Desde la sátira y las situaciones que se produjeron en los días de las manifestaciones de los chalecos amarillos, “La fractura” sirve de vehículo a Catherine Corsini para reflexionar de una forma fresca y con un lenguaje audiovisual lleno de urgencia sobre los problemas sociales vividos en Francia muy recientemente.

Corsini revive el escenario de la capital francesa durante las revueltas de los chalecos amarillos en 2018 como protesta a la política de Emmanuel Macron y el alza en el precio de los combustibles para enlazarlo con otra crisis, la del sistema sanitario y su colapso. Así, pasa de las calles, con las manifestaciones y sus heridos, al interior de un hospital en el que no hay suficientes medios para la atención básica. La consecuencia: el caos. Y de ahí, la histeria colectiva.

‘La fractura’ se empapa de esa agitación a golpe de sátira frenética a través de un puñado de personajes que se encuentran al límite de sus circunstancias, tanto los enfermos como el personal de salud. Corsini utiliza la comedia en su versión más crispada, una decisión arriesgada que lleva hasta sus últimas consecuencias de forma ejemplar a la hora de conectar la convulsión de la sociedad con el espíritu de una película en estado de ebullición.

La acción se desarrolla en medio de las protestas francesas de los Chalecos Amarillos. Raf y Julie son una pareja que esa noche se encuentran en la sala de urgencias del hospital. Su encuentro con Yann, un manifestante enfadado y herido, echará por tierra sus prejuicios sobre esta manifestación. Mientras, la situación se vuelve crítica en las calles. El hospital debe cerrar sus puertas y el personal se encuentra desbordado tras la ola de heridos.
