Se ha quitado la vida Verónica Forqué, una mujer que decidió dar visibilidad a los problemas mentales y de depresión de una forma transparente y honesta. La actriz, que participaba hasta hace unos días en el programa televisivo Masterchef, abandonó la edición por «no encontrarse con fuerzas».
La actitud de Verónica Forqué, incomprendida y juzgada durante el programa, ponía en la parrilla televisiva un aullido de auxilio que, lamentablemente, nadie oyó: “Estoy regular. Necesito descansar. No puedo más”. El público no tardó en volcar sobre ella la rabia y el odio surgido de la incomprensión hacia un personaje público que mostraba actitudes «poco normativas». El desgaste y la agresividad que supone el panorama televisivo, pone sobre la mesa de nuevo un debate nunca resuelto.

Siendo la intérprete que más Goyas ha ganado en el cine español junto a Carmen Maura, cuatro, dos de ellos logrados en la misma ceremonia cuando en 1988 consiguió el Goya a la mejor actriz por La vida alegre de Fernando Colomo y el premio a la mejor actriz de reparto por Moros y cristianos de Luis García Berlanga, Verónica Forqué ha sido y será un referente cinematográfico y teatral que inspiraba a través de su tierna mirada.
Sus personajes más celebrados, la dulce prostituta Cristal de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? de Almodóvar, la contagiosa Chusa de Bajarse al moro y la atribulada Ana, doctora de enfermedades de transmisión sexual, de La vida alegre o su Pepa en la serie Pepa y Pepe junto a Tito Valverde, desfilaron ayer en el recuerdo junto a tantos otros papeles en televisión, cine o su adorado teatro. Debutó en las tablas junto a Núria Espert en las Divinas palabras de Víctor García en noviembre de 1975, y roja y republicana, como se definía, estrenó la ¡Ay,Carmela! de Sanchis Sinisterra en 1987. Aún en 2019 subía al escenario para protagonizar Las cosas que sé que son verdad, por la que ganó el premio Max de teatro el mismísimo año pasado. La actriz siempre aclama los focos del teatro como una vía de escape a su complicada y dura vida, marcada por altibajos emocionales a causa de la muerte de su madre y hermano.

Hija del productor y director José María Forqué y de la actriz y escritora hispanoargentina Carmen Vázquez-Vigo, nació en Madrid el 1 de diciembre de 1955 y estudió arte dramático y psicología, aunque no acabó la carrera. Comenzó en el cine encarnando papeles en películas dirigidas por su padre como el de empleada de la tienda de perros en Una pareja… distinta , de 1974, en la que Lina Morgan era una mujer barbuda y José Luis López Vázquez actuaba travestido en clubes. En los ochenta reinó en las comedias y en los noventa dirigida por Manolo Gómez Pereira protagonizó éxitos como Salsa rosa o ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? , en la que daba vida a Gloria y actuaba en un peep show. Y, cómo no, la encantadora y mítica Kika de Almodóvar, papel que le daría su cuarto Goya.

Un trágico desenlace que pone sobre la mesa el debate y la importancia histórica que tienen los problemas de salud mental que, por desgracia, suponen a día de hoy la primera causa de muerte no natural en nuestro país.
Descansa tranquila, vuela libre y sin temor, que tu sufrimiento sirva como reclamo de una tranquilidad mental de la que pocos pueden presumir. Hasta siempre Verónica, gracias.