Natalia Álvarez Simó es amante del ballet clásico; es licenciada en Historia del Arte y gestora de espacios culturales. Con un trabajo arduo y entusiasta ha conseguido dotar de comunidad e identidad propia al Centro Cultural Conde Duque.
Por Juan Carlos Trinchet.
¿Cómo ha sido el origen y desarrollo de tu carrera profesional?
Desde mi temprana juventud he sido una ferviente amante del arte en todas sus expresiones. En el colegio me formé en ballet clásico y estudié teatro. Más tarde completé los estudios de la carrera de Historia del Arte y realicé un máster en gestión de espacios culturales. Me vine a Madrid y estuve trabajando de comisaria de artes escénicas en el museo Reina Sofía y en un proyecto del ministerio de cultura llamado Iberescena que cada año, abre convocatoria para otorgar ayudas técnicas y financieras a los proyectos iberoamericanos. Luego pasé a formar parte de la gestión de los teatros del Canal y finalmente a principios de 2020 fui nombrada directora del Centro Cultural Conde Duque.
Cuéntanos como es el día a día en la gestión de un centro cultural tan importante como es Conde Duque. ¿Cómo se consigue cerrar proyectos interesantes con artistas tan disímiles?
Es importantísimo estar constantemente actualizados de todo lo que ocurre en el ámbito de la cultura contemporánea. Intentamos siempre estar al día de las nuevas tendencias y de los nuevos artistas emergentes que surgen en el panorama de la cultura a nivel global. Tenemos contactos con los principales centros culturales de Europa y recibimos a diario notificaciones a través de newsletter que nos permiten estar muy involucrados con la actualidad cultural. Nuestro centro realiza una exhaustiva investigación o rastreo cultural a través de una continua comunicación con los artistas, poniendo en valor siempre a los nuevos talentos. Somos un altavoz para las nuevas voces escénicas que son nuestras voces; las voces de nuestra época. Esa es nuestra auténtica misión y cada día nuestro mayor reto. Por otro lado, nuestro quehacer cotidiano también se centra en la gestión eficaz de los recursos a la hora estructurar los proyectos y así, paso a paso, seguir siendo un referente imprescindible para nuestra comunidad.
¿Cuáles son las vertientes artísticas que confluyen en Conde Duque?
Nuestro centro cultural trabaja con ocho vertientes que se retroalimentan en los diferentes espacios y dan un sentido coherente al relato escénico en su conjunto. Las disciplinas con las cuales trabajamos son: las artes escénicas; el cine; el arte, -reconocido como investigación profunda de nuestras raíces-; la música, -desde una visión vanguardista-; el pensamiento y debate, -visto como análisis profundo del lenguaje-; la mediación, -que abarca todas aquellas actividades que son transversales al resto de las áreas y que hacen más accesible el arte a nuestra comunidad-; la creación, -entendida como un deber fundamental de generar un contexto de apoyo y cuidado a los nuevos creadores-, y, por último, la palabra, -reconocible como entidad semántica siempre en evolución y vía fundamental de expresión con nuestro público-.
¿Cómo influye la labor del Centro Conde Duque en el panorama artístico del Madrid contemporáneo?
Nuestra influencia en el panorama artístico de Madrid es muy relevante gracias a que poco a poco hemos ido forjando nuestra propia identidad. Mi labor desde que asumí la gestión del centro Conde Duque ha estado encaminada a crear un espacio diferenciador y multifacético donde quepan todas las expresiones artísticas. Nuestra seña identitaria es reconocible por cualquier usuario como si fuese una marca registrada que asume de manera intrínseca una serie de valores, principios y cualidades con el objetivo de difundir desde un prisma propio todo el devenir de la cultura contemporánea. Tenemos la firme responsabilidad de apoyar a los nuevos emprendedores artísticos de nuestra comunidad y en este sentido realizamos diferentes acciones como la Convocatoria residencia de artes escénicas y la Convocatoria residencias musicales Condeduque-Jazz, además de octubre a marzo tenemos nuestro laboratorio artístico llamado Escuela de invierno de la mano del grupo teatral La tristura.
¿Qué aportan o qué restan al desarrollo del arte contemporáneo los nuevos formatos tecnológicos de expresión como la realidad aumentada o la inteligencia artificial?
