«Gemelos» cumple 25 años de su estreno y Teatrocinema vuelve a presentar una de las obras más fundamentales de la escena chilena, basada en la novela El gran cuaderno de Agota Kristof con la brillante adaptación de Laura Pizarro, Jaime Lorca y Juan Carlos Zagal. Los críticos se ponen de acuerdo: “Es uno de los hitos del teatro chileno de la última década. Y sin lugar a duda, una de las obras que más se ha presentado en el mundo”. La obra llega a Madrid el 27, 28 y 29 de septiembre gracias a la alianza entre Teatros del Canal y el Festival Internacional Teatro a Mil de Chile.
Gemelos es la historia de dos niños que sienten y piensan de modo idéntico. Al llegar los tiempos de la Gran Guerra, su madre los deja bajo la custodia de su abuela en un pequeño poblado, lejos del amor, la calidez y cualquier certeza. Desde ese momento, los gemelos se ven obligados a iniciar un proceso de autoaprendizaje que les permitirá sobrevivir al dolor, el hambre, la humillación permanente, el abandono, el abuso, la corrupción, la muerte y, finalmente, a su propia y definitiva separación.
Gemelos marcó un hito al proponer un lenguaje teatral nuevo, un profundo y conmovedor trabajo que trasciende hasta nuestros días por su potente visualidad y gran despliegue actoral y técnico. Basada en la novela El gran cuaderno de Agota Kristof, este montaje también se ha ganado el reconocimiento en países de América, Europa y Asia. En Chile, fue distinguida como Mejor Obra por el Círculo de Críticos de Arte, la Asociación de Periodistas de Espectáculos APES y cuatro Premios Altazor, reconociéndola además con los galardones Mejor Dramaturgia, Actriz y Actor.
En el año 2005 nace la compañía Teatrocinema cuando sus fundadores, Laura Pizarro y Zagal, junto a un colectivo artístico multidisciplinario se embarcan en la experimentación e investigación de mezclar, fusionar, fundir (y confundir) elementos esenciales del teatro, el cine, la fotografía, el cómic, la animación tanto 2D como 3D, la literatura, la composición musical y la acción en vivo sobre el escenario.
Sus fundadores, después de haber culminado un ciclo creativo de 18 fructíferos años siendo La Troppa, comparten y vuelcan su experiencia junto a este grupo de creadores en la búsqueda de un lenguaje nuevo, propio, único, llegando a plasmar el concepto de El teatro de la luz y El viaje instantáneo en el tiempo y el espacio. El cuerpo, la actriz, el actor y la materia son envueltos orgánicamente por el juego visual, virtual, sonoro y musical, llegando a habitar más allá de las dos y tres dimensiones, abriendo y proponiendo un “multiverso” compositivo.
La compañía ha creado las obras Sin sangre (2007), El hombre que daba de beber a las mariposas (2010), Historia de amor (2013), La contadora de películas (2015), El canto de la tierra (2018), El sueño de Mo (2018), Pato, patito (2019), Plata quemada (2019), Kaori (2022) y Rosa (2022). Estas creaciones han contado con el auspicio y el patrocinio de organismos e instituciones nacionales (Ministerio de la Cultura y las Artes, Fundación Teatro a Mil y Fundación Corpartes) e internacionales (Scène Nationale de Sète, Francia; Le Manège – Mons, Bélgica; Edinburgh International Festival, Reino Unido; Festival de Teatro de Nápoles, Italia).
La compañía Teatrocinema también ha remontado obras emblemáticas de La Troppa: Gemelos (2006 / 2017), Viaje al centro de la tierra (2013) y Pinocchio (2014).
Palabras del director sobre la puesta en escena:
Al encontrar la novela “El Gran Cuaderno” de Ágota Kristóf, descubrimos que su crudeza descifraba las percepciones y vivencias de cuando fuimos niños, niñas y jóvenes en la medianía de los años setenta y en plena dictadura. Decidimos abocarnos a la búsqueda de visualizar y estructurar un guión para una obra de nuestra compañía. Después de muchos intentos y devaneos, fueron juguetes estropeados y abandonados los que nos abrieron el mundo de Gemelos. A través de veinticinco años hemos transitado, siendo La ex Troppa y luego Teatrocinema, por este universo creado. Nuestra escenografía, personajes, máscaras, vestuarios y utilerías han cobijado un millar de experiencias y conocimiento de nuestro oficio teatral, de nuestro amor y sentido de la interpretación, creación y transmisión de contenidos, reflexiones y emociones necesarias para comprender el mundo en el cual vivimos.
Sobre la escenografía, el vestuario y la iluminación:
El punto de partida para la creación de la escenografía, el vestuario y la iluminación es un mundo de juguetes deteriorados y abandonados. Toda la obra transcurre en un “Castelet” de madera inspirado en los teatros antiguos, plagado de pequeñas “fermas” o decorados que suben y bajan de escena a través de un sistema de poleas que proporciona los diversos planos y paisajes de la obra. Todo este engranaje es manipulado por los mismos actores que interpretan la obra, sin ayuda de tramoyas, creándose una partitura de movimientos y acciones. De la misma manera, la iluminación también toma inspiración del teatro antiguo, llenando de color la escenografía y sus fondos, haciendo uso de esta herramienta para recrear no solo la luz del día (o la noche) si no también estaciones del año y las emociones de los personajes, los cuales son representados como muñecos de trapo, de porcelana, de madera, marionetas, en una intención de contrastar la crudeza de la historia con los personajes que la narran desde su perspectiva infantil, lo que también se refleja en los vestuarios, basados en este tipo de juguetes. También, se tomó inspiración en los cuentos clásicos al introducir arquetipos típicos de las historias de niños, como lo pueden ser la bruja, los héroes y los villanos.
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