Piedad Bonnett para su escribir su último libro, ‘Una mujer incierta’ (Alfaguara), ha hecho una recopilación honesta de su vida y está satisfecha con lo vivido y en paz con el pasado, pero percibe que cada vez se le hace más difícil ser feliz: “Las personas que nos planteamos la vida como un conflicto grande no podemos ser fácilmente felices; habrá momentos en que tú te casas, estás enamorado, compraste una casa, tienes un buen trabajo y ahí sientes que eres feliz… pero a mí nunca me ha pasado”, admite la escritora en su última entrevista a EFE
Ahora, a sus 73 años, asegura que “la felicidad cuando se va yendo la juventud es más difícil” y aunque tiene “momentos felices”, actualmente no es feliz porque, por ejemplo, le apena que su padre no pueda oír la tele o leer el periódico y que su madre apenas pueda hablar y le entristece vivir lejos de sus nietos.
Por eso, escribir ‘Una mujer incierta’ (Alfaguara), al que prefiere no etiquetar como autobiografía, pero donde narra vicisitudes de su vida, no fue tan sencillo como creía en un principio y fue “un ejercicio de decirse la verdad” sin tapujos y con valentía.
La idea del libro surgió cuando la pandemia del Covid le sorprendió en una finca donde estaba desconectada del mundo y empezó a reflexionar sobre su cuerpo. “Yo fui una niña enfermiza, que a los 3 años tenía una úlcera de duodeno y que sigo teniendo una somatización tremenda de todo”, explica. a autora.
En ese momento hablar de salud mental “era un tabú”, por lo que lo llevaba como una “culpa” y durante mucho tiempo pensó que se trataba de problemas heredados, y no fue hasta que tenía más de 30 años, en terapia, que no pudo comenzar a deshacerse de ese peso.
“Me llevó media vida, exactamente media vida, deshacerme de la culpa”, dice Bonnett. De niña la señalaban “porque no estaba dentro de los parámetros esperados; de joven porque cometió “imprudencias” como quedarse embarazada cuando no tocaba, y en lo profesional, no logró publicar su primer libro hasta los 39 años. Y ese “¿si serviré?” le llenó de culpa.
Pero en un momento todo cesó: “Realmente mi vida ha sido una lucha permanente para zafarme de la culpa, pero desde hace 20 años yo no tengo culpa de nada, no me la permito”. Empezó a vivir lo que quería sin resentimientos.
“Simplemente me estaba enloqueciendo entre la estrechez del matrimonio y unos adolescentes de los que yo ya estaba cansada”, pero al priorizarse y marcharse del país dejó atrás los arrepentimientos.
Ahora, en esa vida que considera “satisfecha” le llenan pequeños momentos y sobre todo la amistad: “pienso que lo que nos sostiene es la amistad y a mí me impresiona mucho, que hay mucha gente que no tiene amigos; yo veo a mi alrededor gente que puede no tener amigos y estar con una pareja y no tener amigos”.
“La amistad la eliges y también te retiras de ella cuando te hace daño, cuando no hay reciprocidad; es un escenario de gran libertad y la conversación es el tesoro supremo de la amistad”, apunta la autora.
Piedad Bonnett nació en 1951 en Colombia. Es licenciada en Filosofía y Literatura por la Universidad de los Andes y profesora en esta universidad desde 1981. Tiene una maestría en Teoría del Arte y la Arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia. Piedad Bonet ha escrito sobre varios géneros como el teatro, novela y poesía, en la que se caracteriza por su apasionamiento, fuerza y ritmo, con lenguaje transparente y profundo. Su producción se ha traducido a otros idiomas como el francés, el italiano o el alemán. En 2024 se alzó con el merecidísimo Premio Reina Sofía de Poesía en reconocimiento a la solidez y coherencia de su trayectoria poética.
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