Levantado en torno al paseo del Prado, este histórico edificio está inscrito en la lista de bienes del Paisaje de la Luz (reconocido recientemente como Patrimonio Cultural Mundial por la Unesco), muy cerca del Museo del Prado, el Centro Cultural Reina Sofía y el Museo Thyssen-Bornemisza.
La Serrería Belga se presenta como un espacio multiuso y versátil. Además de actuar como un ambiente expositivo, su fin principal será “un escenario de experiencias creativas e interdisciplinarias” abierto al ciudadano. En él, confluirán iniciativas municipales con las de otros actores culturales públicos y privados, según han apuntado fuentes del Área de Cultura, Creación y tecnología, Arte y ciencia, Progreso y humanidad, tendrán cabida en el nuevo museo, en el que el Gobierno Municipal prevé realizar actividades de reflexión, estudio, análisis y reflexión; de experimentación y producción cultural; y divulgativas.
Estas antiguas serrerías constituyen uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial que perviven en el centro de Madrid. Cuenta con más de 4.000 m2 de espacio para actividades y una fachada digital de 10×15 metros orientada a la Plaza de las Letras. Construida en varias fases desde los años 20 del siglo pasado por el arquitecto Manuel Álvarez Naya, también es una de las primeras arquitecturas que en Madrid empleaba el hormigón armado con pilares vistos que permitieron crear grandes ventanales y que, tras su fachada clasicista, mantiene un fuerte carácter industrial que se ha respetado.
La adaptación de la Serrería Belga fue llevada a cabo por los arquitectos María Langarita y Víctor Navarro a través de un formato contemporáneo de intervención que va más allá del concepto convencional de rehabilitación. La propuesta se construye como un diálogo entre dos entes diferenciados: La Serrería y “La Cosa”, el dispositivo que conecta ambas naves.
Historia del edificio serrería belga:
La Serrería Belga es un antiguo edificio industrial de Madrid, situado entre la calle de la Alameda, la calle Cenicero y la plaza de las Letras, en el barrio de las Letras. Constaba de dos naves –una para serrería, la otra para almacenes y secadero— y era propiedad de la empresa Sociedad Belga de los Pinares de El Paular que lo construyó en 1925 según un proyecto del arquitecto Manuel Álvarez Naya.
La Serrería Belga mantuvo su actividad hasta finales de la década de 1970, y fue adquirida en el 2000 por el Ayuntamiento de Madrid para destinar el edificio a fines culturales. Encargó su rehabilitación y remodelación en 2007 a los arquitectos María Langarita Sánchez y Víctor Navarro Ríos. Las obras finalizaron en 2013, fecha en la que el edificio pasó a ser la sede de Medialab-Prado.
Historia de Medialab:
Medialab Prado es una institución cultural pública que ha acumulado prestigio en España y en el mundo por sus numerosos laboratorios ciudadanos, investigación social, espacios de creación colaborativa e innovación. En sus inicios, allá por el año 2000, tenía su sede en Conde Duque, para trasladarse después a la actual ubicación que, hasta los años 90 funcionaba como taller de moduras y almacén de la Sociedad Anónima Belga del Monte del Paular. El alcalde Alberto Ruiz-Gallardón incluyó en su programa electoral una reforma integral del edificio que costó siete millones de euros.
Tiene una fachada digital arquitectónicamente única y la intervención realizada por los arquitectos Langarita Navarro, recibió numerosos premios de arquitectura, entre ellos el del COAM. En 2016, el proyecto de MediaLab ganó el Premio Princesa Margarita de Holanda otorgado por la European Cultural Foundation y ha asesorado instituciones, ayuntamientos y organismos internacionales como la Secretaría General Iberoamerica (SEGIB), Cooperación Española (AECID) en la implementación de programas de laboratorios ciudadanos o el TEC de Monterrey.
Fotografías cedidas por Medialab-Prado / La Serrería Belga.