Aunque muchos de nosotros le conocemos por su presencia en numerosos programas de televisión como tertuliano, Pádula es también un artista plástico y sus obras forman parte de importantes colecciones privadas en todo el mundo y ha participado en multitud de exposiciones individuales y colectivas en muchos países.
A través de esta actividad artística paralela, Euprepio Padula ha creado el novedoso concepto de «Art & Business “, a través del cual canaliza la creatividad y la sensibilidad artística presente en cualquier individuo como un elemento impulsor clave de su mejora y excelencia profesional. Por encima de todo, se considera un espíritu renacentista que cree firmemente que, en la vida, se pueden llegar a alcanzar todas las metas ansiadas sin necesidad de centrarse únicamente en un área determinada.
Hablamos con Euprepio Padula en el transcurso de la inauguración de su muestra, sobre arte contemporáneo, el estado de la lucha por los derechos LGTBIQ+, comunicación y expresión.
¿A partir de qué momento inicias tu carrera como artista plástico?
Empecé de forma casual hace más de 20 años. Una noche soñé que tenía que pintar. Era un momento bastante crítico de mi vida; de cambio radical, y soñé que tenía que levantarme, ir a comprar lienzos y colores y empezar.
¿En qué se parece el arte a la comunicación?
En todo. Es comunicar con el color. Casi todos identificamos comunicación con palabras. Pero el arte en general es una forma de comunicación. En mi caso, además de las formas, es con el color. Y la emoción, que es el espacio en el que se funde la comunicación y la expresión.
¿Y qué has querido expresar en esta muestra?
No quiero parecer frívolo ni banalizar, pero cuando la gente me pregunta en qué estaba pensando, qué quiero expresar, me doy cuenta de que cuando me enfrento a un lienzo en blanco no pienso en nada. A veces me voy al taller, sencillamente porque necesito tirar color encima de un lienzo, y poco a poco, tras ese momento de liberación en la que yo intervengo casi de una forma inconsciente, la obra avanza, casi por sí misma. Cuando estoy frente al resultado final es cuando pienso o analizo o caigo en la cuenta de las cosas que he sentido en ese día mientras me he sumergido en esa creación. No necesariamente busco un tema, o un solo tema.
Nos encontramos muy cerca de la celebración del Orgullo. Hay muchísimas actividades relacionadas con el Orgullo fuera de la programación oficial. Esta es una de ellas. ¿Qué relaciona tu obra con la reivindicación del Orgullo?
Absolutamente todo. Porque la variedad de colores es la base de nuestra vida. Es la diversidad. Como has podido ver la gama de colores presente en esta exposición es muy amplia y abarca gran parte de la rueda cromática; he tratado de que estén representados todos los colores y que esta decisión funcione como metáfora de esa necesidad de visibilizar las distintas perspectivas existentes dentro del colectivo.
¿Qué color le falta o le sobra al Orgullo en términos de organización de evento reivindicativo?
Le sobran intereses económicos demasiado arraigados. Y le ha faltado en los últimos años más dosis de reivindicación. Yo creo que a veces, tras la fachada, no había mucho. Creo que habría que ahondar en la reivindicación, de los problemas que afectan a la comunidad a escala internacional. No sólo hay que reivindicar durante este mes; hay que mantener la lucha activa siempre, pero sin ser sectarios. Algunas veces la organización del Orgullo ha sido excluyente y ha dejado fuera voces que tenían mucho que aportar.
¿Es coherente ser LGTBAIQ y de derechas?
Para empezar, el marco binario izquierda/derecha me aburre mucho y debe ser superado. La línea de pensamiento que relaciona una tendencia política con la empatía y apoyo al colectivo cada vez tiene menos sentido. Existe la homofobia en la derecha y en la izquierda. Tenemos que evitar el corsé que sólo ayuda a la clase política y fomentar el pensamiento libre.
¿Qué puede hacer la cultura contemporánea por la causa?
Todo. El arte es todo. El arte es rabia, el arte es activismo, el arte es protesta; también es placer, es compromiso; es responsabilizarse de lo que pasa en la sociedad, y no sólo en el tema LGTBIQ+, sino en todas las injusticias que vemos diariamente.
¿Revolución o consenso?
Revolución consensuada.