¿Qué recuerdos o vivencias de tu infancia han marcado con más fuerza el posterior desarrollo de tu prolífera creación artística?
En mis obras suelo hablar de la violencia, pero siempre intento buscar esperanza. Y claro, escribo de la violencia porque la he vivido. Me tocó una época muy dura en Colombia y entre otras cosas, sobreviví a dos bombas, la primera cuando tenía 9 años y la segunda cuando tenía 14. Y como mujer también he pasado por muchas situaciones difíciles. Creo que todas esas violencias y el haberlas superado, han hecho de mi lo que soy y de mi escritura lo que es. Pero también han hecho que valore más la vida. Siempre ha habido gente que me ha ayudado y que me ha querido. Creo que en el mundo hay más gente buena que mala y por eso para mí es importante que en mis obras siempre haya algo de esperanza. En los tiempos oscuros hay que buscar una luz, aunque sea tan pequeña como la de una luciérnaga.
Amaranta Osorio es escritora, dramaturga, directora escénica, actriz y gestora cultural ¿Cómo se interrelacionan todas estas facetas en su universo creativo?
Mis profesiones interaccionan de forma muy orgánica, cuando escribo me pongo en el lugar de los personajes (de la misma manera que lo hago como actriz), voy sintiendo con ellos, lloro, río…Son ellos los que me van descubriendo la historia.
Cuando trabajo como gestora cultural intento cuidar a los artistas porque sé la fragilidad que se siente cuando vas a exponer tu trabajo. Me esfuerzo en crear las condiciones óptimas para que ellos puedan centrarse en lo que hacen y se pueda producir la magia. Y cuando tengo la suerte de construir una programación la pienso como dramaturga. Organizo las actividades como si fueran escenas, llevando al público por diferentes estados de ánimo, creando diálogos, planteando preguntas y haciendo un cierre.
Casa México en Madrid acogió con gran éxito la presentación de tu última obra: “La trilogía del recuerdo”, fue muy emocionante para nosotros haber participado de la mano de Jorge Volpi ¿Cómo ha sido el proceso de gestación de dicha obra?
Tuve la suerte de escribir esta trilogía teniendo el apoyo del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA, México (Una beca de tres años). Así que fue una gestación protegida y muy disfrutada.
La trilogía en un principio estaba formada por “Mapa”, una obra sobre el desplazamiento forzado que se publicó el año pasado en Invasoras, “Las nietas” y “Akuakuaue”. Luego, eso cambió un poco. En lugar de las nietas, escribí “Sobre tus alas” una autoficción, porque era lo único que podía escribir en ese momento (Mi madre murió de repente y me divorcié después de 15 años de matrimonio). Pero como “Mapa” la publiqué primero, a esta trilogía le sumé “Regresar es irse” una obra que habla del exilio republicano en México y que escribí dentro del marco del Club Benjamin. Un proyecto que empezó Sanchis Sinisterra, pero que cuando el Nuevo Teatro Fronterizo cerró, continuaron Nieves Rodriguez Rodriguez y Juanma Romero. Era un proyecto muy bonito porque los autores que fuimos seleccionados teníamos clases de filosofía y otros temas y también contábamos con asesores. Ahí conocí a la investigadora Nuria de Orduña y fue ella quien me contó sobre María Luisa Elío (Regresar es irse está inspirada en ella)
El dolor, la guerra, el desarraigo, la violencia y el feminismo son algunos de los temas que vertebran tu creación literaria, ¿En qué te inspiras a la hora de poner luz entre tantas sombras cuando te enfrentas a la página en blanco? Y ¿Qué le recomendarías a un escritor novel que quiera desarrollar una carrera literaria en nuestros días?
Yo me inspiro en lo que me rodea. Creo que si una presta atención al momento presente (sensaciones, olores, temperatura, texturas, movimientos) siempre habrá algo que nos inspire. De hecho, tengo un taller que se llama “Escribir con lo que hay” y en el que justamente hacemos ejercicios de escritura automática, tomando lo primero que vemos. Si tomas cualquier objeto a tu alrededor y lo miras, seguro que te cuenta una historia. Mis talleres suelen ser muy prácticos y toda la gente suele escribir. De hecho, una de las cosas que más me gusta es ayudar a desbloquear a la gente. Pronto voy a abrir un taller anual que se llama “Gestar una obra” donde además de mis clases prácticas, hay clases magistrales de mis maestros.