El arte es un universo que se reinventa a diario y en el que merece la pena sumergirse para aprender e investigar desde una visión crítica pero sobretodo emocional. No entiendo el arte sin la emoción. Esa emoción nos lleva a la reflexión y de ahí a la acción artística. Las nuevas tecnologías enriquecen los espacios escénicos. Son nuevas formas de expresión que trastocan la visión clásica del arte dándole nuevos sentidos y complejidades. Los nuevos formatos tecnológicos son en realidad nuevas herramientas para los creadores y permiten expandir los conceptos comunicativos. Mientras más herramientas se posean, más enriquecedor será el acto creativo. En este punto las redes sociales han revolucionado la manera en la que consumimos el arte. En un instante cualquier artista puede alcanzar una relevancia brutal con tan sólo subir contenidos a sus redes. Es cierto que para mí el arte debe ser experimentado de manera vivencial. En muchas ocasiones cuando vamos al teatro se crea una emoción colectiva entre todos los asistentes que aún siendo efímera, posee una magia única de empatía con el ser humano que tenemos sentado a nuestro lado.
El feminismo, la igualdad, la inclusión y la sostenibilidad medioambiental forman parte del núcleo duro de la programación anual del centro Conde Duque. Sois un altavoz ante la fractura y la injusticia y por ende está muy clara la importantísima labor que realizáis cada día. ¿Entiende el arte contemporáneo de colores políticos a la hora de gestionar o tomar partido?
Los artistas son los que se paran y observan todas las problemáticas y reflexiones de nuestra sociedad. Se toman el tiempo necesario para indagar a través de nuevas preguntas. Los creadores son autónomos y se desligan de colores políticos porque en realidad esa no es su misión. Están para investigar nuevos senderos a través del aquí y el ahora, sin juicios de valor, con un espíritu conciliador y vanguardista.
¿Cuál es la responsabilidad del contemporáneo a la hora de cambiar conciencias?
La influencia del arte contemporáneo en el cambio de conciencias es no sólo primordial, sino imprescindible para construir una sociedad más justa e inclusiva. El arte transforma desde la emoción y esa emoción nos hace conscientes de quienes somos y hacia donde nos dirigimos. El pensamiento crítico debe despertase en el espectador y hacerle crecer en su propio entendimiento. Nuestra metodología de trabajo se basa en diseccionar un tema específico como el género o el medio ambiente a través del prisma de las diferentes disciplinas que conforman nuestro ecosistema artístico. La misión fundamental del arte contemporáneo es abrir nuevas perspectivas de pensamiento.
¿Estamos en pleno mes del orgullo LGTBIQ+ , ¿Cuál es el compromiso de Conde Duque con la elección y gestión de los proyectos escénicos vinculados a dicho colectivo?
Nuestro compromiso es total y sin fisuras. De hecho tenemos varias obras que indagan sobre este tema con respeto absoluto. es importante reivindicar los derechos alcanzados durante tantos años desde todos los ámbitos artísticos posibles. Hemos desarrollado un ciclo de cine LGTBIQ+ llamado “Burlando la censura”. En este ciclo, hemos incluido todas aquellas películas que escaparon a la censura durante el período de la dictadura franquista en España. También tuvimos el gran privilegio de contar con la obra “Yo soy el monstruo que os habla”, de Paul B. Preciado; uno de los filósofos más importantes del mundo en relación con las teorías de género y la sexualidad.
Con esta entrevista cerramos la programación 2022-23 del Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque. ¿Cómo valoras este ciclo que se cierra, y qué intervenciones artísticas se te han quedado con mayor fuerza en tu retina?
Ha sido un ciclo que cerramos con nostalgia pero a la vez con mucho orgullo. Tenemos la satisfacción del trabajo bien hecho y cada día nuestra comunidad lo corrobora participando con entusiasmo en todos nuestros proyectos. Nuestros espacios se han convertido este año en un hervidero de emociones y reflexiones donde la energía colectiva lo tiñe todo con un humanismo desbordante. Mi trabajo es para mí el motor de mi vida y me emociona tener el privilegio de contar con artistas de un nivel altísimo. En mi retina y en mi corazón se han quedado por ejemplo: Jérôme Bel con su impactante obra Gala. Una obra que te devuelve la esperanza en la humanidad y que según la opinión muchos de sus espectadores debería ser como una medicina para el alma que los médicos debían recetar en sus consultas.
¿Cuáles son las nuevas propuestas para la próxima temporada 2023-2024?
El centro cultural Conde Duque de Madrid ya tiene cerrada la próxima temporada y es muy emocionante dar las primeras pistas. Tenemos una obra emblemática llamada “Locura social” del colectivo de artistas Cabello/Carceller, y “All together” del artista japonés Michizaku Matsune. Además, el grupo musical alemán The Notwist, estrenará su álbum “Vértigo Days”; y Dawuna y Sarah Davachi inauguran el ciclo “Soundset Series”, dedicado a la música electrónica enfocada a la innovación y escucha. Además, en octubre Oliver Arson, el afamado compositor de la película As Bestas, junto con Maxi Gilbert; y Jacobo Serra, presentarán sus últimos trabajos.
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