiempo que enriquezcan nuestro imaginario y posibiliten nuevas maneras de mirar y concebir; sin que ello suponga denostar antiguas formas de expresión.
¿Cómo influye la cultura y el arte a la hora de luchar por una sociedad más igualitaria?
Ahora estoy leyendo el libro de El encaje roto con textos de Emilia Pardo Bazán y es perturbador corroborar que en el S.XIX ya había autoras como ella que visibilizaban y denunciaban a través de sus trabajos el tema de la violencia ejercida por los hombres contra las mujeres y dos siglos después los leemos en nuestras carnes con la cercanía de una narración contemporánea. Necesitamos figuras femeninas que nos sirvan de referentes y el mundo de la cultura y el arte puede ser un buen espacio, aunque siento que el principal lugar para combatir la desigualdad es hacerlo desde la educación en la infancia, tanto por el entorno familiar como el institucional. No comparto la idea de que el arte deba educar o contener un mensaje, huyo del arte adoctrinador, ni si quiera creo que tenga que responder a una funcionalidad, el arte debería ser la expresión humana que nos invite a reflexionar o a conectar con otros planos de experiencia, pero jamás debería ofrecernos certezas.
¿Cómo se integran o retroalimentan las distintas facetas artísticas del universo creativo de Elisa Forcano?
Entiendo el acto creativo como un todo, el impulso de hacer cosas explorando los límites entre disciplinas, huyendo de enfoques puristas que las definen como compartimentos estancos. Prima la curiosidad y el deseo, intento apartar el juicio de lo que supone que estoy formada y capacitada para hacer y trabajo desde el juego y la apertura al error como medida para que cosas inesperadas acontezcan y puedan aportar nuevos significados a los materiales. Como una niña que juega con legos y comienza a combinar colores y descubrir estructuras para después sin miedo desmoronarlas y pararse a observar; dedicar el tiempo a la contemplación para descifrar lo que nos cuenta ese nuevo paisaje inesperado, que en el fondo no deja de ser la lectura del paisaje propio.
En mi universo creativo el arte brota con el amor al proceso como experiencia vital sin forzar los resultados, lo importante es lo aprendido y compartido en el camino.
Si me surge la idea de un proyecto que necesita de una destreza que no me siento capacitada de adquirir, me rodeo de un equipo con dichas herramientas para retroalimentarnos. Me fascina crear con gente que admiro, compartir procesos en los que poder inspirarnos, cuestionarnos y aprender es mi manera de socializar. Vivo entrenando la mirada; afilándola. Me nutren experiencias cotidianas: una señora asomándose a una ventana, el caminar de una niña, una exposición inesperada, la respiración de un perro, la destreza física de un obrero montando un andamio, la fotografía de una película, el reflejo de la luz del sol en la bandeja de un camarero que recoge una copa de vino rota… Hay un gusto por ficcionar aquello que surge de la contemplación estética continua. Me proyecto como una francotiradora de la belleza, encuentro un disfrute en la contemplación de la intimidad, que no busca el erotismo de la denominada voyerista, sino que quizá es un intento de entrenarme en esa belleza para conectar con una paz y un objetivo entre tanto sinsentido. Con esta mirada tiendo a registrar materiales, grabar videos, escribir frases, analizar acciones o movimientos, dibujar referentes; memorias que posteriormente encienden una chispa que atrapar. Y de ahí voy al cuerpo, mi herramienta de creación, me divierte encarnar las búsquedas o verlas en cuerpos ajenos para atender a lo que acontece y estar abierta a los espacios que genera el lenguaje físico con su acción para que sea el espectador quién lo complete con su mirada.
Por mi formación, suelo pensar en imágenes, la plástica escénica y su relación con el cuerpo estático o en movimiento es primordial, por lo que cada vez me siento mas interesada en trabajar con los departamentos de luz y sonido, por su capacidad para generar discursos inconscientes y construir la imagen de lo siniestro. Me interesa aquello que me perturba, aquello que no soy capaz de describir porque parece responder a un lenguaje inconsciente, casi primitivo, en el que habita una pregunta que me interpela.
Un viaje, un libro y una película.
- Pueblos de los Alpes Japoneses
- Winnen of leren (Ganar o aprender) / Noa Pothoven
- Una mujer bajo la influencia / John Cassavetes
¿Qué nuevos proyectos tienes en mente para lo que queda de 2024?
Deseo que ZORRA DORADA no muera con esta única función en Cuarta Pared. La aspiración, por respeto al proyecto y al equipo, es que la pieza se programe próximamente en Madrid y después pueda girar por el máximo de territorios posibles.
Además de este proyecto propio, trabajo con diferentes compañías con las que tenemos espectáculos en gira, pero por ahora no existe nuevo proyecto a la vista y la verdad es que después de ZORRA DORADA me encantaría sumarme al proceso de algún proyecto escénico con más elenco. Parece que también cabe la posibilidad de un futuro proyecto audiovisual en el que trabajaré como actriz.
Mi deseo es seguir creando y trabajando alternando disciplinas, compatibilizando proyectos tanto propios como ajenos.
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