Yo de carreras se poco, me cuesta la mía, pero para escribir, el consejo que doy siempre es quitarle importancia a lo que haces, no intentar hacer una obra maestra. Estar dispuesto a crear mierda. Porque lo primero es bajarlo al papel, luego la puedes mejorar.
Otra idea que me ayuda mucho es pensar que son los genios (criaturas mágicas) los que nos susurran las historias. Así si lo haces bien le das las gracias y si la obra no te sale también, le echas la culpa. Yo realmente creo que cuando escribo soy un canal para lo divino.
¿Cuáles son tus referentes en la historia del arte que más han influido en tu creación artística?
Muchos y me cuesta citar a pocos. Mi madre era pintora y desde niña me llevó a exposiciones. A ella sobre todo le gustaba Frida Kahlo.
¿Qué papel debería jugar el arte y la cultura a la hora de cambiar conciencias?
No creo que todo el arte deba cambiar conciencias. Crear algo bello, ya hace que el mundo sea mejor. Pero si hablo solo de mi teatro, a mi si me importa plantear preguntas sobre la realidad, visibilizar historias de mujeres y aportar una nueva mirada. Muchas veces escribo sobre historias que me indignan y si alguien después de verlas se plantea una pregunta o cambia de opinión, ya es estupendo. Mis obras suelen mostrar realidades difíciles, pero incitan al diálogo e intento siempre trabajar por la paz.
¿Cómo valoras el desarrollo actual del arte y la cultura en América Latina con respecto a Europa?
En América Latina, los artistas suelen tener menos recursos, pero ahora mismo hay unas propuestas artísticas increíbles, que espero que pronto puedan llegar aquí. Creo que todavía hay una idea de que el teatro latinoamericano no es tan bueno, pero es una idea falsa porque se desconoce, hay obras buenísimas.
Vivimos en un mundo convulso lleno de desigualdades donde el papel de la mujer recobra nuevos significados con movimientos como el #Me Too ¿Cómo crees que debería entenderse el feminismo para extinguir de una vez por todas el machismo patológico que corroe nuestra sociedad?
Esta es una pregunta difícil y me gustaría poder darte una respuesta, pero no la tengo. Las mujeres ya estamos hartas de tanto machismo y de que las cosas no cambien más rápido. De ahí que nos unamos para defender lo que creemos que es justo. Ya es hora de que el mundo cambie y de que todos los hombres hagan un esfuerzo por escuchar a las mujeres.
El mundo será mejor cuando haya igualdad y yo al menos, no voy a parar de luchar por eso. Se qué mi generación no logrará cambiar todo, pero haré lo posible para que el mundo sea mejor para las que vienen.
¿Qué nuevos proyectos tienes en mente para el futuro?
Seguirán en gira, la producción peruana “La Matto. Una mujer fuera del tiempo” una obra que escribí y que co-dirijo con Natalia Marcet, interpretada por Anahí Araoz y la producción argentina de “Clic. Cuando todo cambia” una obra que co-escribí con Itziar Pascual con dirección de Alejandro Casavalle.
El próximo año tengo algunos estrenos previstos como autora, pero prefiero no hablar de ellos hasta que sean oficiales. Ahora mismo estoy escribiendo algo de narrativa.
Y como gestora me gustaría hacer la cuarta edición de “Otras Miradas. El siglo de oro visto por mujeres de hoy” en Alcalá, que espero que sí y volver a hacer el encuentro de escritoras y “Latidos de ida y vuelta” pero esos aún no sé si podré repetirlos.
También tengo el taller de “Gestar una obra” que empezaré en enero y estoy buscando proyectos y productoras.
Más sobre Amaranta Osorio: https://www.amarantaosorio.es/
Más sobre Casa México Madrid: https://www.casademexico.es/